Restos de vida en el infierno de los desaparecidos en Argentina
Irene Vesedo protagoniza un filme sobre la identidad
Todav¨ªa se hace un l¨ªo. No alcanza a comprender el remolino de sensaciones que se mueven entre rencores, odios, nuevos afectos, piedades, ignorancia, rabia... 'Es el personaje m¨¢s complejo que he hecho. Me aturde, se me mezcla todo', confiesa la actriz Irene Visedo. Cree que eso es lo que han debido sentir todos los j¨®venes que un d¨ªa descubren que sus padres no son sus padres, y a¨²n m¨¢s, que quienes les dan techo, comida, estudios, son los asesinos de sus progenitores.
En ese lugar se ha colocado ella a sus 23 a?os. Ha sido capaz de llevar de viaje a su personaje aparente, M¨®nica Eguigaray, hasta el coraz¨®n de la verdadera Diana Leardi, la ni?a que unos asesinos arrebataron de las manos a su madre en mitad de las torturas que ¨¦sta sufri¨® en Argentina, en los a?os setenta. As¨ª es la entra?a de Los pasos perdidos, la pel¨ªcula de Menane Rodr¨ªguez que Visedo protagoniza junto a Luis Brandoni, Concha Velasco y Federico Luppi.
Es una obra sobre la identidad, dice la actriz madrile?a, menuda, de ojos oscuros y gatunos, que se est¨¢ haciendo famosa gracias a sus apariciones en la serie Cu¨¦ntame (TVE 1) y que ya ha protagonizado pel¨ªculas como Cascabel, de Daniel Cebri¨¢n, y que ha intervenido en otras como El espinazo del diablo, de Guillermo del Toro.
'Para m¨ª, trata de la manipulaci¨®n de la identidad de una persona, de la violaci¨®n de sus emociones y el derecho a controlar su propia vida', asegura. Y a?ade: 'Es un personaje que al recuperar su verdad, recupera su dignidad, aunque me la imagino triste el resto de su vida, marcada. Creo que nunca vuelve a ver a sus padres f¨¢cticos, lo que hacen es algo imperdonable'.
El caso tiene mucho que ver con el del poeta argentino Juan Gelman, en quien se han inspirado de alguna manera para crear el personaje de Bruno Leardi, a quien interpreta Luppi.
Pero para conocer aquellos dramas, Visedo ha recurrido a Internet, a la experiencia de la lucha de las abuelas de la Plaza de Mayo, a algunos v¨ªdeos con experiencias de personas similares que la directora prest¨® a la actriz: 'En Internet he encontrado mucha informaci¨®n y un activismo feroz, con implicaci¨®n decidida', asegura. 'Y con los v¨ªdeos me acerqu¨¦ a sus emociones. La mirada, la cadencia de sus voces, la forma de vestir, sus peinados'.
Espi¨¢ndolos a trav¨¦s de una pantalla, Irene Visedo pudo tocar la huella de su desgracia. ?sa que hace que los verdaderos nombres sean an¨¦cdotas. 'Cinematogr¨¢ficamente, los dos nombres de mi personaje, M¨®nica y Diana, son todo un s¨ªmbolo, pero en la vida real de estas personas sus nombres son lo de menos. Son una banalidad. Despu¨¦s de todo lo que tienen que pasar, c¨®mo se llaman realmente es lo que menos les importa'.
La inform¨¢tica y algunas conversaciones con abuelas de nietos desaparecidos que la agasajaron con galletas, chocolate, Chambote -una marca de dulce de leche- y mate, la ayudaron a hacerse idea de las tragedias. 'Son gente con esperanza de justicia y un dolor vivo que les dura m¨¢s de 20 a?os. Todas tienen una historia que contar'.
Fue algo que la actriz pudo comprobar al acercarse al lugar donde se manifiestan, alrededor del obelisco que se encuentra frente a la Casa Rosada, un foro que ella conoci¨® en pleno rodaje, llevado a cabo entre Argentina y Espa?a. 'Cuando llegu¨¦ all¨ª, hac¨ªa un calor insoportable, unos 40 grados, pero las abuelas no se quitaban sus pa?uelos, aguantaban de pie con ellos puestos. Aqu¨¦lla es una protesta real, dolorosa, no como esas de dise?o con calimocho detr¨¢s y camisetas del Che'.
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