El ensayo de la firma ACT rompe el tab¨² de la clonaci¨®n m¨¦dica, pese a sus deficiencias
Ninguno de los embriones alcanz¨® la fase ¨²til para obtener c¨¦lulas madre para trasplantes
El anuncio de la firma Advanced Cell Technology (ACT) ha conseguido exactamente lo que se propon¨ªa: romper el tab¨² de la clonaci¨®n de embriones humanos y devolver al debate p¨²blico un asunto de inmenso valor para el futuro cercano de la medicina. Por lo dem¨¢s, la t¨¦cnica presenta todav¨ªa graves deficiencias. De los 41 embriones creados por los cient¨ªficos de ACT, s¨®lo uno logr¨® alcanzar la fase de seis c¨¦lulas, muy lejos a¨²n del estado llamado blastocisto, que tiene unas cien c¨¦lulas. Es el blastocisto el que puede usarse para extraer las preciadas c¨¦lulas madre ¨²tiles en medicina.
Si los embriones de ACT son in¨²tiles para extraer c¨¦lulas madre (clonaci¨®n terap¨¦utica), su hipot¨¦tico uso para obtener ni?os cl¨®nicos (clonaci¨®n reproductiva) entra de lleno en el terreno de la comedia. Nadie en su sano juicio -ni siquiera el ginec¨®logo italiano Severino Antinori, que ayer andaba proclamando que los norteamericanos le hab¨ªan robado la idea- perder¨ªa el tiempo utilizando un embri¨®n detenido en la fase de seis c¨¦lulas para implantarlo en un ¨²tero. Los embriones que se implantan deben estar tambi¨¦n en el estado de blastocisto. Y sus procesos de desarrollo, naturalmente, deben estar activos.
Los propios cient¨ªficos de ACT publicaron ayer en la edici¨®n electr¨®nica de Scientific American: 'Esper¨¢bamos inducir a los embriones tempranos a que se dividieran hasta producir unas esferas huecas de unas 100 c¨¦lulas, llamadas blastocistos. Desgraciadamente, s¨®lo uno de los embriones progres¨® hasta la fase de seis c¨¦lulas, y luego dej¨® de dividirse'.
?Por qu¨¦ decidieron entonces publicar los resultados? Los investigadores explican: 'Creemos que estos logros representan el amanecer de una nueva era en la medicina, al demostrar que el objetivo de la clonaci¨®n terap¨¦utica est¨¢ al alcance'.
Otros cient¨ªficos coinciden en lo esencial con los autores del trabajo. 'El escaso ¨¦xito de los experimentos de ACT pone en evidencia la complejidad de las t¨¦cnicas de clonaci¨®n, y constituye un nuevo aviso sobre la insensatez que supondr¨ªa en este momento intentar la clonaci¨®n reproductiva [clonar ni?os]', explicaba ayer el director del departamento de Inmunolog¨ªa y Oncolog¨ªa del Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa (CNB), Carlos Mart¨ªnez. 'Pero el trabajo tambi¨¦n abre el camino a la clonaci¨®n terap¨¦utica [para obtener c¨¦lulas madre]'.
El director del Instituto de Biolog¨ªa Molecular de Barcelona, Pere Puichdom¨¦nech, coincide en el diagn¨®stico: 'Supone un cierto paso adelante. Los embriones cl¨®nicos han iniciado su desarrollo, y sus c¨¦lulas han proliferado un poco, pero no han conseguido llegar al estado en que pueden producir c¨¦lulas madre. Cabe concluir que la clonaci¨®n reproductiva debe excluirse por completo, pero que hay que seguir profundizando en la clonaci¨®n terap¨¦utica'.
El momento en que ACT ha decidido publicar sus resultados puede no ser casual. Tanto Estados Unidos como el Reino Unido est¨¢n revisando sus legislaciones sobre el uso m¨¦dico de embriones, y existe la posibilidad de que los redactores decidan prohibir toda clonaci¨®n humana, sin entrar en distingos farragosos sobre si su finalidad es terap¨¦utica o reproductiva. Si los experimentos de ACT logran que la comunidad cient¨ªfica, las asociaciones de pacientes y algunos partidos pol¨ªticos apoyen la clonaci¨®n terap¨¦utica -mientras rechazan rigurosamente la reproductiva-, quiz¨¢ pudiera evitarse una prohibici¨®n radical de toda clonaci¨®n, con la consiguiente renuncia a una t¨¦cnica que puede permitir la reparaci¨®n de ¨®rganos sin riesgo de rechazo inmunol¨®gico.
La clonaci¨®n de embriones humanos no es una novedad en el m¨¢s riguroso de los sentidos. La misma empresa ACT ya anunci¨®, en 1998, que hab¨ªa generado un embri¨®n casi humano al introducir el n¨²cleo de uno de sus empleados (que contiene el genoma humano completo) en un ¨®vulo de vaca (al que se hab¨ªa extra¨ªdo su propio n¨²cleo). Como es el genoma el que dirige el desarrollo del embri¨®n y define sus caracter¨ªsticas, ese embri¨®n h¨ªbrido podr¨ªa, en teor¨ªa, haber dado lugar a un blastocisto plenamente humano, o casi. Otros cient¨ªficos hicieron lo mismo hace un a?o usando un ¨®vulo de cerdo. Sea como fuere, estos embriones progresaron a¨²n menos que los anunciados ahora.
Y ya en octubre de 1993, el investigador estadounidense Jerry Hall, del Centro M¨¦dico Universitario George Washington, hab¨ªa logrado un tipo distinto de clonaci¨®n conocido como gemelaci¨®n. Consist¨ªa en tomar un embri¨®n de menos de ocho c¨¦lulas y escindirlo artificialmente en varios fragmentos. Cada fragmento puede a veces regenerar un embri¨®n completo, aunque ninguno progres¨® hasta el estado de blastocisto.
Hall abandon¨® poco despu¨¦s esa l¨ªnea experimental. La gemelaci¨®n es una clonaci¨®n en sentido formal, pero carece de utilidad terap¨¦utica. Para ser ¨²til, la clonaci¨®n debe partir del material gen¨¦tico de un paciente.
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