Sargento Nezbeda: 'Estar aqu¨ª justifica la sangre, el sudor y las l¨¢grimas'
El cabo de marines Steve Cardella lleva cuatro d¨ªas sentado en un agujero del desierto del sur de Afganist¨¢n con el dedo en el gatillo de la ametralladora. 'Puede decirle a los talibanes que van a morir en el acto cada vez que intenten atacarnos'. ?ste es el mensaje que quiere enviar el cabo Cardella, que ha plantado una peque?a bandera estadounidense en la trinchera desde la que defiende el aer¨®dromo ocupado por los marines el domingo cerca de Kandahar. 'Y tambi¨¦n puede decirle a los pueblos afgano y norteamericano que ya no deben volver a preocuparse por los talibanes. Los marines nos vamos a encargar de ellos'. Las condiciones de vida en las trincheras son tan malas como se hab¨ªan imaginado los marines: fr¨ªo de noche y calor de d¨ªa, polvo, aislamiento... 'Pero estar aqu¨ª lo justifica todo: la sangre, el sudor y las l¨¢grimas', confiesa el sargento Thomas Nezbeda.
De vuelta al relativo lujo de las instalaciones de la base, Robert Tanner recuerda bajo un bander¨ªn de Nueva York que s¨®lo era un reservista cuando se vio movilizado por los ataques del 11 de septiembre. Ahora est¨¢ en Afganist¨¢n con el Batall¨®n de Ingenieros de Marina, que tiene la misi¨®n de mantener en funcionamiento la polvorienta pista del aer¨®dromo. Cuando iba a salir del nivel cero, los bomberos y polic¨ªas de Nueva York con los que hab¨ªa trabajado codo con codo le dijeron: '?Puedes hacernos un favor? Adonde vayas, donde quiera que sea, ?podr¨ªas llevar esta bandera en nuestro nombre? Servir¨¢ para recordar a los que ya no est¨¢n aqu¨ª con nosotros'. Blindados ligeros y veh¨ªculos de combate recorren los alrededores de la base, protegidos por helic¨®pteros Cobra, que no dudaron en abrir fuego contra un convoy enemigo que se aproximaba al aer¨®dromo. 'Nuestra misi¨®n es controlar y mantener una base avanzada de operaciones, y eso es exactamente lo que estamos haciendo', explica un portavoz de los marines, 'a pesar de que los talibanes nos rodean por todas partes'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.