El cad¨¢ver de Fuentes deja Afganist¨¢n sin que haya pistas del crimen

El jefe de polic¨ªa de la provincia de Nangahar, Hazrat Ali, ha impuesto controles en esa zona sure?a de Afganist¨¢n donde fueron asesinados los cuatro periodistas occidentales, entre ellos Julio Fuentes, enviado especial del diario El Mundo. Pero los culpables del crimen siguen sin ser localizados y, aunque el Gobierno provisional de Afganist¨¢n insiste en acusar a mercenarios extranjeros de los talibanes, nadie ha puesto una prueba o un culpable sobre la mesa.

Un convoy con alimentos de Naciones Unidas fue saqueado ayer cuando acaba de salir de Herat, en el oeste del pa¨ªs, lo que demuestra que la seguridad no es precisamente el punto fuerte de los caminos afganos.

Los cuerpos de los cuatro informadores fueron trasladados ayer por el Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR) desde la ciudad afgana de Jalalabad hasta la localidad paquistan¨ª de Peshawar, donde se encontraban la esposa de Julio Fuentes, M¨®nica Garc¨ªa Prieto; el director adjunto de El Mundo, Jorge Fern¨¢ndez, y la embajadora de Espa?a en Pakist¨¢n, Aurora Bern¨¢ldez.

'Han sido brutalmente asesinados. Primero fueron lapidados, despu¨¦s les dispararon a bocajarro. Tienen numerosos impactos de bala en el pecho, los brazos y otras partes del cuerpo', declar¨® un responsable del CICR.

Desde la morgue de Peshawar, los cad¨¢veres de los periodistas fueron trasladados a Islamabad. All¨ª, los restos mortales de Fuentes y de la italiana Mar¨ªa Grazia Cutulia, reportera de Il Corriere della Sera, iban a ser embarcados esta madrugada en un Boeing 747 de las fuerzas a¨¦reas italianas hacia Roma, donde tienen previsto llegar hoy a mediod¨ªa.

Por la tarde, los restos mortales de Julio Fuentes llegar¨¢n a Madrid en un avi¨®n del Ministerio espa?ol de Defensa, a bordo del cual viajar¨¢n tambi¨¦n su viuda y el director de El Mundo, Pedro J. Ram¨ªrez. Seg¨²n una nota del Ministerio de Defensa, el ministro, Federico Trillo, ha dado instrucciones para que el Estado Mayor del Aire disponga un avi¨®n CASA-235 perteneciente al ala 35 de la base a¨¦rea de Getafe, para la repatriaci¨®n del cad¨¢ver del periodista, informa Efe.

El cuerpo del c¨¢mara australiano de Reuters Harry Burton ser¨¢ llevado en un vuelo comercial a Londres. El fot¨®grafo afgano Azizullah Hardar, que tambi¨¦n trabajaba para la agencia brit¨¢nica, ser¨¢ incinerado en Islamabad. Hardar hab¨ªa salido de Afganist¨¢n hace una d¨¦cada como refugiado con el sue?o de volver alguna vez a un pa¨ªs en paz. Al final, ha encontrado la muerte en los caminos de un Estado salvaje al que ya nunca regresar¨¢.

'No les robaron'

Aunque seg¨²n las primeras versiones los cuatro periodistas asesinados hab¨ªan sido robados antes de ser ametrallados, el delegado de Reuters en Pakist¨¢n, Jack Redden, lo ha negado y ha asegurado que no se produjo ning¨²n tipo de pillaje. 'Esta banda no estaba interesada en el robo. Ni el dinero ni el equipo que llevaban en el coche han desaparecido', asegur¨® Redden. Fuentes de Reuters en Kabul confirmaron esta versi¨®n, aunque siguen sin acusar directamente a los talibanes. No hay que olvidar que todos los testimonios que se tienen sobre los hechos son indirectos, ya que nadie vio, aunque s¨ª pudo escuchar, lo que ocurri¨® en el recodo del camino, cerca del r¨ªo Kabul, donde se cometi¨® el crimen.

Para el Gobierno provisional afgano es mucho m¨¢s f¨¢cil acusar a elementos incontrolados talibanes, que tras la derrota del r¨¦gimen radical en la zona podr¨ªan haber quedado desperdigados y con ganas de venganza, que a salteadores de caminos, que por alg¨²n motivo se pusieron nerviosos y se liaron a tiros. Sin embargo, en un pa¨ªs donde todo el mundo lleva armas y s¨®lo las unidades de ¨¦lite llevan uniformes (y, a veces, ni eso), es muy dif¨ªcil distinguir qui¨¦n es qui¨¦n.

La ¨²ltima prueba de que los caminos de Afganist¨¢n siguen siendo una jungla la proporcion¨® ayer Naciones Unidas. En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la ONU en Kabul, Eric Falt, se?al¨® que un convoy con alimentos hab¨ªa sido asaltado cerca de Herat por 'comandantes locales' que no identific¨®. En total, 185 toneladas de alimentos fueron saqueadas. 'La inseguridad se mantiene en gran parte del pa¨ªs, lo que dificulta enormemente la distribuci¨®n de alimentos', se?al¨® Falt. Las autoridades provisionales afganas, sin embargo, continu¨® el portavoz, son conscientes del problema y han tomado medidas para aumentar la seguridad del convoy con ayuda humanitaria que ha salido de Peshawar (Pakist¨¢n) con direcci¨®n a Kabul. Falt destac¨® que esas medidas no incluyen el que hombres armados acompa?en a los camiones de Naciones Unidas porque esto va en contra de los principios de la ONU.

En Kabul, un grupo de periodistas ha puesto un cartel en el hotel Intercontinental para intentar organizar un convoy terrestre hacia Pakist¨¢n a finales de esta semana. Los vuelos de Naciones Unidas entre la capital afagana e Islamabad cuestan 2.500 d¨®lares (460.000 pesetas) por persona, debido a las exigencias econ¨®micas del Gobierno provisional afgano, y no todo el mundo puede pagar esa enorme cantidad. Encima, una productora de Reuters ha puesto otro cartel en el que pide a los compa?eros que no utilicen esa ruta, que cuatro muertos son ya un precio demasiado alto. Nadie se f¨ªa ahora de los viajes por carretera en un pa¨ªs cuyo territorio sigue estando en gran parte en tierra de nadie.