Larga y saludable vida
De repente, la guerra civil vuelve a inundar las mesas de novedades editoriales. Con una diferencia: lo nuevo tiene sobre sus espaldas 60, 40, 25 a?os de antig¨¹edad. Juli¨¢n Zugazagotia, con Guerra y vicisitudes de los espa?oles; Franz Borkenau, con Re?idero espa?ol; Ronald Fraser, con Blood of Spain, aqu¨ª traducido por Recu¨¦rdalo t¨² y recu¨¦rdalo a otros; Hugh Thomas, con La guerra civil espa?ola. Un protagonista, un testigo, dos historiadores; todos ellos pioneros en su campo: el primer relato desde dentro, la primera cr¨®nica sobre el terreno, la primera historia oral, la primera historia completa. Todos han sobrevivido a su tiempo, todos est¨¢n llamados a perdurar como obras punteras, de esas que es preciso leer para entrar en la jungla de libros dedicados a la guerra civil espa?ola. Thomas escribi¨® la primera historia global, acad¨¦mica, a la manera brit¨¢nica, de aquellos tres a?os. Por acad¨¦mica se entiende: basada en todas las fuentes entonces disponibles, o sea, en una monta?a bibliogr¨¢fica y en los pocos archivos accesibles; pero hay que entender tambi¨¦n: distanciada, no partidista, libre de ganga ideol¨®gica, escrita con el prop¨®sito de evitar pol¨¦micas y establecer los hechos, como dice en el pr¨®logo a la edici¨®n sustancialmente mejorada -otro libro en realidad- de 1977. Por brit¨¢nica se entiende lo propio: dotada de una estructura, recorrida por un argumento, escrita con agilidad y elegancia narrativas, con observaciones agudas sobre los personajes, con ¨¦nfasis en lo pol¨ªtico.
?El argumento? En Espa?a ocurri¨® una guerra civil que hund¨ªa sus or¨ªgenes profundos en el tiempo, que explot¨® como rebeli¨®n y revoluci¨®n y que, despu¨¦s de convertirse en una especie de guerra mundial en miniatura, con alemanes, italianos, rusos y brigadistas, acab¨® como guerra entre dos contrarrevoluciones, la de Franco y la de Negr¨ªn, apoyado en los comunistas. Naturalmente, este argumento, devenido con el tiempo cl¨¢sico, casi can¨®nico en el mundo angloamericano, concede mayor relevancia, en el campo de leales a la Rep¨²blica, a comunistas y anarquistas, relegando a republicanos y socialistas; y presta m¨¢s del doble de atenci¨®n a lo ocurrido antes de mayo de 1937 que en los dos a?os siguientes, como si la guerra de Espa?a, que entra?¨® una revoluci¨®n, hubiera dejado de emitir desde los sucesos de Barcelona aquel fulgor que fascin¨® a tantos brit¨¢nicos durante sus primeros meses.
La larga y saludable vida del libro de Thomas est¨¢ inextricablemente unida, entre nosotros, a la historia de la editorial Ruedo Ib¨¦rico, que inaugur¨® con ella en 1961 sus publicaciones; a la biograf¨ªa de Manuel Fraga, que se estren¨® como ministro de Informaci¨®n persiguiendo con sa?a obsesiva su distribuci¨®n en Espa?a, y a la aventura de un leer clandestino que marc¨® a tantos lectores de unos a?os en los que era imposible conocer lo que de nuestro pasado pudiera escribir un ingl¨¦s liberal y conservador. Fue una especie de mazazo a la ¨²nica versi¨®n de la guerra civil realmente existente, la que impusieron los vencedores y administraba por entonces el inefable Ricardo de la Cierva. Desde el Ministerio de Informaci¨®n corrieron a tapar las grietas, pero el torrente que este libro, y otros que siguieron, dej¨® caer sobre aquella charca de agua estancada produjo efectos irreversibles: a partir de entonces, fue posible mirar a la guerra civil con ojos limpios de lega?as mitol¨®gicas.
Babelia
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