La sombra de la dictadura bolivariana
Un paro de empresarios es un aval para cualquier revolucionario', celebr¨® el presidente de Venezuela, Hugo Ch¨¢vez, ante la huelga general convocada para ma?ana, lunes. El comandante de paracaidistas que lider¨® el frustrado golpe del 4 de febrero de 1992 contra el socialdem¨®crata Carlos Andr¨¦s P¨¦rez (AD) disfruta de un c¨®modo control parlamentario, pero afronta una sublevaci¨®n social de consecuencias imprevisibles de concretarse en el futuro la huelga general y la desobediencia civil amagadas por Carlos Ortega, el jefe de la Confederaci¨®n de Trabajadores y otros grupos. Recordando el derrocamiento a ca?onazos del socialista Salvador Allende en Chile, el presidente venezolano se?al¨®: 'Aqu¨ª los ca?ones son propiedad del comandante, y la revoluci¨®n est¨¢ armada de verdad', en previsi¨®n de que alguien atente contra su mandato.
El modelo revolucionario impuesto por Ch¨¢vez es cada d¨ªa m¨¢s intervencionista y antidemocr¨¢tico. Las protestas empiezan a ser mayoritarias
'El Gobierno piensa que es m¨¢s fuerte de lo que es, y la oposici¨®n cree que est¨¢ m¨¢s d¨¦bil de lo que est¨¢', afirma Luis V. Le¨®n, director de Datan¨¢lisis
Cuba recibe de Venezuela 53.000 barriles diarios de petr¨®leo a precios preferentes, y corresponde con m¨¦dicos, maestros y expertos en turismo y agricultura
Las fisuras parecen ciertas en los cuarteles de Venezuela, a juzgar por las filtraciones originadas en su seno sobre descontentos y s¨²bitos enriquecimientos entre los generales del Plan Bol¨ªvar 2000, programa de obras sociales dirigido por jefes castrenses.
'Creo que las evidencias que he presentado, los cheques, son contundentes', se?al¨® Patricia Poleo, premio de Periodismo Rey de Espa?a. Pero el ej¨¦rcito ha sido el gran beneficiario de la revoluci¨®n, al recibir presupuestos, salarios, aguinaldos y otras prebendas, y no aparece el general dispuesto a cargar con los previsibles muertos de una asonada incierta.
'No tengo la percepci¨®n de un golpe militar. En este pa¨ªs hay mucho deseo tomado por realidad', manifest¨® el ex guerrillero Teodoro Petkoff, director del diario opositor Tal Cual. Tampoco los empresarios son una pi?a, y el Gobierno administra premios y castigos, subvenciones, impuestos, o pol¨ªticas monetarias para evitar que lo sean. Lejos de la aconsejada moderaci¨®n y consenso en el dise?o de las pol¨ªticas de Estado, Ch¨¢vez pas¨® de forma expedita de las palabras a los hechos y a un capitalismo de Estado con el campanazo de los 49 decretos leyes, la espoleta del paro de hoy.
'No queremos que Ch¨¢vez caiga. S¨®lo buscamos una v¨ªa de actuaci¨®n m¨¢s concertada, una rectificaci¨®n clara', asegura el economista Pedro Carmona, presidente de la Federaci¨®n de C¨¢maras de Venezuela (Fedec¨¢maras). La protecci¨®n de la propiedad privada se ha debilitado en Venezuela, seg¨²n afirman fuentes diplom¨¢ticas y analistas econ¨®micos, y la irreductible controversia, la permanente agitaci¨®n, las maldiciones e insultos cruzados entre el presidente y la oposici¨®n multiplican la sensaci¨®n de incertidumbre econ¨®mica y desgobierno. 'Sab¨ªamos que el parto de la justicia social en este pa¨ªs, donde los partidos y sus sindicatos, los empresarios par¨¢sitos y los funcionarios han robado durante 40 a?os, necesariamente ser¨ªa doloroso', dicen portavoces oficiales.
A casi tres a?os de la investidura del presidente, la calle pertenece a las agresivas falanges gubernamentales, aunque progresivamente desafiadas por el extremismo opositor. Y la alianza de izquierdas que sustent¨® la coalici¨®n oficial registra fragmentaciones graves porque la disidencia imputa a Ch¨¢vez una direcci¨®n cuartelera. El Movimiento al Socialismo (MAS) y varios dirigentes de Patria Para Todos (PPT) se alejaron bruscamente de la alianza en el poder, aunque empujados, de hecho, por el presidente y su entorno. El chavista Movimiento Quinta Rep¨²blica (MVR) afianz¨® as¨ª su hegemon¨ªa. '?l no puede tolerar las cr¨ªticas', dijo Felipe M¨²jica, presidente del MAS.
