El qu¨®rum vasco
Si la oposici¨®n mantiene su intenci¨®n de no participar en el pleno del Parlamento vasco convocado para hoy, su presidente, Juan Mar¨ªa Atutxa, se ver¨¢ obligado a suspender la sesi¨®n por falta de qu¨®rum. Atutxa se hab¨ªa prestado a forzar el reglamento para evitar una segura derrota del Gobierno de Ibarretxe en la votaci¨®n de los presupuestos de 2002. Se trat¨® de algo m¨¢s que una cacicada, pero la respuesta de socialistas y populares de boicotear la celebraci¨®n del pleno, al tiempo que lo hace Batasuna, se convierte en una pr¨¢ctica cercana al filibusterismo.
La interpretaci¨®n de Atutxa obligar¨ªa, contra lo que establece el reglamento y ha sido norma hasta ahora, a votar por separado las enmiendas a la totalidad del PSE, PP y Batasuna. El objetivo obvio era desactivar la coincidencia de socialistas y populares con el brazo pol¨ªtico de ETA para derrotar los presupuestos del Gobierno. Gracias a esa triqui?uela reglamentaria, el Ejecutivo de Ibarretxe pretend¨ªa seguir la tramitaci¨®n de su proyecto, pese a tener en contra a 39 de los 75 miembros del Parlamento.
Atutxa ha justificado su decisi¨®n por la conveniencia de 'aclarar' las motivaciones divergentes de los tres partidos, que s¨®lo coinciden en su voluntad de 'derrotar' al Gobierno, objetivo l¨®gico de cualquier grupo de oposici¨®n. Sin embargo, esa medida de clarificaci¨®n oculta tambi¨¦n que el Ejecutivo de Ibarretxe est¨¢ en minor¨ªa en el Parlamento y pretende actuar como si tuviera mayor¨ªa absoluta. Ibarretxe prometi¨® di¨¢logo 'hasta el amanecer', pero no lo ha utilizado para buscar los apoyos parlamentarios que precisa. Y el Reglamento de la C¨¢mara vasca es taxativo. Lo que se somete a votaci¨®n tras el debate de las enmiendas de totalidad es 'la devoluci¨®n o no del proyecto al Gobierno'. Y su sentido pol¨ªtico es aclarar si la iniciativa gubernamental cuenta con el suficiente respaldo como para superar el posterior tr¨¢mite parlamentario.
En ning¨²n sitio est¨¢ escrito que la oposici¨®n tenga que facilitar la labor del Ejecutivo. Pero m¨¢s all¨¢ de cuestiones de reglamento, a los partidos democr¨¢ticos vascos cabe exigirles lo que era un clamor en v¨ªsperas de las ¨²ltimas elecciones: que se comprometan a hacer posible la gobernaci¨®n de Euskadi sin contar con Batasuna a efectos de configurar mayor¨ªas parlamentarias. El reproche que los partidos constitucionalistas han lanzado tantas veces contra el PNV por utilizar en beneficio propio las ausencias o los votos de Batasuna puede volverse en su contra si llevan su rechazo a los presupuestos al extremo de boicotear el Parlamento. En una situaci¨®n como la que vive Euskadi, el respeto a las instituciones es decisivo.
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