Los Verdes siguen
El partido Los Verdes de Alemania ha tomado fundamentalmente una decisi¨®n en su congreso celebrado en Rostock el fin de semana: quiere seguir en el Gobierno de coalici¨®n con los socialdem¨®cratas del SPD. Entre sus militantes ha ganado por mayor¨ªa la tesis de que, de romper esta alianza con los socialdem¨®cratas, abandonar¨ªan el poder para no volver y muy posiblemente desaparecer como fuerza relevante de la escena pol¨ªtica alemana.
Obligado por el ¨®rdago lanzado la semana anterior por el canciller federal, Gerhard Schr?der, con su moci¨®n de confianza en el Bundestag, el partido Los Verdes ha tenido que dar un paso mucho m¨¢s dif¨ªcil, como apoyar la decisi¨®n del Gobierno de Berl¨ªn de participar con tropas en la intervenci¨®n militar en Afganist¨¢n. M¨¢s de dos tercios de los delegados en Rostock apoyaron a la direcci¨®n del partido y especialmente al ministro de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer, en su decisi¨®n de defender la cooperaci¨®n militar alemana en la guerra y las operaciones antiterroristas que, a nadie se le oculta ya, podr¨ªan ir mucho m¨¢s all¨¢ de la intervenci¨®n en aquel pa¨ªs de Asia Central. El t¨¢ndem Schr?der-Fischer ha vuelto a ganar como lo hizo en el Bundestag una semana antes.
Los Verdes alemanes han superado la mayor crisis de toda su historia. La cuesti¨®n es saber cu¨¢ndo llegar¨¢ la siguiente. Puede ser inminente, y desde luego es probable que se produzca antes de las elecciones federales previstas para el a?o pr¨®ximo. Agrupaciones regionales enteras hab¨ªan solicitado la inmediata condena de la guerra y consiguiente salida de la coalici¨®n. Miembros de los sectores m¨¢s militantes del pacifismo radical han anunciado o amenazado con abandonar el partido. Y las encuestas auguran a Los Verdes una sangr¨ªa de votos que podr¨ªa situarlos por debajo del 5% necesario para acceder al Parlamento.
Los Verdes surgieron en los a?os setenta y crecieron con el movimiento contra el rearme de la OTAN a principios de los ochenta. Para ellos cualquier implicaci¨®n alemana en una guerra era anatema. Pero muchos otros, desde el ministro Fischer a Daniel Cohn- Bendit, Dany el Rojo, han hecho una profunda revisi¨®n de sus postulados anteriores y creen que hay situaciones en las que el recurso a la fuerza, en Kosovo o en Afganistan, como antes contra la Alemania nazi, est¨¢n plenamente justificadas. Son los que propugnan desde la izquierda la constataci¨®n pr¨¢ctica de que Alemania debe adoptar una pol¨ªtica activa en defensa de los derechos humanos en todo el mundo y abandonar una postura de dejaci¨®n basada en el pretexto del papel alem¨¢n en la Segunda Guerra Mundial.
En todo caso, Los Verdes son plenamente conscientes de que hoy son un partido prescindible para los socialdem¨®cratas, que pueden hacer coaliciones con cualquier otro partido del espectro pol¨ªtico. Y pocos dudan de que su salida del Gobierno los dejar¨ªa sin sus mayores valores, a la cabeza de todos Joschka Fischer, el pol¨ªtico m¨¢s valorado en Alemania, aun por encima de Schr?der. Los Verdes no se han suicidado en Rostock. Pero nadie puede prever cu¨¢ndo ser¨¢ el pr¨®ximo intento de inmolaci¨®n.
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