Tamudo castiga al Depor

Agarrado a la zamarra de Tamudo, un futbolista tan generoso como determinante, el Espanyol pas¨® por encima de un perezoso Deportivo, que ha perdido la cabeza con tanta rotaci¨®n como lleva Irureta. En situaciones de apuro como la de ayer, resulta complicado enfrentar al plantel blanquiazul, que ya se ha acostumbrado a jugar en el alambre de Mont-ju?c convencido de que cualquier golpe de viento significar¨ªa la ca¨ªda del entrenador. Ante el plet¨®rico ejercicio de funambulismo del grupo de Flores, el Deportivo se qued¨® embobado, de manera que concedi¨® la cuarta derrota consecutiva en campo ajeno sin quejarse, como resignado, merecedor de tal castigo, incapaz de encontrar un punto de inflexi¨®n en su ca¨ªda del liderato.

Pese al riesgo del partido y a que el inventario invitaba a taparse por tantos goles como lleva recibidos, el Espanyol se envalenton¨® y Flores calz¨® una alineaci¨®n m¨¢s ofensiva que agresiva. El equipo trabaj¨® muy bien el partido y se gan¨® el gol tanto por su labor como por el absentismo del Deportivo, que miraba la contienda con una desgana estremecedora si se atiende a su condici¨®n de l¨ªder. Orientado hacia el flanco izquierdo, por donde se dej¨® caer reiteradamente Tamudo, el plantel blanquiazul forz¨® una falta tras otra de los centrales y Roger toc¨® unas cuantas pelotas de m¨¦rito. Aguant¨® el Deportivo m¨¢s rato del que mereci¨® porque no estuvo fino ?lex Fern¨¢ndez en los libres directos e indirectos forzados en el cuerpo a tierra del ariete, Posse se perdi¨® como volante diestro y Palencia ni enganchaba ni combinaba. Iniciado el segundo tiempo, sin embargo, Tamudo se escurri¨® de nuevo entre C¨¦sar y Naybet para conectar con el bal¨®n servido por Lopo, recorrer el campo deportivista y batir a Molina con un remate colocado, junto al poste izquierdo del meta, que ni sali¨® ni tap¨® la jugada como deb¨ªa.

El gol aval¨® el futbol din¨¢mico y de anticipaci¨®n del Espanyol frente a la desgana del Deportivo, una calamidad, falto de juego y de actitud. Los jugadores de Irureta fueron dimitiendo uno tras otro y si remataron por una vez a porter¨ªa pasada la hora de partido -Mora escupi¨® un remate de Makaay-fue por una concesi¨®n defensiva local. El Espanyol se agrand¨® con el discurrir del encuentro y, con mucho campo por delante, llen¨® un segundo acto muy interesante. El ¨¢rbitro le neg¨® un penalti por manos de C¨¦sar y Posse malgast¨® una media asistencia de Toni Velamaz¨¢n por el flanco derecho.

El Deportivo lleg¨® al ¨²ltimo cuarto con posibilidades de pelear por el resultado por la benevolencia del Espanyol. Por f¨²tbol, merec¨ªa a buen seguro un castigo mayor, por no decir una paliza. No consigui¨® Irureta que el grupo deportivista se concentrara, as¨ª que se resign¨® a aguardar una acci¨®n redentora de Djalminha o Trist¨¢n, los m¨¢s capaces de resolver por su cuenta las disfunciones del equipo. Y a Trist¨¢n se le escap¨® el empate por apenas un palmo en un ¨²ltimo remate cruzado, para suerte del Espanyol, que mereci¨® como nunca una victoria que llev¨® los signos de identidad de su equipo actual: la alineaci¨®n de Flores y el gol de Tamudo.