Un documento ejemplar
Tiene mucho de estremecedora la peripecia vital de los llamados ni?os de la guerra, varios miles de hijos de republicanos enviados por sus padres a Rusia para ahorrarles la desnutrici¨®n, los bombardeos fascistas, el contacto con la muerte y el sufrimiento. Y lo tiene por muchas razones: hijos, en su mayor parte, de comunistas, llegaron al supuesto para¨ªso de la clase obrera, la URSS de 1937, para verse, s¨®lo unos meses despu¨¦s, ante el doble espanto de la derrota republicana, primero, y la mism¨ªsima Segunda Guerra Mundial, un poco m¨¢s tarde.
Privados de su infancia, muchos se hicieron hombres y mujeres a golpes y, de repente, en medio de las privaciones y, otra vez, el hambre, y all¨ª vivieron las mayores sacudidas de un siglo harto rico en ellas: el estalinismo, el deshielo fomentado por el XX Congreso del PCUS, un regreso a Espa?a a menudo traum¨¢tico, el ocaso y abrupto final del mal llamado socialismo real. Intentando protegerlos del horror, sus padres, sin querer, los lanzaron a todos los horrores... y a su propio desconcierto.
LOS NI?OS DE RUSIA
Director: Jaime Camino. Int¨¦rpretes:Ernesto, Francisco y Piedad Vega de la Iglesia, A. S¨¢nchez, P. Macrina, A. Alvarez, J. Prieto, J. Iturrar¨¢n, E. Rodr¨ªguez. G¨¦nero: documental biogr¨¢fico. Espa?a, 2001. Duraci¨®n: 93 minutos.
Primo de por lo menos tres ni?os de Rusia, cineasta desde siempre obsesionado por la guerra civil y su tiempo, Jaime Camino regresa, tras 10 a?os de ausencia, por donde mejor supo transitar en el pasado: al fin y al cabo, Los ni?os de Rusia se emparenta directamente con su mejor pel¨ªcula anterior, tambi¨¦n un documental, La vieja memoria, de la que constituye una suerte de continuaci¨®n.
Muchas son las virtudes de este filme espl¨¦ndido: una, el saber captar de unos hombres y mujeres extraordinarios por muchas cosas -por su irrenunciable esp¨ªritu cr¨ªtico, por su naturalidad, por el desparpajo, a menudo doloroso, con que se desnudan vitalmente ante la c¨¢mara- unos testimonios que llevan directamente a las l¨¢grimas; otra, la humildad con que Camino pone su c¨¢mara al servicio de sus entrevistados, sin robarles jam¨¢s protagonismo; otra m¨¢s, en fin, la inteligencia con la que construye, desde el montaje, un discurso articulado por el cual desfila ni m¨¢s ni menos que el mism¨ªsimo siglo XX.
Es una pel¨ªcula admirable, imprescindible para cualquier ciudadano con memoria hist¨®rica; y es tambi¨¦n el recordatorio del respeto que debemos a tantos compatriotas que sufrieron lejos las mismas, o tal vez peores, vicisitudes que las que aqu¨ª se soportaron durante 40 interminables a?os.
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