Un pu?etazo en el est¨®mago

Las dos primeras novelas de la Trilog¨ªa de Argel, de Yasmina Khadra, son como un pu?etazo al est¨®mago que nos catapulta al coraz¨®n de la torturada Argelia de hoy. Son de una intensidad y una violencia que cortan el aliento. En ambas, con apenas 140 p¨¢ginas cada una, el escritor mezcla la acci¨®n salvaje con la reflexi¨®n profunda sobre la realidad argelina, todo ello con una sorprendente econom¨ªa de lenguaje. Directo, puro argot la mayor¨ªa de las veces, l¨ªrico y metaf¨®rico otras. La traducci¨®n, que en alg¨²n momento peca de espa?olismo, debe haber sido verdaderamente dif¨ªcil, pues Khadra escribe en un franc¨¦s superargelino.

Con argumentos e historias diferentes, Morituri y Doble blanco transmiten un mismo mensaje: 'La mafia pol¨ªtico-financiera es la que ha provocado esta puta guerra y la que la mantiene. Una caterva de antiguos pol¨ªticos que no perdonan que les hayan quitado de en medio...', como dice uno de los personajes de Khadra. Influyentes miembros de la antigua nomenclatura, dinosaurios del socialismo, delincuentes que se hicieron integristas, islamistas de verdad, chulos y prostitutas, jueces, banqueros y pol¨ªticos corruptos, camellos que venden droga a beneficio de los grupos armados desfilan por estas novelas que tienen un protagonista indiscutible, el comisario Llob, un hombre que nunca volver¨¢ a ser feliz despu¨¦s de lo que ha visto, un hombre que se inici¨® 'en las cabronadas de la Criminal', despu¨¦s de la independencia, que se convirti¨® en el madero bueno de su barrio, siempre disponible y desinteresado, hasta que empezaron a tirotear a sus colegas, y que ahora tiene miedo, mucho miedo, pero que, aunque esc¨¦ptico, es tozudo y honesto. Cuando no puede m¨¢s, se toma la justicia por la mano. En sus ratos libres, pocos, escribe novelas, como el propio ex comandante Moulessehoul.

En Morituri, Abu Kalibs, un emir que no figuraba en la n¨®mina de los terroristas, organiza su propio club para cargarse a intelectuales y artistas. Su actuaci¨®n por libre se convierte en una c¨¦lula cancer¨ªgena para los que dirigen de verdad el cotarro. Hay que desarticular su organizaci¨®n y, para ello, nada mejor que encargar el trabajo al mejor sabueso de la polic¨ªa, a Llob. El comisario no dejar¨¢ las cosas as¨ª.

En Doble blanco, un escritor y un profesor son eliminados, presuntamente, por los integristas, pero cada vez que Llob se acerca a un miembro del comando ¨¦ste aparece asesinado. Llegar¨¢ hasta el final, aunque la justicia, como en Morituri, tampoco tendr¨¢ nada que decir.

Khadra ha creado unos personajes convincentes, adem¨¢s de Llob: Lino, que era el campe¨®n de los absentistas, s¨®lo pendiente de su tr¨¢fico de influencias hasta que su compa?ero Serdj, fatalista incurable, buen polic¨ªa, es asesinado, y entonces se desmorona; el director, un se?orito enchufado; Bliss Nash, dudoso poli, que el jefe utiliza para controlar a Llob...

Ambas novelas incluyen una breve pero ¨²til lista de t¨¦rminos. La tercera de la trilog¨ªa, El oto?o de las quimeras, se publicar¨¢ pr¨®ximamente. Las tres hablan del dolor de Argelia. 'La noche se ha instalado en nuestros corazones, nuestra memoria se qued¨® sin sol. Argel es un moridero', dice Llob.