Josep Maria Flotats debuta en la ¨®pera con la representaci¨®n en el Real de 'Cos¨¬ fan tutte'
El actor y director afirma que quiere hacer un Mozart actual 'alejado de las pelucas'
Se ha tomado muy en serio su deb¨² en la ¨®pera. Quiz¨¢ porque es con un t¨ªtulo, Cos¨¬ fan tutte, de Mozart, que le transporta a la infancia y a los susurros al o¨ªdo de su madre, que le tarareaba alg¨²n aria de la obra con su voz de mezzosoprano aficionada. Josep Maria Flotats pas¨® hace 11 meses del estruendo del ¨¦xito teatral con Arte a un mundo nuevo para ¨¦l como profesional: el de la ¨®pera. Anuncia que llega con ideas propias ante el reto que le ha propuesto el Teatro Real de Madrid: 'Quiero hacer un Mozart alejado de las pelucas, que sea lo m¨¢s actual posible', asegura.
El Cos¨¬ fan tutte de Josep Maria Flotats es una coproducci¨®n con el Teatro del Liceo de Barcelona, y se presentar¨¢ en el coliseo l¨ªrico catal¨¢n el 12 de diciembre de 2003.
A Flotats, el estreno en el Teatro Real el pr¨®ximo 9 de diciembre, le quita el sue?o: 'No sabr¨¦ d¨®nde meterme. Pero quiero que, guste o no guste, la gente sepa que me presento con los deberes hechos', dice. En la mesa de direcci¨®n se desvelan pruebas de su nerviosismo ante la gran noche que compartir¨¢ con Jes¨²s L¨®pez-Cobos en el podio musical y los cantantes Veronique Gens, Carmen Oprisanu, Charles Workman, Pietro Spagnoli, Alessandro Corbelli e Isabel Monar, del primer reparto. Muchos libros, apuntes, libretos y una caja de paracetamol le delatan. '?Es malo el paracetamol? No, para m¨ª es como una ducha'. Tambi¨¦n le delata el movimiento constante de las manos, que tapa y destapa con un jersei negro, mientras cruza las piernas y las apoya en el suelo como una equis.
'Lo primero que pens¨¦ al trabajar en esto fue: ?Dios m¨ªo! Y ahora, ?por d¨®nde empiezo?'. La respuesta fue: la dramaturgia. Es decir, la intenci¨®n, el discurso. 'Veo una contradicci¨®n en esta ¨®pera. Para m¨ª no es ¨®pera bufa. El libreto de Lorenzo da Ponte habla de chicas de buena familia casaderas y militares cazadotes, entre alegres y festivos, y mucho la, la, la. Pero la m¨²sica de Mozart a m¨ª me resulta muy dram¨¢tica, l¨²gubre, triste, me produce desgarro interior'. Flotats dice que ve que el escritor ten¨ªa una intenci¨®n y el compositor otra. '?sta es una obra sobre la corrupci¨®n de la inocencia. Esa cosa tan presente en el siglo XVIII, en Laclos, Maribeau, en Sade. Sobre la manipulaci¨®n, la perversi¨®n, la introducci¨®n de la mentira en las relaciones', asegura.
Relaciones complejas
Y eso es algo que no ve suficientemente resaltado en los 11 montajes que conoce de la obra. 'Cos¨¬ no lleva esa etiqueta', sostiene Flotats. Pero ha encontrado un veh¨ªculo y un mundo para dar su visi¨®n de artista. 'Hay dos personajes que me dan nuevas v¨ªas. Despina, que est¨¢ lejos de ese mundo de lujo, equivalente a los desfiles de Par¨ªs hoy o a la entrega del los Oscars, representa la esperanza, y Don Alfonso, que es la manipulaci¨®n, el abuso'. A todos esos seres los ve¨ªa Flotats enredados en una compleja madeja de relaciones. Y la imagen de la madeja le llev¨® a situar la acci¨®n en el ambiente de la burgues¨ªa textil, con se?oritos ociosos y absurdos por un lado, y gentes que trabajan para vivir, proletarios enmohecidos, por otro. ?Una mezcla entre Mozart, Da Ponte y la lucha de clases? 'No quiero hacer un Bertolt Brecht barato, para entendernos, entre otras cosas porque le respeto mucho, pero qu¨¦ duda hay de que s¨ª se ver¨¢ cr¨ªtica social', afirma.
Flotats no concibe acostarse en los placeres del esteta y despreciar la realidad. 'No puedo escuchar m¨²sica e ignorar las noticias sobre lo que pasa en Afganist¨¢n', asegura. Pero recalca que su intenci¨®n no es provocar: 'Quiero hacer un Mozart alejado de las pelucas, m¨¢s pr¨®ximo, actual. Mi intenci¨®n no es el esc¨¢ndalo, ni agredir al espectador. Quiero mostrar lo que creo hasta el fondo y compartirlo, pero ser fiel tambi¨¦n al esp¨ªritu de la obra'.
Provocar por provocar, sin intenciones m¨¢s ambiciosas, es algo que no va con ¨¦l. Tambi¨¦n, aunque no haya dirigido ¨®pera hasta ahora, conoce un mundo en el que lo gratuito, art¨ªsticamente hablando, se paga muy caro, con p¨²blicos protestones y virulentos. 'Yo adoro el mundo de la m¨²sica, el ballet y la ¨®pera. Cuando era estudiante hac¨ªa cola desde las siete de la ma?ana por entradas en el Liceo y luego segu¨ªa en la parte de atr¨¢s para conseguir buen sitio en el gallinero. Nunca me arrepent¨ª. De lo que s¨ª me arrepiento es de no saber tocar un instrumento. Si volviera a nacer me gustar¨ªa que me obligasen', asegura.
Sin alejarse del teatro
Su incursi¨®n en la m¨²sica no le ha hecho alejarse del teatro. No sabe qu¨¦ har¨¢ despu¨¦s, pero observa a su alrededor. Dice haber olvidado el que le despidieran del Teatre Nacional de Catalunya despu¨¦s de haber echado a?os encima al proyecto. 'Lo que pas¨® en Catalu?a est¨¢ a 20.000 millas, ya ni me acuerdo. Peor para el teatro, es una pena'.
Ahora est¨¢ orgulloso de ir por libre y se ha trasladado a Madrid. 'Soy cien por cien independiente', cuenta, a la vez que asegura ver mucho talento desperdiciado. 'Hay una nueva generaci¨®n de actores con ganas de hacer cosas que no pueden. Los productores privados se arriesgan poco con textos buenos. En Madrid no hay en cartelera la cantidad suficiente de buenos textos montados que deber¨ªa tener esta ciudad', afirma.
Que las buenas obras funcionan lo sabe a ciencia cierta. Arte era puro texto al servicio de tres actores y la cosa funcion¨® como fen¨®meno. Pero, considera, nunca puedes fiarte: 'Arte fue bien, pero hay otras que son tan buenas y no han funcionado igual. De todas formas el teatro necesita m¨¢s ambici¨®n. Hay textos comprometidos y dif¨ªciles que pueden ser comerciales', insiste.
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