El hotel que enterr¨® la posguerra

La reforma del hotel Pez Espada ha puesto de manifiesto en M¨¢laga la importancia arquitect¨®nica de este recinto. Inaugurado en junio de 1959, este hotel supuso el cierre de la posguerra y un bot¨®n de muestra de la oferta tur¨ªstica que Andaluc¨ªa presentaba al mundo. De un estilo heredero del Movimiento Moderno, este hotel es una joya arquitect¨®nica.

Estaba y sigue estando en un lugar privilegiado: al borde de la playa de La Carihuela de Torremolinos. Cuando se inaugur¨®, en junio de 1959, Torremolinos era a¨²n un para¨ªso secreto, una antigua y encantadora villa de pescadores que hab¨ªa sido elegida como la postal de apertura del r¨¦gimen franquista y como plataforma de lanzamiento del spanish tourism. El Hotel Pez Espada, obra de los arquitectos Manuel Mu?oz Monasterio y Juan J¨¢uregui, naci¨® con cinco estrellas y s¨®lo perdi¨® una en la crisis de 1986, fecha desde la que pertenece a la cadena Met Playa. Entre esas estrellas descansaron nombres como Frank Sinatra, Ava Gardner, el presidente argentino Per¨®n, Anthony Quinn, los duques de Windsor, el rey Balduino, Sof¨ªa Loren...

Arquitect¨®nicamente supuso la reivindicaci¨®n de la modernidad en una Espa?a que sal¨ªa de la autarqu¨ªa para abrazarse a un estilo heredero del Movimiento Moderno en su vertiente International Style, guardando un interior lleno de detalles de dise?o de lo que el historiador Juan Antonio Ram¨ªrez y el dise?ador Diego Santos bautizaron en su d¨ªa como Estilo del Relax. Desde el pasado octubre y hasta el pr¨®ximo mayo cierra sus puertas para acometer una reforma interior que ha preocupado a los historiadores y arquitectos que ya lo consideran una joya, uno de los pocos vestigios de un modelo urban¨ªstico y econ¨®mico que fue degenerando en especulaci¨®n, y santo y se?a de una est¨¦tica que cerraba las puertas a 20 a?os de caspa y cartillas de racionamiento para abrir las puertas al mundo, el relax, la prosperidad y el ocio divertido.

Pero, seg¨²n el director del hotel desde 1986, Francisco N¨²?ez, no hay lugar para la alarma. 'Si elimin¨¢ramos los detalles est¨¦ticos que hicieron del hotel lo que es, no ser¨ªa el Pez Espada', afirma. 'Ese m¨¢rmol blanco falso, esas columnas, ese suelo, es genuino e insustituible; hay gente que nos dice que no est¨¢ con los tiempos, pero es que ¨¦sa es precisamente la historia del hotel', a?ade. As¨ª las cosas, la reforma tiene como objetivo la instalaci¨®n de puertas de seguridad accesibles mediante tarjetas, mejoras en los cuartos de ba?o, carpinter¨ªa exterior e interior, mobiliario... El arquitecto responsable es el catal¨¢n Antoni Olalla.

El arquitecto Carlos Garc¨ªa V¨¢squez, comisario junto a Ram¨®n Pic¨® de la exposici¨®n que ha resaltado los valores de la arquitectura heredera del Movimiento Moderno en Andaluc¨ªa, sostiene que 'el crecimiento urban¨ªstico de la Costa del Sol hay que empezar a valorarlo como una forma de ocupaci¨®n territorial terriblemente contempor¨¢nea y ¨²nica en Espa?a'.

Garc¨ªa V¨¢squez, profesor de historia de la Arquitectura en la ETSA de Sevilla, forma parte del equipo de investigaci¨®n que dirige V¨ªctor P¨¦rez Escolano sobre Ciudad, arquitectura y patrimonio andaluz contempor¨¢neo, uno de cuyos objetivos ser¨¢ redefinir hist¨®rica y arquitect¨®nicamente el fen¨®meno de la Costa del Sol. 'Habr¨¢ que hacer una labor de investigaci¨®n dur¨ªsima porque mucho se ha perdido, pero ha habido y hay aut¨¦nticas joyas que han sido despreciadas en parte por una visi¨®n academicista de la arquitectura y en parte porque a¨²n sufrimos que la historia oficial de todo se hace desde Madrid y Barcelona y no tiene en cuenta la periferia', a?ade.

En esa misma l¨ªnea redunda el arquitecto Salvador Moreno Peralta. 'En aquella ¨¦poca, lo rabiosamente moderno en Espa?a desde el punto de vista del dise?o arquitect¨®nico se hac¨ªa en ese incipiente sector tur¨ªstico. Edificios como el Pez Espada nos hermanaban con el mundo y daban carpetazo a la posguerra. Su dise?o, una versi¨®n relajada del racionalismo y el Movimiento Moderno al estilo dec¨® de Miami no era en absoluto inocente: hab¨ªa que vender una nueva Espa?a desde la sonrisa del r¨¦gimen', concluye el arquitecto.