Cuando el espejo cambi¨® la pintura
David Hockney redescubre en un libro las t¨¦cnicas secretas de los maestros del arte europeo
El conocimiento secreto, de David Hockney, es un libro que quiz¨¢ s¨®lo un artista pod¨ªa concebir. Un dibujo de Ingres le hizo sospechar que hab¨ªa algo extra?o en su t¨¦cnica y fue tirando del hilo hasta encontrarse con un ovillo mucho m¨¢s intrincado de lo que pod¨ªa esperar. El libro se lee como una emocionante investigaci¨®n detectivesca y cada p¨¢gina est¨¢ acompa?ada por bell¨ªsimas ilustraciones que sustentan su tesis. Hockney descubre que el surgimiento del realismo de los maestros flamencos se debi¨® al uso de espejos y lentes para copiar con precisi¨®n casi fotogr¨¢fica las im¨¢genes reflejadas. Un descubrimiento que ha sorprendido a los acad¨¦micos y que ofrece una nueva y asombrosa perspectiva de la historia del arte.
David Hockney (Bradford, Reino Unido,1937), el artista de las piscinas de azul intenso, de las composiciones fotogr¨¢ficas fragmentadas y uno de los mayores entusiastas de las tecnolog¨ªas inform¨¢ticas aplicadas al arte, se ha zambullido durante dos a?os en una investigaci¨®n apasionante que ha dado como resultado un libro sobre un asunto que ha pasado sorprendentemente inadvertido entre los estudios acad¨¦micos sobre arte. El conocimiento secreto (Destino) revela el uso de instrumentos ¨®pticos (espejos y lentes, los dos elementos b¨¢sicos de la c¨¢mara moderna) en las obras de artistas como Vermeer, Caravaggio, Leonardo, Vel¨¢zquez, Rembrandt, Van Eyck, Holbein o Hals. Una pr¨¢ctica mantenida en secreto entre los miembros del gremio, entre otras cosas, por las posibilidades de ser perseguidas por la Inquisici¨®n, y que fue el detonante de cambios radicales en la pintura.
Hockney advierte el enorme salto en el realismo de las pinturas alrededor de 1430 en Flandes y piensa que no s¨®lo se debi¨® a la difusi¨®n de la pintura al ¨®leo. En pocos a?os los retratos adquirieron cualidades casi fotogr¨¢ficas, que no s¨®lo sorprendieron, sino que entusiasmaron tanto a los otros pintores como a los propios personajes que quisieron verse as¨ª reflejados.
El uso de la c¨¢mara oscura en las obras de Vermeer y Canaletto es algo que se ha investigado, pero Hockney sugiere que se empez¨® a usar mucho antes y que fue una pr¨¢ctica bastante difundida. En su libro, ilustrado magn¨ªficamente con 420 fotograf¨ªas, el pintor brit¨¢nico compone con ejemplos gr¨¢ficos y argumentos breves una tensi¨®n que se mantiene a lo largo de toda su exposici¨®n.
En su af¨¢n por comprobar lo que su conocimiento t¨¦cnico le hac¨ªa intuir, Hockney reconstruye en su estudio las t¨¦cnicas que permiten dibujar con exactitud sobre un papel una imagen reflejada por el espejo-lente con los colores naturales, sombras y todo tipo de detalles. Los rasgos de una cara, el dibujo intrincado de los pliegues en un tapiz oriental o la perspectiva de un objeto esf¨¦rico surgen en la pintura flamenca, en unos pocos a?os, con una precisi¨®n inigualada y unos detalles que delatan el uso de nuevas herramientas.
El 'secreto' se guard¨® en el norte de Europa hasta que en 1480 se envi¨® a Florencia el Tr¨ªptico Portinari, encargado a Hugo van der Goes por el agente de la banca Medicis en Brujas, y empiezan a verse pruebas del uso de la ¨®ptica en la pintura italiana, que coinciden con el posterior estallido del naturalismo.
Pero es con Carvaggio, en el siglo XVII, insiste Hockney, cuando el uso de los instrumentos ¨®pticos crean verdadera escuela, alej¨¢ndose de la perspectiva renacentista al uso. Algo que es evidente en algunas de las pinturas realizadas por Caravaggio en Roma, alrededor de 1595, cuando formaba parte de un activo c¨ªrculo de intereses cient¨ªficos y experimentales que tambi¨¦n frecuentaba Galileo. Una ¨¦poca en la que ciencia y magia eran a veces peligrosamente confundidas.
