300 juristas arremeten contra los tribunales militares creados por Bush
Profesores de Derecho denuncian que estos organismos violar¨ªan la divisi¨®n de poderes
M¨¢s de 300 profesores de Derecho estadounidenses han firmado esta semana una carta de protesta contra los tribunales militares creados por George W. Bush. La carta, con origen en la Universidad de Yale, califica esos tribunales de 'legalmente deficientes, innecesarios e imprudentes' e indica que supondr¨ªan una violaci¨®n de la divisi¨®n de poderes (dejan la administraci¨®n de justicia en manos del Ejecutivo), vulnerar¨ªan los criterios constitucionales sobre garant¨ªas procesales y permitir¨ªan al presidente romper tratados internacionales sobre armonizaci¨®n jur¨ªdica.
Los profesores de Derecho indican en su carta, dirigida al Comit¨¦ Judicial del Senado, que con esos tribunales secretos se asume que los procedimientos utilizados en la justicia civil y en la justicia militar ordinaria son inadecuados para juzgar ciertos asuntos, como el terrorismo a gran escala o los cr¨ªmenes de guerra.
Desde un punto de vista pr¨¢ctico, advierten a la Casa Blanca de que la puesta en pr¨¢ctica de esa v¨ªa castrense extraordinaria, secreta, con garant¨ªas procesales reducidas y sin derecho a apelaci¨®n, dejar¨ªa a Estados Unidos sin autoridad moral para protestar cuando tribunales de ese tipo fueran utilizados contra ciudadanos estadounidenses en otros pa¨ªses.
Judith Resnik, profesora de Derecho Federal en la Universidad de Yale e impulsora de la protesta, declar¨® al diario The New York Times que era necesaria 'una discusi¨®n p¨²blica' sobre la pertinencia de los pol¨¦micos tribunales. 'Creo que el poder ejecutivo y el Congreso deber¨ªan explorar las opciones que ofrece el sistema ya existente', dijo.
Precedentes consensuados
John Dean, que fue un colaborador directo de Richard Nixon en la ¨¦poca del Watergate y que en principio se muestra de acuerdo con la orden presidencial sobre los tribunales, declar¨®, por su parte, que 'un acuerdo entre el presidente y el Congreso' disipar¨ªa muchas de las cr¨ªticas. Dean coment¨® que las leyes estadounidenses no establec¨ªan con claridad si George W. Bush necesitaba o no la aprobaci¨®n parlamentaria para crear tribunales militares ordinarios, pero record¨® que Abraham Lincoln y Franklin Roosevelt, que en la guerra civil y en la Segunda Guerra Mundial emplearon instrumentos de ese tipo y a los que la Casa Blanca invoca como precedentes, se aseguraron de contar con el benepl¨¢cito del Congreso antes de establecerlos. 'El presidente tendr¨ªa una posici¨®n m¨¢s s¨®lida si explicara claramente a los parlamentarios cu¨¢l es su proyecto, y as¨ª desaparecer¨ªan protestas como la de estos 300 profesores', dijo.
'Lo que me intriga es lo mal que ha trabajado la Administraci¨®n en la exposici¨®n de su idea', agreg¨® John Dean. 'Esta presidencia es muy consciente de la necesidad de explicar las cosas al p¨²blico, y, sin embargo, esta vez han sido muy torpes'.
La semana pasada, Dean public¨® un art¨ªculo en el que ped¨ªa 'mucha prudencia' en el uso de los tribunales militares y record¨® que el creado en 1942 por Roosevelt para juzgar a ocho saboteadores nazis infiltrados en territorio estadounidense fue una farsa: uno de los nazis no era tal, sino una fuente del FBI que denunci¨® a los dem¨¢s; como el proceso fue secreto y el Gobierno quer¨ªa hacer pasar la detenci¨®n de los saboteadores por una gran operaci¨®n policial contra un grupo enemigo sin fisuras, se conden¨® a cadena perpetua al antinazi y s¨®lo se le perdon¨® al cabo de ocho a?os, con la condici¨®n de que no revelara a nadie la verdad.
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