Cientos de combatientes talibanes se rinden en su reducto de Kunduz a la Alianza del Norte
El general uzbeko Dostum y el tayiko Daud se enfrentan por el control militar de la ciudad
La Alianza del Norte planific¨® la toma de Kunduz hace 12 d¨ªas. Pero el tiempo ha pasado y tras m¨¢s de una semana de bombardeos con B-52 estadounidenses, el ¨²ltimo reducto talib¨¢n en el norte de Afganist¨¢n se ha convertido en un berenjenal pol¨ªtico, militar y humanitario para el Gobierno provisional de este pa¨ªs. Ayer cientos de guerrilleros de las milicias radicales se rindieron a los dos comandantes enfrentados, aunque est¨¢n en el mismo bando, que dirigen el asalto sobre la ciudad: el uzbeko Abdul Rashid Dostum y el tayiko Mohamed Daud.
Decenas de veh¨ªculos cargados de talibanes abandonaron ayer Kunduz con su armamento, seg¨²n constat¨® la BBC, pero no hay constancia de la entrega de las armas por parte de los combatientes chechenos, paquistan¨ªes y ¨¢rabes que resisten en la ciudad de la que los civiles no paran de huir y en la que las tropas de la Alianza se dispon¨ªan ayer a entrar en medio de duros combates.
'Unas 600 personas se han rendido. Ahora separemos a los extranjeros de los locales', ha afirmado Dostum, el general uzbeko que tom¨® Mazar-i-Sharif, conocido por su crueldad, de la que muchas veces se ha mostrado orgulloso p¨²blicamente. Seg¨²n The New York Times, aviones paquistan¨ªes est¨¢n evacuando de Kunduz a los combatientes de esta nacionalidad.
'Por el momento no tenemos ning¨²n plan para entrar en Kunduz', dijo ayer el viceministro de Exteriores del Gobierno provisional afgano, Atiqull¨¢ Baryalai. Pero las agencias internacionales presentes en Taloq¨¢n, desde donde se ataca Kunduz por el este, y en Mazar-i-Sharif, en el frente noroeste, hablaban de enfrentamientos e incluso de la entrada de algunas tropas en los alrededores de la ciudad.
En Afganist¨¢n, los comandantes locales tienen un poder enorme y no siempre obedecen las ¨®rdenes de un Gobierno provisional, lejano e inestable. Es posible que el tayiko Daud, reforzado pol¨ªticamente tras sus ¨¦xitos militares en el noreste, pueda hacer caso a sus te¨®ricos superiores en Kabul; pero el uzbeko Dostum, como ha ocurrido siempre, hace la guerra por su cuenta, aunque nominalmente forme parte de la Alianza del Norte.
El gran problema de Kunduz no est¨¢ en los afganos que combaten con los talibanes -entre 10.000 y 20.000, seg¨²n la Alianza, aunque el Pent¨¢gono rebaja la cifra hasta 3.000-, sino en los mercenarios extranjeros, muchos de ellos miembros de la red de Osama Bin Laden, Al Qaeda, que, armados hasta los dientes, se niegan a rendirse. Los afganos saben que, una vez que hayan entregado las armas y la situaci¨®n se haya calmado, podr¨¢n marchar libremente; pero los extranjeros pueden enfrentarse a largas penas de prisi¨®n o a ejecuciones sumarias.
Seg¨²n diversas informaciones, el mul¨¢ Faizal, principal comandante de la ciudad, estar¨ªa dispuesto a entregar la plaza; pero siempre que reciba garant¨ªas para los extranjeros que combaten en sus filas, algo que tanto Dostum como Daud se han negado a dar por el momento. Como ambos quieren ser los primeros en hacerse con la ciudad, es muy posible que opten por la v¨ªa militar y no hay que descartar que se produzcan enfrentamientos entre las tropas de los dos comandantes una vez que los talibanes se hayan rendido o hayan sido derrotados.
Para evitar acorralar al enemigo y obligarle a luchar hasta el final -una matanza no ser¨ªa muy buena para las relaciones p¨²blicas de la Alianza a s¨®lo tres d¨ªas del comienzo de las conversaciones de paz sobre el futuro de Afganist¨¢n en Bonn-, un portavoz del Ministerio de Exteriores afgano, Amunal¨¢ Khan, ha asegurado que 'todos los prisioneros ser¨¢n respetados y tratados conforme a las leyes de la guerra'.
Mientras, en la aldea de Maidan Shahr, situada a s¨®lo 30 kil¨®metros de Kabul, en la ruta hacia Kandahar, los guerrilleros que resisten han llegado a un acuerdo con la Alianza para entregar sus armas hoy por la ma?ana. Seg¨²n los l¨ªderes locales, no se tratar¨ªa de talibanes, sino de pastunes que no se muestran muy dispuestos a aceptar un Gobierno tayiko en Kabul, algo que s¨®lo ha ocurrido dos veces en los ¨²ltimos 250 a?os de historia afgana. La Alianza asegura que una vez que hayan superado el obst¨¢culo de Maidan Shahr, sus tropas seguir¨¢n marchando hacia Kandahar, aunque pueden encontrar decenas de aldeas rebeldes en el camino conforme vayan avanzando por territorio past¨²n.
En Mazar-i-Sharif, una periodista de la cadena brit¨¢nica de televisi¨®n ITV, Andrea Catherwood, de 34 a?os, result¨® ayer herida en una rodilla al alcanzarle la metralla de una granada de mano con la que un soldado talib¨¢n prisionero se suicid¨® y mat¨® a otros dos compa?eros.
Deserci¨®n en Kandahar
Por otra parte, un miembro fundador del Gobierno talib¨¢n ha cambiado de bando y se ha unido a los l¨ªderes pastunes que desde hace varias semanas intentan que el mul¨¢ Omar se rinda y no haya derramamiento de sangre en Kandahar, informa Francisco Peregil desde Quetta.
El citado talib¨¢n, que ayer fue visto en la ciudad paquistan¨ª de Quetta visitando la casa de un viejo l¨ªder past¨²n, declar¨® a la emisora past¨²n de la BBC que hay muchos talibanes moderados como ¨¦l que se han dado cuenta de que el movimiento religioso empez¨® en 1994 con el objetivo de implantar la paz en el pa¨ªs y despu¨¦s se fue corrompiendo. 'El movimiento de los talibanes ha sido secuestrado por las mafias de la droga, por el terrorismo internacional y por el ISI (servicio de inteligencia paquistan¨ª). No tiene ya nada que ver con lo que era entonces', declar¨®.
Agul Agh¨¢, uno de los l¨ªderes pastunes m¨¢s destacados, indic¨® ayer a trav¨¦s de un familiar, que sus tropas hab¨ªan capturado pueblos que se encontraban a mitad de camino entre la frontera paquistan¨ª y Kandahar. El tambi¨¦n l¨ªder past¨²n Abdul Khalid se?al¨® asimismo a trav¨¦s de un familiar que sus tropas tienen controladas las provincias de Farath y Nimruz.
El temor de todos los l¨ªderes pastunes, seg¨²n diversas fuentes, no son los talibanes de Kandahar, sino los ¨¢rabes afincados en la ciudad, quienes no estar¨ªan dispuestos a rendirse y no les importa nada la muerte de civiles.
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