Los profundos claroscuros, las dram¨¢ticas fuentes de luz fuera de cuadro y la esponteneidad de los gestos y actitudes de los modelos le sugieren a Hockney que Caravaggio era tambi¨¦n una especie de director de cine. 'Iluminaci¨®n, vestuario, gesto, todo habr¨ªa sido escenificado con cuidado', escribe. 'Caravaggio es un maestro de la organizaci¨®n de la escena, narrando la historia de lado a lado del cuadro, no dentro de ¨¦l'.
Caravaggio no hac¨ªa dibujos preparatorios para sus cuadros, no se conocen. Tampoco lo hac¨ªan pintores como Franz Hals o Vel¨¢zquez. 'Por lo tanto, ?c¨®mo hac¨ªa composiciones tan complicadas sin errores ni correcciones?', se pregunta Hockney, quien no s¨®lo no pone en duda el talento de ¨¦stos y los otros grandes maestros de la pintura que pudieron ayudarse de estos instrumentos, sino que defiende su habilidad para utilizarlos y hacer evolucionar la pintura.
Instant¨¢neas al ¨®leo
Pero Hockney, no s¨®lo traza paralelos con una puesta en escena cinematogr¨¢fica y la capacidad de capturar un instante similar a la de la fotograf¨ªa en esos cuadros, sino que se?ala la estructura de collage de algunas de estas composiciones, en los que cada una de las partes fue pintada por separado (la capacidad de un reflejo fiel con la ¨®ptica no suele ser mayor a unos treinta cent¨ªmetros cuadrados) y luego unida en un sistema de 'multiventanas', como ¨¦l lo denomina.
En este terreno, Hockney se?ala el impacto que tuvo el archifamoso retrato de la Mona Lisa, en la que sus rasgos levemente diluidos en los bordes dan un efecto de 'foco suave' como el que se obtiene en fotograf¨ªa. Otro retratista sublime, Rembrandt, tambi¨¦n pudo usar instrumentos ¨®pticos para el dibujo b¨¢sico, que ¨¦l enriquec¨ªa con su gran capacidad para captar y representar las emociones de sus personajes.
Resulta parad¨®jico que al inventarse la fotograf¨ªa, a mediados del XIX, los pintores se alejaran del realismo y descubrieran nuevos y apasionantes rumbos. Las composiciones que pint¨® C¨¦zanne, analiza Hockney, son producto de la visi¨®n binocular de la vista humana y por eso se ven mejor a la distancia, mientras las de los viejos maestros -producto de la visi¨®n monocular de una imagen fija proyectada- s¨®lo se vean bien de cerca. El artista brit¨¢nico acompa?a su ciudadosa explicaci¨®n con abundante documentaci¨®n de disitntas ¨¦pocas y su interesante correspondencia con expertos en el tema a lo largo de su investigaci¨®n.
Artistas que piensan el arte
Antonio Saura muri¨® en 1998 dejando in¨¦ditos o dispersos abundantes escritos sobre arte. Desde entonces se han publicado los vol¨²menes titulados Fijeza, que agrupa sus ensayos sobre pintura, y Cr¨®nicas, en el que el pintor deja constancia de sus visitas a museos y sus paisajes preferidos. Ahora se publica Visor (Galaxia Gutenberg), que re¨²ne sus art¨ªculos y reflexiones sobre otros artistas.
La actividad de Saura como ensayista y articulista fue intensa a lo largo de casi toda su vida. En estas p¨¢ginas queda patente una forma de pensar el arte propia de alguien que se siente parte de ¨¦l. Sus opiniones sobre la obra de artistas como De Kooning, Pollock, Mir¨® (con un conmovedor recuerdo mudo del artista catal¨¢n), Duchamp, Goya, Picasso, Dal¨ª (a quien no duda en criticar, mientras valora parte de sus cualidades como artista), T¨¤pies y Chillida son las que s¨®lo un profundo conocimiento de la historia y una vivencia aut¨¦ntica del hecho art¨ªstico pueden suscitar.
La creaci¨®n no es s¨®lo producto de un talento, una formaci¨®n, una voluntad y una disciplina. En muchos casos se convierte tambi¨¦n en una fuente apasionante que incita al aprendizaje y al pensamiento del propio universo del arte. Tanto la experiencia de Hockney en el campo de la investigaci¨®n hist¨®rica como las reflexiones de Saura sobre otros artistas son parte, y no la menor, de su legado para las nuevas generaciones.
Babelia
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