Factor de divisi¨®n
El ex presidente democristiano Luis Herrera Campins (1979-1984) achaca a Ch¨¢vez haberse constituido voluntariamente en factor de divisi¨®n, 'molestando sector por sector, como si quisiera impedir el entendimiento arm¨®nico de todos los venezolanos'. Politizado el pa¨ªs, siempre en ascuas, la principal central obrera derrot¨® ampliamente al candidato del sindicalismo oficial en las elecciones de octubre, y hoy marcha con la patronal y contra el enemigo com¨²n: el oficial, que en 1982 comenz¨® a conspirar en los regimientos contra la corrupta alternancia en el poder durante cuatro decenios de los partidos tradicionales: Acci¨®n Democr¨¢tica (AD) y COPEI, democristiano, demolidos en las urnas.
Dos a?os despu¨¦s de su triunfo en las presidenciales de 1998, la nueva Constituci¨®n fue aprobada en refer¨¦ndum. Con ella nacieron unas instituciones a la medida del visionario que forz¨® su alumbramiento en una Asamblea Constituyente dotada de poderes originarios. Sin contemplaciones, arras¨® con las viejas estructuras. Pero la econom¨ªa no acaba de despegar, evoluciona a la baja, y esa tendencia alimenta a una oposici¨®n dispuesta a tomar las calles.
'La actual pol¨ªtica desanima a la inversi¨®n nacional y extranjera en tiempos en que caen los precios del petr¨®leo', se?al¨® Ortega, un sindicalista procedente de la central que en el pasado forj¨® turbias alianzas con el finiquitado bipartidismo (1958-1999).
La Iglesia, los due?os y firmas de los principales medios de comunicaci¨®n, clase media y profesionales, en suma los grupos sociales m¨¢s influyentes de Venezuela, completan la pinza contra un Ejecutivo que acusa su presi¨®n. Gobernar al margen de esos sectores no parece factible, opina el analista Felipe Sierra, sin acentuar lo evidente: la creciente presencia de mandos castrenses precariamente preparados en despachos y funciones que corresponder¨ªan a expertos civiles. 'Y las esperanzas populares tambi¨¦n se marchitan', agrega. 'Las audacias tercermundistas son cada vez menos viables en una nueva correlaci¨®n internacional de fuerzas'.
Supuestos maquinadores
El gobernante dice conocer la existencia de conspiraciones porque su espionaje escruta a diario los cen¨¢culos de los supuestos maquinadores.
Tambi¨¦n los venezolanos padecen una convulsionada polarizaci¨®n. Hugo Ch¨¢vez, de 47 a?os, fue reelecto en julio de 2000, con el 60% de los votos emitidos. Ya hab¨ªa triunfado sobradamente en otras seis consultas. Pero su popularidad ha descendido, a caballo de una gesti¨®n materialmente infecunda, hasta por debajo del 50%; pierde hasta el 30% de los apoyos de su electorado habitual en funci¨®n de las preguntas efectuadas, seg¨²n las encuestas. 'El Gobierno piensa que es m¨¢s fuerte de lo que es y la oposici¨®n cree que est¨¢ m¨¢s d¨¦bil de lo que est¨¢', resume Luis V. Le¨®n, director de Datan¨¢lisis.
No pocos venezolanos avizoran la preparaci¨®n de un sistema totalitario, policiaco, con tent¨¢culos sobre el mundo de la educaci¨®n y los libros de texto. 'Cada vez son m¨¢s los organismos estatales autorizados para inmiscuirse en la vida privada de los ciudadanos', sostiene el comentarista Hern¨¢n Carrera. El presidente permanece ligado a un proyecto justiciero incapaz, hasta ahora, de crear la riqueza y el bienestar anhelado por los compatriotas desheredados, el 80% de los 24 millones de venezolanos.
