Ferrero se rompe ante Hewitt
El franc¨¦s Grosjean, vencedor del ruso Kafelnikov, rival del australiano en la final
Juan Carlos Ferrero no logr¨® cambiar la l¨®gica. Lo ten¨ªa todo en contra cuando salt¨® a la pista del Sport Dome, de Sydney, para disputar su semifinal del Masters de tenis. La mayor parte de los 16.000 aficionados que llenaban el recinto quer¨ªan ver ganar a su compatriota Lleyton Hewitt, que, adem¨¢s, sali¨® con la moral reforzada por su reciente ascenso al liderato mundial. El ¨²nico resquicio al que parec¨ªa poder agarrarse el espa?ol era la lesi¨®n en una ingle -llevaba un vendaje en su pierna izquierda- que arrastra su adversario. Pero ni eso ni el incuestionable valor de su juego le bastaron. Por primera vez en esta competici¨®n, Ferrero se rompi¨® y ello le cost¨® la derrota. Perdi¨® por 6-4 y 6-3 en una hora y 30 minutos. As¨ª, Hewitt afront¨® en la madrugada de hoy la final ante el franc¨¦s Sebastien Grosjean, debutante, que bati¨® al ruso Yevgeny Kafelnikov por 6-4 y 6-2.
'Me voy triste por haber perdido, pero conforme con el juego que he desplegado', coment¨® Ferrero tras su eliminaci¨®n; 'acab¨¦ entre los cuatro mejores en una competici¨®n que reun¨ªa a los ocho primeros de la clasificaci¨®n mundial. No puedo quejarme. La clave de mi partido con Hewitt fue que ¨¦l me rompi¨® primero el saque. Los dos sab¨ªamos que quien lo lograra iba a ganar. Si le hubiera arrebatado una manga, ¨¦l habr¨ªa acusado m¨¢s las molestias en su pierna. Pero jug¨® muy bien'.
El servicio fue decisivo
A pesar de que ni Hewitt ni Ferrero son dos grandes sacadores, el servicio adquiri¨® tambi¨¦n en su enfrentamiento un papel crucial. Ferrero se lo asegur¨® en blanco las tres primeras veces que lo defendi¨®. Sin embargo, en la cuarta tuvo que afrontar cinco bolas de rotura y acab¨® cedi¨¦ndolo al estampar un rev¨¦s en la red. Aunque dispuso luego de dos bolas de break, all¨ª comenz¨® a complic¨¢rsele el partido. Porque descubri¨® lo dif¨ªcil que le iba a resultar imponerse a un jugador de parecidas caracter¨ªsticas, pero con un nivel de confianza incluso superior al suyo.
Lo que diferenci¨® a los dos jugadores fue precisamente este aspecto psicol¨®gico. El Hewitt que ayer se encontr¨® Ferrero distaba mucho de aqu¨¦l al que venci¨® hace un a?o en la final de la Copa Davis en Barcelona. Y lo que m¨¢s ha cambiado en ¨¦l es la mentalidad. En Espa?a jug¨® como una promesa. En Sydney, ayer, a sus 20 a?os, lo hizo como un campe¨®n que ha ganado ya una cita del Grand Slam, el Open de Estados Unidos, y que se ha convertido en el primer australiano que acaba el curso como n¨²mero uno y el m¨¢s joven de la historia en lograrlo.
Y as¨ª debi¨® de comprenderlo Ferrero, de 21 a?os, cuando perdi¨® dos veces consecutivas su saque en el comienzo del segundo set. Su gesto de tirar la raqueta con rabia tras ceder un punto que ten¨ªa ganado evidenci¨® su impotencia. Quedaba claro que estaba roto. Su hermetismo, su impermeabilidad y su consistencia desaparecieron. Y con ellos se fue tambi¨¦n su confianza. La consecuencia fue que todos sus esquemas se desajustaron. Cedi¨® terreno en la pista, comenz¨® a cometer errores y las bolas que antes limpiaban las l¨ªneas se le fueron por mil¨ªmetros: 25 errores no forzados. Y el partido se le escap¨®. Su ¨²ltima reacci¨®n lleg¨® con 1-4. Ya era demasiado tarde. Hewitt no estaba para regalos.
'Al principio, pens¨¦ que no podr¨ªa aguantar', dijo Hewitt, que a comienzos de diciembre disputar¨¢ de nuevo la final de la Copa Davis, pero esta vez sobre la hierba de Melbourne y ante Francia; 'sent¨ªa molestias, pero me olvid¨¦ de ellas. Espero que no me perturben en la final, pero no me infiltrar¨¦'.
Grosjean, de 23 a?os, ha mostrado una progresi¨®n incre¨ªble desde que gan¨® el torneo de Par¨ªs-Bercy. Pero Hewitt le dominaba por 4-2 en sus enfrentamientos personales. En este caso, adem¨¢s, ganar o perder pod¨ªa suponer un punto de inflexi¨®n para ambos ante la Copa Davis, 'un objetivo que no admite espera', seg¨²n Hewitt.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.