La ESA dise?a su estrategia global para 2002-2006
La Agencia Europea del Espacio (ESA) cuenta, para desarrollar sus actividades en el per¨ªodo 2002-2006, con 7.800 millones de euros -incluyendo los programas voluntarios que cada pa¨ªs miembro asume y el presupuesto obligatorio que comprende el programa cient¨ªfico- seg¨²n acord¨® la Conferencia Ministerial de la agencia celebrada el mes pasado en Edimburgo (Reino Unido). En la reuni¨®n, los responsables de los 15 pa¨ªses miembros de la ESA m¨¢s Canad¨¢, delinearon la estrategia dominante en el sector espacial europeo para los pr¨®ximos a?os y abordaron la relaci¨®n con la UE y sus instituciones.
En cuanto a Espa?a, aumentar¨¢ su aportaci¨®n total a la agencia espacial de los 19.000 millones de pesetas en 2001 a 22.200 millones de media anual en el per¨ªodo 2002-2006, seg¨²n inform¨® el pasado lunes, Vicente G¨®mez, director General de Centro para el Desarrollo Tecnol¨®gico e Industrial (CDTI) y representante espa?ol en la ESA. Con los presupuestos en la mano, el programa cient¨ªfico de la agencia, que hab¨ªa solicitado 1.945 millones de euros para el per¨ªodo de seis a?os considerado, recibi¨® 1.869 millones de euros, lo que supone mantener el nivel de financiaci¨®n actual con una peque?a compensaci¨®n por la inflaci¨®n. 'El resultado es satisfactorio, pero supone una gran p¨¦rdida sobre lo que esper¨¢bamos', coment¨® David Southwood, director del programa cient¨ªfico. Varias misiones en proyecto se replantear¨¢n (incluida la participaci¨®n europea en el pr¨®ximo telescopio espacial NGST, Gaia, Lisa, Bepi-Colombo y Smart-2), y algunas corren el riesgo de ser eliminadas.
Los programas voluntarios de la ESA abarcan la observaci¨®n de la Tierra desde el espacio, las telecomunicaciones, la navegaci¨®n por sat¨¦lite, los lanzadores, vuelos tripulados y exploraci¨®n planetaria. Espa?a, seg¨²n las cifras presentadas por G¨®mez en su conferencia impartida en el Centro Espa?ol de Derecho Espacial, participa en todos ellos, con diferentes cantidades.
G¨®mez resalt¨®, entre los resultados de la reuni¨®n de Edimburgo, el incremento de la aportaci¨®n media espa?ola a la ESA; la garant¨ªa de un retorno global de un 90% de las aportaciones en forma de contratos industriales; la puesta en marcha de la misi¨®n propuesta por Espa?a FuegoSat dentro del ¨¢rea de observaci¨®n de la Tierra y el reconocimiento de la estaci¨®n de la ESA en Espa?a (Villafranca del Castillo, Madrid) como centro cient¨ªfico.
El programa de vuelos tripulados y microgravedad est¨¢ intimamente relacionado con la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS) que atraviesa, por parte de la NASA, una complicada situaci¨®n de gesti¨®n y financiaci¨®n. Los ministros europeos enviaron desde Edimburgo un claro mensaje al socio estadounidense confirmando el compromiso de la ESA en el proyecto, pero dejaron claro que esperan que la NASA cumpla tambi¨¦n su parte en este acuerdo internacional. El objetivo de la agencia europea en la ISS, recordaron los ministros, es el programa cient¨ªfico intenso, lo que exige importantes instalaciones de investigaci¨®n en ¨®rbita y tripulaciones suficientes para desarrollarlo. Esto apunta directament hacia los planteamientos que baraja la NASA de reducci¨®n de las instalaciones y del n¨²mero de astronautas de la ISS. Los ministros de la ESA aprobaron una resoluci¨®n que proporciona los recursos requeridos para la ISS pero condiciona la luz verde al 60% final a la confirmaci¨®n del acuerdo inicial sobre las especificaciones del proyecto.
Uno de los programas estrella de la ESA es Galileo, que dotar¨¢ a Europa de un sistema de navegaci¨®n por sat¨¦lite similar al GPS estadounidense pero m¨¢s avanzado tecnol¨®gicamente. Galileo recibi¨® en Edimburgo 528 millones de euros para el desarrollo de la fase de validaci¨®n del proyecto (de los que Espa?a aporta el 11%, siendo ¨¦sta su mayor aportaci¨®n porcentual en programas voluntarios).
Uno de los temas candentes del futuro de la ESA es la relaci¨®n con la UE y sus instituciones. 'La ESA est¨¢ cada vez m¨¢s comprometida en una cooperaci¨®n m¨¢s estrecha con la UE para extender su objetivo de colocar al espacio al servicio de los ciudadanos europeos', afirma la agencia en un comunicado.
Sin embargo, son notorias las dificultades que esta pretendida compenetraci¨®n conlleva dado, por ejemplo, que los pa¨ªses de la ESA no coinciden con los integrantes de la UE. Adem¨¢s, no todos son favorables a un creciente protagonismo de la UE y de la Comisi¨®n Europea en las directrices de la agencia espacial, que hace hincapi¨¦ en su vocaci¨®n tecnol¨®gica y de apoyo a la industria, as¨ª como en sus programas internacionales de colaboraci¨®n con EE UU, Jap¨®n y Rusia, que ahora se quieren reforzar en dos ¨¢mbitos emergentes en el sector: Sureste Asi¨¢tico y Am¨¦rica Latina.
Cohetes rusos desde Guyana
Desde el centro espacial europeo de Kourou, en Guyana Francesa, despegan por ahora s¨®lo los cohetes europeos Ariane, pero se estudia la posibilidad de lanzar tambi¨¦n los rusos Soyuz en el futuro. De momento, los ministros de la ESA han pedido a la direcci¨®n general que elabore una propuesta sobre la reorganizaci¨®n del sector de lanzadores, incluyendo la posible apertura de la base guyanesa a los Soyuz, para tomar una decisi¨®n a mediados de 2002.
'Seg¨²n los estudios realizados, se puede alojar la nueva base para Soyuz, con otra plataforma de lanzamiento e instalaciones de ensamblaje, cinco kil¨®metros al Norte del conjunto ELA-3 [de Ariane-5]', explica desde Kourou el espa?ol Fernando Doblas, director de la ESA en Guyana. 'El coste de esa nueva base estar¨ªa entre 250 y 300 millones de euros'. Adem¨¢s de ELA-3, en Kourou est¨¢n las instalaciones de Ariane-4 y la antigua plataforma de los primeros Ariane, que se usar¨¢ para los futuros peque?os lanzadores europeos Vega.
En cuanto a Soyuz, est¨¢ pendiente la negociaci¨®n comercial y financiera, de la que se encarga la empresa Arianespace, que operar¨ªa tambi¨¦n los cohetes rusos. 'Los Soyuz podr¨ªan ser lanzados desde aqu¨ª en 2005 o 2006', explica Doblas. 'Para entonces Ariane-5 podr¨¢ colocar en ¨®rbita hasta 12 toneladas de carga, mientras que Soyuz lanza 2,8 toneladas'.
Una cuesti¨®n que los europeos quieren estudiar a fondo es la competencia que los Soyuz podr¨ªa suponer para los Ariane, sin despreciar el riesgo de un acuerdo de los rusos con operadores estadounidenses de sat¨¦lites si no prosperan las negociaciones con los europeos.
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