Un reino de taifas

Kandahar es el ¨²ltimo reducto. Al menos, activo. Pero el derrumbe talib¨¢n y el cambio de poder en Kabul no convierten a Afganist¨¢n en un pa¨ªs unificado. Este mar de polvo sigue siendo un reino de taifas. Las fuerzas de la Alianza del Norte controlan la mitad noroccidental. En el resto del territorio, consejos locales (shuras) han ocupado el vac¨ªo dejado por los talibanes. Cada regi¨®n tiene un se?or y la cadena del Hindu Kush marca adem¨¢s una separaci¨®n ¨¦tnica (pastunes al sur, otras minor¨ªas al norte) que complica a¨²n m¨¢s la reunificaci¨®n nacional que a partir de hoy va a buscarse en Alemania.

Los notables locales han elegido consejos de gobierno en las provincias orientales de Paktia, Paktika, Loghar y Wardak. En todas ellas, los nuevos responsables han dejado claro que no quieren tropas de la Alianza del Norte. Pero al menos han expresado su apoyo al plan de la ONU.

Cada regi¨®n tiene un se?or y la cadena del Hindu Kush marca una separaci¨®n ¨¦tnica

M¨¢s complicado parece el caso de Nangarhar, donde el antiguo gobernador, hajji Qadeer, ha regresado a su puesto, pero no est¨¢ claro hasta qu¨¦ punto le aceptan el resto de los notables. 'En Jalalabad a¨²n hay muchas posibilidades de conflicto', advierte un diplom¨¢tico internacional que conoce bien el pa¨ªs.

En las cinco provincias citadas, la mayor¨ªa de la poblaci¨®n es past¨²n y recela del Gobierno de la Alianza, una coalici¨®n que se form¨® en 1997 para luchar contra los talibanes y que, a pesar de sus recientes esfuerzos, se compone sobre todo de minor¨ªas ¨¦tnicas (tayicos, uzbecos, hazaras). La sensibilidad es tal, que los propios dirigentes del Frente Unido, como prefiere ser conocida la Alianza, han renunciado a enviar tropas m¨¢s al sur de Kabul.

'El Frente Unido es un frente desunido', explica ampar¨¢ndose en el anonimato el diplom¨¢tico mencionado. En efecto, se han filtrado noticias de las disensiones entre su l¨ªder y ¨²ltimo presidente afgano, Burhanuddin Rabbani, y los herederos pol¨ªticos de su asesinado l¨ªder militar, Ahmed Shah Masud. No son de ahora. Al parecer, a principios de a?o, Rabbani intent¨® llegar a un acuerdo con los talibanes al margen de la ONU.

Seg¨²n fuentes de esa organizaci¨®n, el triunvirato formado por Abdul Qassim Fahim, Younus Qanuni y Abdul¨¢ Abdul¨¢ (titulares de Defensa, Interior y Exteriores, respectivamente) est¨¢ mucho m¨¢s comprometido que ¨¦l con el proceso de paz.

Incluso desde el punto de vista militar, el control de la Alianza es fragmentario. 'El general Fahim tiene peso en el este y el noroeste del pa¨ªs; el norte sigue siendo el feudo del general Dostum, y el oeste, del gobernador de Herat, Ismail Khan', explica un observador militar. No son los ¨²nicos.

Nada m¨¢s conocerse la noticia de la toma de Kabul, mil hazaras salieron de la provincia de Bamiyan con direcci¨®n a la capital para reclamar sus derechos. Los hazara son la tercera comunidad ¨¦tnica de Afganist¨¢n y la m¨¢s marginada. Unos d¨ªas despu¨¦s regresaron a sus lugares de origen, pero su l¨ªder, el general Karim Khalili, hab¨ªa dejado claro el mensaje.

La ONU ha insistido mucho en que en ning¨²n caso se ha hablado de porcentajes para las etnias. Sin embargo, a la hora de elegir los representantes para la reuni¨®n de hoy, ha sido importante sopesar su origen para que nadie se sienta olvidado. Aun as¨ª, tal como advirti¨® ayer Abdul¨¢, 'las expectativas no debieran ser demasiado altas'.