La sierra mec¨¢nica
Soy una persona optimista, disculpen la franqueza. Por ello le encuentro casi siempre el lado bueno a las cosas, incluso a las malas. Por ejemplo, al art¨ªculo publicado en este mismo peri¨®dico por do?a Mercedes Doval: si uno llega hasta el final del mismo, no necesita m¨¢s pruebas de que ¨¦sa, desde luego, no es la forma ni el lenguaje de quien es responsable de la gesti¨®n de la mayor concentraci¨®n de profesores universitarios del pa¨ªs. O sea, que, antes de que llegue la nueva ley, podr¨ªamos mejorar mucho nuestra Universidad prescindiendo, simplemente, de una vicerrectora.
Escurre el bulto la vicerrectora cuando describe lo 'legal' que es su documento, y las fechas en que lo fotocopi¨® y lo envi¨® a los departamentos. Lo que no hizo nunca, en ning¨²n momento, ni en grupo ni individualmente, fue presentar o discutir o negociar tal documento con los directores de departamento.
Dos razones me obligan a escribir. La primera es una cuesti¨®n institucional. Como director de un departamento universitario, no puedo permitir que la rabieta de una vicerrectora ponga en entredicho la seriedad y el cumplimiento estricto de sus deberes acad¨¦micos por parte de todos los profesores del mismo, una treintena. Mercedes Doval quiere hacer creer a los lectores que se trata de un problema ¨²nico, acaecido en un departamento isle?o o al-andalus¨ª. No, se?ores: ¨¦sta es una desforestaci¨®n masiva, un problema general que est¨¢ afectando a m¨¢s de 180 departamentos de la UCM, con m¨¢s de 5.000 profesores. Y no valen cortinas de humo, se?ora vicerrectora: la tala de ¨¢rboles es abusiva.
Es cierto que con su sierra mec¨¢nica se ha llevado usted por delante en mi departamento a la mejor escuela de sociolog¨ªa del consumo que existe en nuestro pa¨ªs. ?Le extra?a que defienda el mismo ¨¢rbol sobre el que usted y el rector se apoyaron el pasado curso para intentar construir una Licenciatura en Investigaci¨®n de Mercados y Consumo? Lo que no entiendo es por qu¨¦ se ha cedido el terreno a la universidad privada este a?o coincidiendo con la poda.
Dice la vicerrectora, y lo presenta como si su palabra, o la de sus escribas, fuera la verdad revelada: 'Son muy pocos los profesores que alcanzan los 24 cr¨¦ditos'. Claro que s¨ª; el pasado curso muy pocos profesores tuvieron 24 cr¨¦ditos. La mayor¨ªa tuvo s¨®lo 23. Porque ese curso, por razones administrativas, el doctorado cont¨® s¨®lo como tres cr¨¦ditos. Este a?o vuelve a ser de cuatro cr¨¦ditos. La carga m¨ªnima docente para tener la dedicaci¨®n exclusiva es de 20 cr¨¦ditos. Veinticuatro es el m¨¢ximo, la saturaci¨®n. Durante a?os, incluido el pasado curso, mi departamento ha sido el que m¨¢s (o uno de los que m¨¢s) saturaci¨®n de carga docente ha tenido en la Facultad de Ciencias Pol¨ªticas y Sociolog¨ªa.
Una concepci¨®n pesetera de la gesti¨®n de los recursos de profesorado docente le debe hacer so?ar a la vicerrectora con ovejas mec¨¢nicas, profesores al m¨¢ximo de su carga docente que suplen bajas, embarazos, incidentes... La pasada semana, s¨®lo en el departamento de Historia de mi facultad, hab¨ªa tres profesores con baja por enfermedad: no hay problema para Doval, que los dem¨¢s den sus clases, a?adiendo saturaci¨®n a la saturaci¨®n.La segunda raz¨®n para escribir este art¨ªculo es defender mi dignidad profesional. Trabajo en la UCM desde hace 30 a?os. He dedicado buena parte de mi vida, de mis ilusiones, de mis sue?os, a la Universidad. Con mucho trabajo y compromiso. No he dejado de pertenecer a juntas o comisiones de mi facultad. Pero, adem¨¢s, he contribuido a la excelencia en algunos campos: he sido presidente del Comit¨¦ de Investigaci¨®n de Sociolog¨ªa del Trabajo de la Asociaci¨®n Internacional de Sociolog¨ªa. Doy mis clases con la misma ilusi¨®n que cuando empec¨¦, all¨¢ por 1971. Una publicaci¨®n o un premio a uno de mis disc¨ªpulos es para m¨ª un gozo personal.
En este terreno siento una profunda decepci¨®n: si el equipo de gobierno de la UCM calla y mira para otro lado ante la traca de su compa?era de gabinete al final de su art¨ªculo, y no la desautoriza, tendr¨¦ que pensar en cambiar de universidad. O en cambiar esta universidad.
Porque el vicerrector de Relaciones Institucionales, Juan Luis Paniagua, fue decano de mi facultad, y en los tiempos dif¨ªciles yo fui, en la pr¨¢ctica, una de sus manos derechas, siempre. Porque con el vicerrector de Estudios, Jos¨¦ Molero, hasta hace dos meses hemos venido colaborando especialmente en la vertiente de investigaciones europeas. Porque con el vicerrector de Estudios, Pedro Chac¨®n, he trabajado recientemente en la creaci¨®n del t¨ªtulo de Licenciado en Ciencias del Trabajo. Porque, en fin, con el rector, Rafael Puyol, tuve ocasi¨®n de hablar con todo detalle de este asunto el pasado 6 de septiembre.
Necesitamos una pol¨ªtica de profesorado que defienda la Universidad p¨²blica de calidad, con profesores de calidad, bien pagados, con expectativas de desarrollo profesional: es preferible una plaza de catedr¨¢tico interino que un contrato de asociado. Una gesti¨®n de personal que se acerque a la realidad concreta de los departamentos, que conf¨ªe en sus componentes, que delegue funciones y responsabilidades, que permita un mayor compromiso, democr¨¢ticamente aceptado, de todos. Una gesti¨®n, por supuesto, que controle la calidad de las ense?anzas que se imparten. Una gesti¨®n que no intente embaucar con abalorios de formulillas 'de obligado conocimiento'. Porque no es s¨®lo la f¨®rmula: son los modos, el trato, la aplicaci¨®n. Con participaci¨®n, informaci¨®n y negociaci¨®n, el ajuste de plantillas habr¨ªa sido aceptado y asumido.
Es hora de que los que me felicitaron por el art¨ªculo La Universidad real: fuera de la ley digan lo que piensan p¨²blicamente y juntos. En todo caso, por mi parte, se lo digo claramente: dimita, por el bien de todos, se?ora vicerrectora. Espero que tenga usted que hacerlo. De lo contrario, sufriremos en la UCM los mismos efectos reales que han provocado las grandes madereras en la Amazonia, cubriendo su actuaci¨®n tambi¨¦n con invocaciones al progreso y la racionalidad: la desforestaci¨®n y la destrucci¨®n de la vida cient¨ªfica de nuestra Universidad.
Juan Jos¨¦ Castillo es director del Departamento de Sociolog¨ªa III, Estructura Social, de la Universidad Complutense de Madrid. jjcastillo@cps.ucm.es
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