El sesgo de un acuerdo de 1979

El debate sobre la pertinencia de eximir a las asociaciones de la Iglesia cat¨®lica de la nueva ley de asociaciones gira en torno al art¨ªculo 1.4 del Acuerdo entre el Estado espa?ol y la Santa Sede, firmado en 1979 en el Vaticano. ?ste afirma: 'Las asociaciones y otras ¨®rdenes entidades y fundaciones religiosas (...) podr¨¢n adquirir la personalidad jur¨ªdica civil con sujecci¨®n a lo dispuesto en el ordenamiento jur¨ªdico del Estado, mediante la inscripci¨®n en en el correspondiente Registro'. Es decir, las asociaciones cat¨®licas, si quieren adquirir personalidad jur¨ªdica civil y funcionar como cualquier otra asociaci¨®n deber¨¢n cumplir la legislaci¨®n general e inscribirse en el Registro general de asociaciones.

Seg¨²n el PSOE, as¨ª ha sido hasta ahora y as¨ª deber¨ªa seguir siendo si 'se cumpliera estrictamente el acuerdo con la Santa Sede'. Pero el proyecto de ley que regula el Derecho de Asociaci¨®n dice que 'las asociaciones de la Iglesia cat¨®lica que hayan adquirido personalidad jur¨ªdica civil' se 'regir¨¢n por su legislaci¨®n espec¨ªfica' o por 'leyes especiales'. Seg¨²n los socialistas, hasta ahora se reg¨ªan por la norma general: una ley de 1964, el art¨ªculo 22 de la Constituci¨®n y la jurisprudencia.

Seg¨²n el PP y el Gobierno, ya se reg¨ªan por una regulaci¨®n espec¨ªfica: el acuerdo con la Santa Sede. La interpretaci¨®n del partido mayoritario destaca el primer p¨¢rrafo del art¨ªculo 1.4 de ese acuerdo. En ¨¦l se dice que el Estado 'reconoce la personalidad jur¨ªdica civil y la capacidad de obrar de las ?rdenes y Congregaciones religiosas (...) y de las asociaciones (...) que gocen de ella en la fecha de entrada en vigor del presente acuerdo'. Es decir, presume un trato espec¨ªfico y sujeto a la legislaci¨®n can¨®nica no s¨®lo para las ?rdenes cat¨®licas sino tambi¨¦n para sus asociaciones.