'Charly' o el sentido com¨²n
Rexach ha seducido a los m¨¢s esc¨¦pticos con resultados y sensatez
'Yo, lo que pedir¨ªa es que, si ganamos, que nadie piense que ya somos campeones de Europa y que, si perdemos, pues que no volvamos a lo de ocho partidos atr¨¢s'. Y, entonces, sonr¨ªe, seguro de que tiene a todo el mundo en el bolsillo, mientras hace un quiebro sentado en su silla, aludiendo a las cr¨ªticas que ha recibido este a?o por sus repentinos ramalazos conservadores. Carles Rexach (Barcelona, 1947) ha empezado a convencer hasta a los m¨¢s esc¨¦pticos -'Charly no es entrenador para el Bar?a', dec¨ªan muchos- por su apabullante sentido com¨²n, su capacidad para destilar una iron¨ªa cercana y por quitar trascendencia al f¨²tbol. Su naturalidad se antoja una bendici¨®n del cielo tras el estresante trienio marcial de Louis Van Gaal, que dej¨® al club taquic¨¢rdico, o la frustrante tristeza de Lloren? Serra Ferrer.
Charly, que se neg¨® a aceptar la sugerencia de alg¨²n directivo de hacerse llamar ahora Se?or Rexach, es Charly. No hay trampa ni cart¨®n en este hombre campechano que lleva 40 a?os en el Camp Nou y que conoce como nadie todos los resortes del club, desde la tribuna a la tercera grader¨ªa pasando por el ¨²ltimo rinc¨®n del vestuario. Tras resistirse a aceptar el cargo de entrenador para este curso, Rexach asumi¨® su destino resignado, con la misma disciplina de hombre de la casa que utiliz¨® para seguir en el Bar?a tras el despido de Cruyff. Y ha empezado su nuevo camino, aunque a veces con cierto maquiavelismo, cumpliendo con creces: sigue en Europa y llega a su estreno como t¨¦cnico en el cl¨¢sico con un colch¨®n de seis puntos. Lo hubiera firmado en julio con los ojos cerrados.
Pragm¨¢tico, accesible, ir¨®nico y con la misma flema brit¨¢nica que insin¨²a su apodo ingl¨¦s, Charly parte con ventaja porque tiene ya poco que esconder, porque siempre ha dicho que es un 'tio normal' que, como a cualquiera, le gusta vivir bien y porque su sencillez y familiaridad de hace d¨¦cadas le convierten en un tipo tan pr¨®ximo como el vendedor de la esquina. Y porque no da lecciones a gritos, asume errores en los cambios y desmitifica el f¨²tbol, a golpe de carcajada, con la perspectiva de quien no olvida que esto es un juego. 'Hoy he hecho el ensayo a puerta cerrada, que est¨¢ de moda, pero no me gusta: es aburrido. Los jugadores se motivan m¨¢s si la gente les ve...Y, adem¨¢s, aunque cierres puertas, nunca se esconde nada', dijo sin el menor asomo de tensi¨®n.
Siempre h¨¢bil en sus respuestas, Rexach se ha multiplicado estos d¨ªas ante c¨¢maras y micr¨®fonos -'Cambio r¨¢pido cuando pongo la radio y escucho mi voz'- con la amable complicidad de que sabe que le toca ese papel al tiempo que daba d¨ªas libres a sus jugadores m¨¢s fatigados. El equipo est¨¢ encantado y la junta tambi¨¦n: sabe que la figura de Charly - no se hubiera perdonado a otros la suplencia de Saviola- frena m¨¢s de un conflicto. Pero, pese a sus bromas, sus buenas palabras hacia el Madrid, su relativismo y su c¨¦lebre coletilla de yo siempre digo lo mismo, hoy estar¨¢ en el Bernab¨¦u un tipo tan cul¨¦ -'S¨ª, esta semana no ha habido mala leche, pero saldr¨¢ en cuanto corra el bal¨®n'- como los que lo vean por televisi¨®n. Y que olvida su ambiguedad y asume que sino gana un t¨ªtulo habr¨¢ fracasado. Charly es todo eso y tambi¨¦n esto: hoy habr¨¢ apagado la luz en Madrid y dormido como siempre: 'Como un tronco'.
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