Jos¨¦ Chaur¨ªan, portavoz de los vendedores ambulantes que han invadido las principales avenidas de Caracas y son incondicionales del proceso, reclama a los empresarios un modelo acorde con las necesidades de la sociedad en la que viven. Nada de liberalismo a ultranza. El Estado debe corregir y meter en cintura a la patronal par¨¢sita, cuyo principal m¨¦rito, acusa el oficialismo, fue orde?ar la teta petrolera. 'El capital privado debe invertir en el desarrollo de Venezuela, y no sacar sus capitales al exterior', se?ala Chaur¨ªan.
Quienes le rodean y despotrican contra 'el paro de los ricos' de hoy, recuerdan que el bipartidismo despilfarr¨® en los ¨²ltimos 27 a?os de su historia los casi 350.000 millones de d¨®lares en ingresos petroleros, y poco m¨¢s de cien familias de la plutocracia desviaron hacia cuentas de Miami o Suiza miles de millones fraudulentamente adquiridos. La vieja oligarqu¨ªa, argumenta a diario Ch¨¢vez, se adue?¨® de tierras y recursos, y aunque en todos los pa¨ªses hay ricos y pobres, 'aqu¨ª llegamos al colmo'.
El colmo para otros es que el presidente pretenda convertir la instituci¨®n castrense en un partido pol¨ªtico, posibilidad que aumenta con el paso de los d¨ªas. Las turbulencias de la revoluci¨®n trascendieron fronteras y su pol¨ªtica exterior incomoda a Colombia, por la amistosa aproximaci¨®n a las guerrillas que se declaran bolivarianas, e irrita a EE UU porque estrecha v¨ªnculos con Cuba, Irak o Libia, o proclama que los atentados del 11 de septiembre son tan terroristas como los bombardeos sobre Afganist¨¢n. 'No sabemos c¨®mo controlar a Ch¨¢vez sin romper toda la vajilla. Y ¨¦l se las arregla para actuar como si llevara consigo a todas las partes el armario de la vajilla', confes¨® una fuente norteamericana al corresponsal John Lee Anderson, del semanario The New Yorker.
El presidente rechaz¨® ayuda material de Estados Unidos durante las inundaciones de 1999 en el estado caribe?o de Vargas, y tambi¨¦n el Plan Colombia contra el narcotr¨¢fico y la guerrilla, cuyos 1.300 millones de d¨®lares de presupuesto son financiados en buena parte por Washington. Fidel Castro, de 75 a?os, celebr¨® su ¨²ltimo cumplea?os en Caracas, ratificando una hermandad personal que data de 1994, a?o en que La Habana recibi¨® con honores a Ch¨¢vez. Para entonces ya hab¨ªa cumplido dos a?os de prisi¨®n por el cuartelazo contra Carlos Andr¨¦s P¨¦rez, un asalto que, por popular, labr¨® la fortuna pol¨ªtica de su principal instigador. Cuba recibe 53.000 barriles diarios de petr¨®leo a precios preferentes, y corresponde con m¨¦dicos, maestros, entrenadores, expertos en turismo o agricultura, identificados como una quinta columna proselitista y artera por la oposici¨®n y los 25.000 anticastristas afincados en la naci¨®n del Orinoco.
'No soy comunista ni anticomunista', ha manifestado Ch¨¢vez en varias ocasiones. 'Y el modelo comunista de los cubanos es un problema de ellos, pero Cuba tiene, por ejemplo, uno de los ¨ªndices m¨¢s bajos de todo el continente en mortalidad infantil, igual en ciencia, educaci¨®n y deportes. ?se es el legado m¨¢s importante'. La mayor de las Antillas, le responden sus adversarios, es una dictadura de la que nada bueno cabe esperar. Diplom¨¢ticos latinoamericanos opinan que Castro probablemente desaprueba la imprudente actuaci¨®n de Ch¨¢vez, porque en la refriega puede malograrse un aliado sumamente valioso para la supervivencia de la isla.
Vigilancia de EE UU
Venezuela no es un pa¨ªs menor. La Casa Blanca observa pacientemente la situaci¨®n y los cabildeos de Ch¨¢vez para influir en las pol¨ªticas de la Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo. Sus movimientos son cautelosos para evitar una reacci¨®n por peteneras del militar al mando de su segundo suministrador de crudo, cuya empresa estatal instal¨® seis refiner¨ªas y 14.000 gasolineras en EE UU. El pasado 21 de noviembre, Ch¨¢vez y la embajadora de EE UU, Donna Hrinak, se reunieron por primera vez desde que el 29 de octubre fuera llamada a consultas por Washington, tras la aparici¨®n del presidente por radio y televisi¨®n mostrando fotograf¨ªas de ni?os y v¨ªctimas civiles de los bombardeos norteamericanos en Afganist¨¢n: '?Que se busquen a los terroristas! ?Pero as¨ª, no!'.
