La justicia de Brasil castiga por primera vez a los asesinos de un indio
Cuatro j¨®venes de familia acomodada reciben la pena m¨¢xima por quemar vivo a un patax¨®
El veredicto que condena a 14 a?os de c¨¢rcel, por homicidio triplemente cualificado, a cuatro j¨®venes de familia acomodada de Brasilia que quemaron vivo al indio patax¨® Galdino Jes¨²s dos Santos ha conmocionado Brasil. Es la primera vez en este pa¨ªs que el asesinato de un indio es condenado con la pena m¨¢xima. El mi¨¦rcoles, el temor a que los cuatro j¨®venes pudieran ser absueltos y puestos en libertad movi¨® al presidente Fernando Henrique Cardoso a afirmar p¨²blicamente que 'por ning¨²n motivo del mundo una persona puede ser quemada viva' y que los culpables del crimen deb¨ªan ser condenados.
La sentencia del tribunal de Brasilia calific¨® el crimen de 'hediondo', ya que los cuatro condenados -Max Rog¨¦rio Alves, de 23 a?os; Tom¨¢s Oliveira Almeida, de 22; Eron Chaves de Oliveira, de 23, y Ant¨®nio Novelly de Vila Nova, de 23 a?os- confesaron ante los jueces que lo que hab¨ªan pretendido era 'hacer una broma y divertirse'. Con este fin fueron la noche del 20 de septiembre de 1997 a una gasolinera y compraron dos latas de combustible que vertieron sobre el indio y le prendieron fuego.
El juicio, que se prolong¨® desde el martes pasado hasta ayer, y en el que estuvo siempre presente una importante delegaci¨®n de indios patax¨®s ataviados con sus atuendos t¨ªpicos y que cada d¨ªa invocaban con sus espectaculares ritos a sus dioses, estuvo a punto de suspenderse porque la juez que lo presid¨ªa -Sandra de Santis- se signific¨® descaradamente a favor de los j¨®venes homicidas. Hasta se hab¨ªa permitido bromear p¨²blicamente con algunas de las declaraciones de los testigos, y s¨®lo llor¨® cuando la madre de uno de los condenados dijo que su hijo no merec¨ªa quedar marcado toda la vida, ya que era 'de una familia bien'.
La opini¨®n p¨²blica, que en estos ¨²ltimos dos a?os ha ido acostumbr¨¢ndose a ver entrar en la c¨¢rcel a personajes p¨²blicos importantes y a que sean expulsados del Senado por indignidad senadores de gran poder, estaba a la expectativa de que por primera vez se hiciera justicia a favor de un indio, ya que en Brasil la vida de los miembros de estas minor¨ªas ha valido en numerosas ocasiones mucho menos que la de una res.Sin duda, la absoluci¨®n de los cuatro j¨®venes hubiese supuesto un doble esc¨¢ndalo social y pol¨ªtico, ya que los acusados hab¨ªan contado con fuertes influencias pol¨ªticas y, hasta el ¨²ltimo momento, sus valedores hicieron lo imposible para anular el juicio. El colmo fue cuando, horas antes de la sentencia, desapareci¨® una de las pruebas clave de la acusaci¨®n: los dos recipientes usados por los j¨®venes para comprar la gasolina con la que rociaron al indio Galdino. Cuando el fiscal Luiz Eduardo Greehalgh pidi¨® los contenedores para presentarlos al jurado, se hab¨ªan volatilizado misteriosamente. Los indios presentes abandonaron la sala indignados y el juicio se suspendi¨® durante una hora. M¨¢s tarde, unos polic¨ªas encontraron las pruebas en un cubo de la basura. Una de las cosas que movieron a cinco de los siete jueces populares a la condena fueron las fotos del cuerpo del indio asesinado. Eran tan impresionantes que algunos de los miembros del jurado retiraban la cabeza para no seguir vi¨¦ndolas.
Los comentarios, ayer, en los medios de comunicaci¨®n fueron un¨¢nimes: algo est¨¢ cambiando en Brasil cuando la muerte de un indio es capaz de llevar a la c¨¢rcel a cuatro chicos de la burgues¨ªa del pa¨ªs, sin ning¨²n tipo de atenuantes y sin que de nada sirvieran todas las estratagemas para salvarlos, incluida la mediaci¨®n de la juez que presid¨ªa el tribunal y que intent¨® convencer al jurado de que los j¨®venes lo ¨²nico que hab¨ªan intentado era 'hacer, para divertirse, una broma que desgraciadamente acab¨® con la vida del indio en contra de sus propias intenciones'.
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