Ch¨¢vez se declara dispuesto a coger el fusil para defender el poder
El presidente venezolano denuncia amenazas de golpe en un ambiente de fuertes protestas
La crisis de desestabilizaci¨®n a la que se enfrenta el presidente venezolano, Hugo Ch¨¢vez, recuerda la que precedi¨® a la ca¨ªda de Salvador Allende en Chile, en septiembre de 1973. Salvando las distancias, hay analog¨ªas: ambos llegaron al poder con apoyo de una alianza izquierdista, idealizaron el r¨¦gimen de Fidel Castro, provocaron descontento social y ruido de sables. El final de Allende no parece ser el que amenaza a Ch¨¢vez, pero ¨¦ste ya se muestra dispuesto a tomar el fusil para luchar contra su Pinochet.
'Sabemos que hay gente que quiere reeditar en Venezuela lo que pas¨® en Chile con Allende', asegura a EL PA?S el ministro de la Defensa, Jos¨¦ Vicente Rangel, que a?ade que se equivocan los grupos conspiradores, porque 'la lucha ser¨¢ sangrienta, nos defenderemos y no nos dejaremos quitar el Gobierno'. Pese a todo, tranquiliza: 'No habr¨¢ golpe de Estado por parte de la fuerza armada'.
Despu¨¦s de casi tres a?os de gesti¨®n, Ch¨¢vez admite que el pa¨ªs est¨¢ convulsionado por las ¨²ltimas leyes aprobadas, pero no reconoce que su popularidad haya ca¨ªdo en la misma medida que los precios petroleros.
Luis Vicente Le¨®n, vicepresidente de la firma de sondeos Datan¨¢lisis, afirma que la imagen de Ch¨¢vez est¨¢ desgastada y sus electores han perdido la fe en su presidente.
Otra encuesta, ¨¦sta de Datos, refleja que el 70% de la poblaci¨®n culpa a Ch¨¢vez de los principales problemas del pa¨ªs, como la inseguridad y el desempleo. Si hoy hubiera elecciones, el actual presidente quedar¨ªa en segundo lugar, con el 13% de apoyo, por detr¨¢s de Alfredo Pe?a, el alcalde de Caracas (23,5%).
Cuando Ch¨¢vez da sus largas charlas televisivas semanales, los caraque?os le responden con caceroladas de protesta desde los balcones. Cuando transita con la caravana presidencial por las calles de Caracas, los automovilistas no le ceden el paso. Ya no se atreve a ir a los estadios por temor a que le abucheen, como ocurre en los populares partidos de b¨¦isbol, donde los jugadores que tienen apellido Ch¨¢vez son pitados.
El presidente ha sufrido su primera derrota en las recientes elecciones sindicales. Ch¨¢vez ha logrado en tan s¨®lo tres a?os unir a las fuerzas de oposici¨®n, aunque todav¨ªa no se vislumbra un l¨ªder que pueda tomar el relevo.
El principal grupo opositor, la socialdem¨®crata Acci¨®n Democr¨¢tica, organiz¨® esta semana su primera marcha multitudinaria de protesta contra el paquete de leyes y en exigencia del rescate del 'r¨¦gimen de libertades de la democracia', que supuestamente fue saboteada por bandas armadas partidarias de Ch¨¢vez.
Para el pr¨®ximo 7 de diciembre est¨¢ programada por organizaciones civiles y pol¨ªticas otra marcha hasta el balc¨®n del pueblo que utiliza Ch¨¢vez en el palacio de Miraflores, para pedir la dimisi¨®n del mandatario y protestar por la cubanizaci¨®n del pa¨ªs. Los empresarios han convocado un paro nacional para el 10 de diciembre, justo el d¨ªa en que Ch¨¢vez va a promulgar la Ley de Tierras. Algo ins¨®lito: los empresarios protestan codo a codo con los trabajadores.
Se cruzan apuestas sobre cu¨¢nto tiempo podr¨¢ conservar el presidente Ch¨¢vez el poder. El economista Emeterio G¨®mez pronostica que 'caer¨¢ en los pr¨®ximos cuatro meses'. El ex ministro de Defensa Fernando Ochoa Antich mantiene que 'no ser¨¢ en diciembre, pero s¨ª tal vez en los primeros meses de 2002'.
En cambio, el ministro de la Defensa, Jos¨¦ Vicente Rangel, sostiene que Ch¨¢vez cumplir¨¢ su mandato de seis a?os, que deber¨ªa concluir en 2006. Las apuestan van y vienen en estas horas de desasosiego.
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