Los choques con el Gobierno de la vecina Colombia, a prop¨®sito de las relaciones de Caracas con una guerrilla alzada en armas desde hace cuatro decenios, condujeron al borde de la ruptura de relaciones diplom¨¢ticas a finales del pasado a?o.
El presidente de M¨¦xico, Vicente Fox, y su ministro de Exteriores, Jorge Casta?eda, reunieron en un hotel a los presidentes y cancilleres de Colombia y Venezuela. Mauricio Vargas, director de la revista Cambio en Bogot¨¢, relata en su libro Tristes tigres varias secuencias del crispado di¨¢logo entre Andr¨¦s Pastrana y Hugo Ch¨¢vez. 'Vicente (Fox)', dijo el presidente colombiano, 'hay continuas declaraciones del presidente Ch¨¢vez y del canciller Jos¨¦ Vicente Rangel sobre temas internos de Colombia'.
'Eso no es cierto', interrumpi¨® Ch¨¢vez. 'Claro que lo es, Hugo', respondi¨® Pastrana. 'T¨² hiciste hace pocos d¨ªas una dura declaraci¨®n contra mi pa¨ªs y mi Gobierno, diciendo que represent¨¢bamos una oligarqu¨ªa bogotana que no quer¨ªa la paz'.
'Yo no me refer¨ªa a ti, Andr¨¦s', dijo Ch¨¢vez mientras dirig¨ªa la mirada hacia el canciller Fern¨¢ndez de Soto. Pastrana reproch¨® que una delegaci¨®n de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hubiera sido invitada por el chavismo a un foro contra el Plan Colombia, organizado por la mayor¨ªa oficialista en el Parlamento venezolano. 'Te juro, Andr¨¦s; te juro por lo m¨¢s sagrado, por mi madre, que no sab¨ªa de esa reuni¨®n, ni de esa invitaci¨®n...'. 'Yo te creo, pero no a Jos¨¦ Vicente (Rangel)', respondi¨® Pastrana con los ojos puestos en el canciller venezolano. '?l les otorg¨® visas a los delegados de las FARC'. Pastrana lament¨® la abrupta suspensi¨®n por Ch¨¢vez de una entrevista a solas, que fuentes de la canciller¨ªa de Bogot¨¢ endosaron a los consejos de Fidel Castro horas antes. 'Estaba con diarrea. Toda la noche la pas¨¦ en el ba?o', se disculp¨® Ch¨¢vez con gestos dram¨¢ticos.
La debilidad del presidente por los movimientos rebeldes, desde M¨¦xico a Tierra de Fuego, es consecuente con su propia trayectoria, pero alarm¨® su solidaria carta del 3 de marzo de 1999, un mes despu¨¦s de asumir la presidencia, a Ilich Ram¨ªrez, El Chacal, encarcelado en Francia por su directa participaci¨®n en asesinatos y actos terroristas. 'Distinguido compatriota: (...) Con profunda fe en la causa y en la misi¨®n, ?por ahora y para siempre! Hugo Ch¨¢vez Fr¨ªas'.
735 protestas callejeras
'?Saquen al loco!', gritaban esta semana dos activistas en una manifestaci¨®n callejera. Desde enero se han sucedido en Caracas 735 protestas, en una peligrosa tendencia a dirimir a gritos y golpes las diferencias, y varias acabaron a botellazos, golpes y huesos descalabrados.
El l¨ªder venezolano responde que locos son quienes piensan que finalmente habr¨¢ de ceder a las presiones de la reacci¨®n y encaminarse hacia el centro. No es ¨¦sa su intenci¨®n, y s¨®lo podr¨ªa ser separado de su cargo si la Asamblea Nacional activara sus mecanismos revocatorios. El supuesto es improbable, porque el oficial MVR cuenta con 85 de los 125 esca?os. Espantados por el griter¨ªo nacional y el pesimismo sobre el devenir de los acontecimientos, m¨¢s de 200.000 personas de la clase media han emigrado en dos a?os.
