Huelga de escoltas
Todo el mundo sabe que cuando una persona toma una decisi¨®n de este tipo es porque no encuentra una salida negociada a sus problemas y porque ¨¦stos son de gravedad.
Cuando un trabajador, sea del oficio que sea, emprende este camino se juega muchas cosas, queda marcado en el ¨¢mbito de la empresa en la que realiza su labor como 'indeseable' y se juega el despido con cualquier excusa o raz¨®n. Incluso se da el caso de empresas que inventan una falta grave y despiden de este modo.
Teniendo todo esto en cuenta, hay unos profesionales que nunca hab¨ªan hecho una huelga y la mayor¨ªa de ellos acumula de 15 a 20 a?os de servicio a sus espaldas. En todos esos a?os, estas personas han sido un ejemplo de profesionalidad y buen hacer, no en vano protegen a las personalidades de mayor relevancia de nuestro pa¨ªs y, gracias a su callada y discreta labor, los ejecutivos, empresarios e industriales pueden tambi¨¦n llevar a cabo la suya. Los periodistas e intelectuales pueden expresar su opini¨®n e informar sin que eso les cueste la vida, y las personas que nos representan en las instituciones pueden ejercer esa representaci¨®n en libertad y sin que eso suponga perder la vida.
Hasta ahora hemos conseguido ese objetivo. Hemos logrado que todas esas personas sigan ah¨ª, y no s¨®lo eso: hemos conseguido amparar todos sus derechos constitucionales. Pero, sin embargo, nosotros nos encontramos con una ley con graves carencias, mejorable, unos intereses econ¨®micos basados en la pura intermediaci¨®n y en la b¨²squeda del beneficio sin reparar en otras cuestiones. La ausencia de una ley que ampare nuestra actividad profesional nos mantiene en una constante indefensi¨®n jur¨ªdica, y la falta de medios est¨¢ generando grandes carencias en la seguridad propia y en la de los protegidos. A todo esto se le a?ade una remuneraci¨®n rid¨ªcula y la falta de la necesaria y obligatoria formaci¨®n, lo que nos obliga a esta decisi¨®n (lo contrario ser¨ªa irresponsabilidad y lamentos ante lo que inevitablemente llegar¨¢).
El empecinamiento de negociantes avaros surgidos de la nada y ahora flamantes 'empresarios' de empresas de seguridad, con una burda intermediaci¨®n y una desvergonzada falta de respeto a la vida de las personas, nos empuja a dar una soluci¨®n a nuestra situaci¨®n por el ¨²nico camino que nos queda y que tenga amparo dentro de la ley: la huelga.-
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