Una vuelta al mundo en sesenta d¨ªas

Es usted como el Phileas Fogg de Julio Verne, pero m¨¢s r¨¢pida.

Mi vuelta al mundo dur¨® dos meses y fue mi viaje de novios. Viaj¨¦ de oeste a este, siguiendo las leyes del tantra, porque me gusta la filosof¨ªa oriental.

Harto dif¨ªcil resumir un viaje as¨ª en treinta l¨ªneas... ?Primera parada?

Tailandia, con ese magn¨ªfico templo de la Aurora y sus mosaicos. De ah¨ª a Vietnam, un pa¨ªs con el encanto de los destinos a¨²n no masificados y una gente buena, nada maleada. Y en Hanoi, monumentos b¨¦licos del comunismo, avenidas anchas, parques y un calor insoportable.

Por su itinerario deduzco que toca Hong Kong.

Primera impresi¨®n: el magn¨ªfico aeropuerto de Norman Foster. Superlujo oriental. El pa¨ªs no ha deca¨ªdo tras su unificaci¨®n con China.

De ah¨ª a Australia. ?Ya me estoy mareando!

Visitamos Sydney, Melbourne y el interior del pa¨ªs. Un desierto enorme en cuyo centro hay una monta?a roja. Despu¨¦s vimos la barrera de Coral, el ¨²nico ser vivo que se ve desde la Luna, e hice un curso de buceo.

Corto, supongo, porque enseguida enfil¨® hacia Nueva Zelanda.

Y all¨ª alquilamos un motorhome, una especie de autocaravana con la que recorres un pa¨ªs de paisaje y naturaleza maravillosos. Justo antes de marchar a la Polinesia.

Y poner en pr¨¢ctica sus conocimientos de buceo...

Exacto. Vi tiburones y todo. Los colores del agua son impresionantes. Tambi¨¦n los precios, que est¨¢n disparados. Aquello est¨¢ lleno de japoneses y honeymooners, como yo los llamo.

As¨ª que pusieron rumbo a Los ?ngeles.

S¨ª, y alquilamos un coche para recorrer la carretera que lo comunica con San Francisco por la costa. Y hay que mencionar la parada en Carmel, el pueblo de Clint Eastwood, porque es ideal. Parece austriaco, con casitas de chocolate y unas tiendas de decoraci¨®n formidables. De all¨ª volvimos a Espa?a.

?C¨®mo se le qued¨® el cuerpo tras semejante paliza?

Hubi¨¦ramos seguido, de verdad.