El horizonte es incierto en un pa¨ªs que creci¨® un 3,2% en 2000 y baj¨® al 2,8% durante el presente ejercicio, porque, entre otros factores, el abaratamiento de los precios del crudo no es compatible con la expansi¨®n del gasto p¨²blico. Hacienda ingresar¨¢ 5.000 millones de d¨®lares menos este a?o debido a la ca¨ªda del petr¨®leo en los mercados internacionales, y la bonanza de los precios en los dos ¨²ltimos a?os no se tradujo en una mayor capacidad adquisitiva. La sociedad, mientras tanto, sufre las acometidas de un hampa desbocada y de una corrupci¨®n administrativa end¨¦mica, y de una justicia que, salvo honrosas excepciones, prevarica a tanto el fallo. El paro ronda el 20%, y la econom¨ªa sumergida, la chapuza y el tenderete ambulante emplean al 51% de la poblaci¨®n activa. El presupuesto para 2002 prev¨¦ el barril del petr¨®leo a 18,5 d¨®lares, pero parece excesivamente optimista, seg¨²n los expertos. El uso de la capacidad instalada de la industria no pasa del 51%, de acuerdo con Lope Mendoza, presidente de Conindustria.
Las reservas de divisas alcanzan los 19.090 millones de d¨®lares, despu¨¦s de la fuga de 3.000 millones en julio y agosto, y el Fondo de Inversi¨®n para la Estabilizaci¨®n, creado para amortiguar las bruscas ca¨ªdas de los precios del crudo, almacena otros 7.081 millones. Ch¨¢vez fue investido cuando el barril se cotizaba a ocho d¨®lares. El pa¨ªs vegetaba y la mayor¨ªa rezaba por el ¨¦xito del presidente.
El a?o pr¨®ximo el precio del barril puede quedar entre los 14 o 15 d¨®lares, seg¨²n los c¨¢lculos de los expertos. Nada alarmante, teniendo en cuenta que la deuda externa nacional es una de las m¨¢s manejables del continente, pero todo puede precipitarse si el gallinero pol¨ªtico acaba afectando directamente a ahorradores e inversionistas.
Pablo Goldberg, ejecutivo de la consultora Merrill Lynch, presume que pueda estar form¨¢ndose en Venezuela una tormenta perfecta. 'La falta de una estrategia econ¨®mica constante a largo plazo ha creado entre inversionistas la sensaci¨®n de que el pa¨ªs podr¨ªa entrar r¨¢pidamente en una crisis'.
La impl¨ªcita volatilidad del modelo econ¨®mico, la alta dependencia petrolera, una d¨¦bil pol¨ªtica fiscal y un marco pol¨ªtico inestable son elementos que sustentan la tesis.
A las barricadas contra las leyes intervencionistas
LOS EMPRESARIOS LLAMARON a las barricadas contra el intervencionismo ideol¨®gico endosado al Gobierno poco despu¨¦s de que su presidente anunciara por televisi¨®n, el 13 de noviembre, un total de 49 decretos leyes que reglamentan desde la funci¨®n p¨²blica, o el impuesto sobre la renta, hasta el transporte de pasajeros y de carga. El levantamiento fue causado especialmente por La Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, que establece expropiaciones de tierras ociosas, y por la Ley Org¨¢nica de Hidrocarburos, que aumenta la tributaci¨®n de los inversores extranjeros del 16% al 30% y reserva el Estado la decisi¨®n y al menos el 51% de las acciones de las sociedades mixtas. Fedec¨¢maras agrupa a empresas que generan el 90% de los ingresos no petroleros de Venezuela, y ha criticado en las nuevas normas vicios de procedimiento, ausencia de las debidas consultas, un peligroso centralismo plagado de elementos ajenos a la econom¨ªa de mercado y hostilidad hacia el sector privado. El jefe de Gobierno emiti¨® los decretos con fuerza de ley en aplicaci¨®n de una Ley Habilitante, aprobada por las tres quintas partes de la Asamblea Nacional hace un a?o, que le faculta para dictarlos sin debate parlamentario. 