La polic¨ªa de Michigan 'invita' a los ¨¢rabes a pasar por comisar¨ªa
Washington env¨ªa a los Estados consejos para los interrogatorios
'Muchos sentir¨¢n p¨¢nico, y bastantes no responder¨¢n', predice Hasan Qazwini, imam de la mayor mezquita de Detroit. 'No porque tengan nada que ocultar, sino porque en sus pa¨ªses de origen suele ser mala se?al que te convoque el Gobierno'. Las autoridades del Estado de Michigan no quieren enviar a la polic¨ªa a interrogar a los inmigrantes musulmanes, como ordena el Departamento de Justicia, y han optado por la f¨®rmula, m¨¢s civil, de convocarles por carta y de forma voluntaria.
En Michigan residen unos 700 de los 5.000 inmigrantes recientes que componen la 'lista' del fiscal general, John Ashcroft. Las cartas salieron ayer mismo. 'Su nombre ha atra¨ªdo nuestra atenci¨®n', dice la misiva, 'porque, entre otras cosas, usted lleg¨® a Michigan con un visado de un pa¨ªs donde existen grupos que apoyan o financian el terrorismo internacional. No tenemos razones para pensar que usted est¨¦ asociado con actividades terroristas. Sin embargo, tal vez sabe algo que pueda ser ¨²til para nuestros esfuerzos'. 'Por favor', sigue, 'contacte mi oficina para fijar una entrevista en el lugar, fecha y hora que le resulten m¨¢s convenientes'. Firma el fiscal federal, Jeffrey Collins.
Detroit, la ciudad m¨¢s importante de Michigan, es tambi¨¦n la ciudad con m¨¢s habitantes de origen ¨¢rabe. Casi 300.000 viven en el ¨¢rea metropolitana. Las autoridades locales, por tanto, procuran ser cuidadosas a la hora de aplicar una orden de Ashcroft, que, por afectar casi exclusivamente a musulmanes de Oriente Pr¨®ximo, huele a discriminaci¨®n racial y religiosa. Algunos jefes de polic¨ªa, como el de Portland (Oreg¨®n), se han negado a cumplirla.
Los interrogatorios, adem¨¢s, entra?an un riesgo: cualquiera cuyo visado sea irregular o tenga problemas administrativos puede convertirse en uno de los m¨¢s de 1.000 detenidos desde el 11 de septiembre, de los que no se conoce ni el nombre ni el paradero ni la acusaci¨®n. La amenaza de acabar ante un tribunal militar, a bordo de un acorazado, contribuir¨¢ a la desaz¨®n de los afectados. Incluso por carta, la convocatoria resulta ominosa.
Las instrucciones para los interrogatorios, enviadas a todos los Estados desde Washington, ocupan ocho folios y son minuciosas y se dividen en varios apartados:
- 'Obtenga los n¨²meros de tel¨¦fono utilizados por el individuo y sus familiares'
- 'Pregunte al individuo qu¨¦ pa¨ªses extranjeros ha visitado, con fechas y motivos. Inquiera si ¨¦l o alguien que conozca ha estado en Afganist¨¢n'.
- 'Si el individuo est¨¢ aqu¨ª para estudiar, pregunte por sus planes futuros. Si est¨¢ como turista, pregunte por las ciudades o monumentos que ha visitado o piensa visitar. Pregunte si piensa irse de EE UU y d¨®nde ir¨¢'.
- 'Pregunte si sabe algo, o sabe de alguien que sepa algo, sobre los ataques del 11 de septiembre y sus perpetradores'.
- 'Pregunte si conoce a alguien que reaccionara de forma sorprendente o inapropiada ante la noticia de los atentados. Pregunte c¨®mo se sinti¨® el individuo ante la noticia'.
- 'Pregunte si el individuo conoce a alguien relacionado con actividades terroristas, o si ¨¦l mismo ha tenido relaci¨®n con ese tipo de actividad'.
- 'El individuo debe ser preguntado sobre si conoce a alguien con acceso a armas, explosivos o productos qu¨ªmicos peligrosos, o capaz de desarrollar armas qu¨ªmicas o biol¨®gicas'.
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