La arquitectura aislada de los campus
Expertos en urban¨ªstica denuncian a partir de un informe la falta de planificaci¨®n en la construcci¨®n de las universidades
S¨®lo una de cada cinco universidades espa?olas est¨¢ integrada en el tejido urbano o forma parte del centro hist¨®rico de una ciudad, por lo que el 80% de los recintos universitarios han sido segregados en la periferia. De ¨¦stos, un 45% se ubica en los bordes urbanos o en la periferia; un 35% est¨¢ completamente segregado y tan s¨®lo un 20% se encuentra integrado a la ciudad. Estos datos proceden del estudio La Universidad en Espa?a. Historia, urbanismo y arquitectura, que ha sido presentado en Madrid, realizado por el arquitecto Pablo Campos, y que ha servido de percha para analizar este tema en un encuentro de expertos en urban¨ªstica e historiadores celebrado en el Colegio de Arquitectos de Madrid.
'Los centros espa?oles son el resultado de un desarrollo y crecimiento incoherentes'
El decano del Colegio de Arquitectos, Fernando Chueca, resalt¨® que se trata de la 'primera y ¨²nica investigaci¨®n que analiza la historia y la situaci¨®n urban¨ªstica de las universidades espa?olas. El informe estudia 57 instituciones universitarias p¨²blicas y privadas y analiza 114 recintos, lo que equivale al 100% de las universidades espa?olas en el a?o que se realiz¨® la recopilaci¨®n de datos, 1997. Aunque en la actualidad hay en Espa?a 11 centros m¨¢s, en opini¨®n del autor la situaci¨®n no ha cambiado y el an¨¢lisis sigue estando vigente.
La Universidad espa?ola es 'el resultado del desarrollo y crecimiento incoherentes, ante la ausencia de una planificaci¨®n general que piense el objeto arquitect¨®nico no como objeto en s¨ª mismo, sino como espacio de una instituci¨®n creadora de conocimiento, inserta en una tradici¨®n cultural y de irrenunciable vocaci¨®n transformadora'. As¨ª lo expresa en sus conclusiones Pablo Campos.
Con ellas sintoniza el catedr¨¢tico de Arquitectura Miguel ?ngel Baldellou, que advierte de la dificultad con la que se enfrenta la Universidad espa?ola 'frente a la ausencia de modelos o tradiciones a seguir y sin un marco de referencia m¨ªnimo, que debiera formar parte de una planificaci¨®n estrat¨¦gica global y ten¨ªa que haberse recogido en la nueva Ley Org¨¢nica de Universidades (LOU)'. En este ¨²ltimo aspecto se mostraron de acuerdo todos los asistentes al encuentro.
El historiador Antonio Bonet Correa se?al¨® que el estudio de Campos 'llena un vac¨ªo en la literatura urban¨ªstica de Espa?a y expone la falta de coherencia entre nuestra Universidad y su arquitectura'. 'Como universitarios, tenemos el deber de ser inconformistas y de se?alar que esta situaci¨®n se debe a la falta de planificaci¨®n de la Administraci¨®n general', a?adi¨®.
Este profesor puso el ejemplo de la Universidad Aut¨®noma de Madrid: 'Su situaci¨®n urban¨ªstica tuvo como objetivo el mejor acceso posible por parte de las fuerzas represivas frente a las protestas estudiantiles. Para el franquismo, las universidades enraizadas en el tejido urbano eran peligrosas y dif¨ªciles de controlar; igual que al saber, lo mejor era relegarlas a la periferia'.
El estudio de Campos explica que ha habido un desplazamiento urbano progresivo que 'no es ajeno a la paulatina p¨¦rdida de la centralidad del saber y del conocimiento en la sociedad actual'. El texto cuenta con numerosos ejemplos de esta situaci¨®n y destaca en particular la Universidad de Alcal¨¢ de Henares como un caso a imitar, de gran integraci¨®n urbana, casi un modelo de excelencia; la Complutense, a la que se puede ubicar en el borde urbano, y la Aut¨®noma de Madrid, un caso 'aberrante de completa segregaci¨®n', se?ala.
Seg¨²n el informe, el caso t¨ªpico en Espa?a es el del 'mal llamado campus', que no tiene nada que ver con el ideal universitario del campus norteamericano. Seg¨²n Campos, 'un espacio aislado de la ciudad y de sus ra¨ªces hist¨®ricas, sin residencia universitaria, con una mala adaptaci¨®n a la realidad clim¨¢tica y cultural locales, no es un campus, sino que responde m¨¢s bien a la idea de gueto o de ¨¦lite y promueve un modelo de estudiante que no se siente ciudadano y una clase de conocimiento que no se compromete con su realidad'.
Los diferentes modelos
La calidad de la arquitectura y la de la educaci¨®n son dos elementos inseparables en la evaluaci¨®n de los recintos universitarios, se?alan arquitectos e historiadores. Aunque no existe una ¨²nica respuesta sobre cu¨¢l es el modelo perfecto, los expertos recuerdan que hay buenos ejemplos en Europa y EE UU. Seg¨²n Pablo Campos, 'la propuesta brit¨¢nica fue pionera en la formalizaci¨®n de lo que podr¨ªa entenderse como una segunda Ciudad del Saber, aceptando el enunciado de la polis griega como su germen conceptual'. Esta concepci¨®n se cristaliz¨® en los colleges que, aunque influyeron en el desarrollo de los campus norteamericanos, retienen como propia 'la huella de la arquitectura mon¨¢stica y el trazado geom¨¦trico, que permiten una cercan¨ªa al tejido ciudadano'. En el modelo franc¨¦s, los te¨®ricos encuentran uno de los mejores ejemplos. 'La Sorbona ofrece una hermosa lecci¨®n de compromiso urban¨ªstico entre ciudad y Universidad', dice Campos, sobre todo porque en sus or¨ªgenes los recintos universitarios fueron penetrando en la ciudad, difumin¨¢ndose en ella, con el consecuente compromiso social en la construcci¨®n y transmisi¨®n del conocimiento. En la Universidad de Berl¨ªn se opt¨® por la idea del edificio-Universidad, como bisagra para el crecimiento metropolitano. Y el campus norteamericano responde a la concepci¨®n de una ciudad ideal, una peque?a comunidad id¨ªlica, en plena naturaleza, segregada y autosuficiente. Era una Universidad al margen de la ciudad que desemboc¨® en el Academical village.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.