'La Ley de Costas es la confiscaci¨®n m¨¢s profunda en la historia del pa¨ªs', protest¨® Pedro Carmona, el l¨ªder de la patronal organizadora del paro. El decreto ley confisca, al hacerla de dominio p¨²blico, la franja de las costas mar¨ªtimas, lacustres y fluviales de todo el territorio nacional. El economista al frente de Fedec¨¢maras sostiene que peligran 'las numerosas inversiones tur¨ªsticas, inmobiliarias, industriales y pesqueras de la zona costera, incluyendo ciudades enteras'. La Ley de Tierras fue rechazada airadamente por los representantes de los ganaderos, que rompieron en p¨²blico la Gaceta Oficial con su contenido. Esa ley elimina el latifundio, crea un impuesto a las tierras ociosas y niega la adjudicaci¨®n de parcelas del Estado a los grupos de desarrapados que invadieron fincas a partir del primero de octubre de 2001. Los due?os de las fincas ocupadas con anterioridad temen perderlas definitivamente. El latifundio es definido como toda porci¨®n de terreno 'rural, ociosa e inculta' que excede de las 5.000 hect¨¢reas. Las tierras privadas quedan sujetas al cumplimiento 'de la funci¨®n social alimentaria', por lo que debe subordinar su producci¨®n a los planes nacionales, esto es, sembrar lo que les diga el Gobierno, un criterio semejante al contenido en la derogada Ley de Reforma Agraria de 1960. Los propietarios deber¨¢n registrar sus tierras en el nuevo Instituto Nacional de Tierras, dirigido por un general, que extender¨¢ t¨ªtulos de fincas productivas o mejorables o sujetas a expropiaci¨®n. Fedec¨¢maras lamenta que se conceda excesivo poder de decisi¨®n a funcionarios de rango menor. Los campesinos que reciban las tierras, 14.600 en una primera tanda, no la explotar¨¢n en propiedad ni podr¨¢n venderlas, sino cederlas como herencia a sus familiares. Al menos el 60% de las tierras productivas de Venezuela, aproximadamente 17 millones de hect¨¢reas, se concentra en 11.000 fincas, seg¨²n datos oficiales. El Estado cuenta con unos 11 millones de hect¨¢reas. 'Si los ganaderos hubieran sido capaces, tras siglos de subsidios y prebendas, de abastecer el mercado de carne y leche de calidad, ahora tendr¨ªan autoridad para plasmar su planteamiento en leyes', se?ala el periodista Alberto Nolia. 'La irritaci¨®n no es porque no los consultaran. La irritaci¨®n se debe a que despu¨¦s de haber escuchado sus planteamientos, las leyes no son exactamente como quer¨ªan'. La presi¨®n ejercida por la Ley de Tierras sobre los agricultores desanima la petici¨®n de cr¨¦ditos y complica su concesi¨®n, admiti¨® Vicente Lozano, representante del sector bancario en Fedec¨¢maras. 'Con la nueva ley, los fundos (fincas) no son garant¨ªa para los bancos, creando una gran incertidumbre en la actual cartera crediticia. Ser¨¢ imposible otorgar nuevos pr¨¦stamos sin un respaldo concreto'. El constitucionalista Juan Raffeli va m¨¢s all¨¢ al identificar 'una manipulaci¨®n absoluta de los factores de producci¨®n en funci¨®n de un modelo ideol¨®gico que no es aceptado por las fuerzas vivas de este pa¨ªs'. La Ley Org¨¢nica de Hidrocarburos promueve la participaci¨®n del sector privado nacional como operadores y suministradores de bienes y servicios y en la refinaci¨®n y distribuci¨®n de crudo. El aumento de impuestos al inversor extranjero y el predominio del Estado en las sociedades desanimar¨¢ a la inversi¨®n for¨¢nea, seg¨²n los especialistas. La C¨¢mara Venezolano-Americana de Comercio de Industria sostiene que esa ley reviste especial gravedad. 'Parece que Venezuela est¨¢ haciendo todo lo posible por dejar de ser un abastecedor confiable de petr¨®leo en el mundo', dijo su vicepresidente, Antonio Herrera-Vaillant. 'Se le cercenan a Petr¨®leos de Venezuela todas sus posibilidades de expansi¨®n al espantarse a la inversi¨®n externa'. Venezuela produce 2,7 millones de barriles de crudo, que decidi¨® reducir, a partir del pasado primero de setiembre, en 116.000 barriles por d¨ªa, de acuerdo con el pacto al que lleg¨® la OPEP para bajar la producci¨®n en un mill¨®n de barriles. Venezuela es el ¨²nico socio latinoamericano de ese sindicato internacional.
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