Un emocionado recuerdo de Fabi¨¤ Puigserver preside la apertura del nuevo Teatre Lliure
El colectivo inaugur¨® anoche su sede con una ¨®pera de Carles Santos sobre los Borgia
Un enorme retrato del fallecido director y escen¨®grafo Fabi¨¤ Puigserver, el hombre que so?¨® y dise?¨® el nuevo Lliure, ocup¨® anoche el escenario del teatro que lleva su nombre al levantarse por primera vez el tel¨®n en la emotiva velada de estreno de la nueva sede del colectivo, en Barcelona. Seguidamente, sin parlamentos -el silencio es el perfecto heraldo de la alegr¨ªa, dec¨ªa Shakespeare-, sin otro protagonismo que el de ese recuerdo al padre, arranc¨® el espect¨¢culo inaugural, L'ad¨¦u de Lucr¨¨cia Borja, ¨®pera del valenciano Carles Santos sobre los Borgia. La obra se centra en los afectos entre el papa Alejandro VI y su hija Lucrecia, e incluye en el reparto a varios de los actores hist¨®ricos del Lliure.
El nuevo Lliure brillaba anoche como si todas las antorchas de Elsinor estuvieran encendidas. Hab¨ªa expectaci¨®n por ver el nacimiento del nuevo escenario. El ambiente se fue caldeando ya desde la entrada, pues pod¨ªan verse, repartidos por el gran vest¨ªbulo, numerosos figurines de espect¨¢culos emblem¨¢ticos del Lliure dise?ados por Puigserver. As¨ª, parec¨ªan recibir al p¨²blico en la nueva casa, con todas sus galas, personajes de La bella Helena, Lorenzaccio o El mis¨¤ntrop. Tambi¨¦n de otros montajes c¨¦lebres en los que trabaj¨® el desaparecido escen¨®grafo, como Luces de Bohemia, Medea o Yerma. En el rutilante y espacioso foyer se hab¨ªa dispuesto toda una escena de Un dels ¨²ltims vespres de carnaval, y maquetas de escenograf¨ªas de Puigserver.
Una vez acomodado el p¨²blico en la bell¨ªsima sala principal -denominada Teatro Fabi¨¤ Puigserver- que constituye el coraz¨®n del nuevo Lliure, y mientras una orquesta de 40 m¨²sicos interpretaba una breve pieza creada para la ocasi¨®n por Carles Santos, se alz¨® el gran tel¨®n de boca para mostrar una inmensa foto de Puigserver que ocupaba todo el escenario. Era una conocida imagen del director y escen¨®grafo, retratado mientras pintaba con un pincel y delicadeza y afectos artesanales uno de sus ¨²ltimos decorados, el de Capvespre al jard¨ª (1990). La imagen incendi¨® la emoci¨®n del p¨²blico como una antorcha arrojada sobre un estanque de nafta.
Despu¨¦s de unos momentos, baj¨® el tel¨®n de nuevo para volverse a abrir ya sobre la primera escena del espect¨¢culo inaugural, la ¨®pera L'ad¨¦u de Lucr¨¨cia Borja.
Como tambi¨¦n dir¨ªa Shakespeare, bien est¨¢ lo que bien acaba. Casi tres lustros de luchar por una nueva sede, cinco a?os de obras eternas, crisis, pol¨¦micas, des¨¢nimos, tropiezos y zancadillas, quedaron ayer atr¨¢s con la inauguraci¨®n del nuevo Lliure, un colosal equipamiento esc¨¦nico que ha costado m¨¢s de 5.000 millones de pesetas al erario p¨²blico y con el que el colectivo se dota de un instrumento de primer orden para hacer mejor a¨²n lo que tan bien sabe hacer, teatro.
El nuevo edificio coloca en pie de igualdad al colectivo catal¨¢n, hasta ahora constre?ido f¨ªsicamente entre las cuatro paredes de su min¨²sculo local hist¨®rico, con los grandes teatros europeos, entre los que siempre se hab¨ªa contado, si no por espacio, s¨ª por arte y ambici¨®n.
Numerosas personalidades sancionaron con su presencia anoche la importancia del momento, un hito hist¨®rico para las artes esc¨¦nicas en Espa?a. Los duques de Lugo; el ministro de Obras P¨²blicas, Francisco ?lvarez Cascos; el presidente del Parlamento de Catalu?a, Joan Rigol, y el alcalde de Barcelona, Joan Clos, acudieron a la inauguraci¨®n. Especialmente significativa fue la amplia presencia de ex ministros socialistas, bajo cuyo gobierno se fragu¨® el nuevo Teatre Lliure. No faltaron Jordi Sol¨¦ Tura, ex ministro de Cultura, y Josep Borrell, de Obras P¨²blicas, comprometidos personalmente con el proyecto del Lliure. Sol¨¦ Tura prometi¨® a Puigserver, ¨¦ste ya en su lecho de muerte (falleci¨®, a causa del sida, en julio en 1991), sacar adelante el nuevo Lliure. Borrell se encarg¨® de la financiaci¨®n para la obra, a trav¨¦s de las inversiones culturales del, entonces, su ministerio (que ha pagado el 50 % del nuevo Lliure, mientras que el resto ha corrido a cargo de la Generalitat de Catalu?a -mil millones-, el Ayuntamiento de Barcelona -cerca de 700- y la Diputaci¨®n de Barcelona -algo m¨¢s de 300-). Estuvieron tambi¨¦n la ex ministra de Cultura Carmen Alborch y el l¨ªder de los socialistas catalanes Pasqual Maragall, que impuls¨® el nuevo Lliure como alcalde de Barcelona (bajo su mandato, el Ayuntamiento cedi¨® al Lliure el edificio del Palau de la Agricultura, la nueva sede).
Ayer era tiempo de emoci¨®n, de fiesta y de teatro. Pero hoy mismo, en la resaca de la alegr¨ªa, las felicitaciones, las bellas palabras y los abrazos, el Lliure debe comenzar a afrontar los retos de su nueva situaci¨®n. Una situaci¨®n privilegiada en el mundo de la escena barcelonesa, catalana y espa?ola, y que conlleva, por ello y por toda la trayectoria que el colectivo lleva a sus espaldas, una gran, enorme responsabilidad.
Babelia
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