Un caso de ensimismamiento
Aqu¨ª el caso es el investigador. Matan a una adolescente de 14 a?os, madre de una ni?a, pero el caso es el fiscal-investigador. El crimen suele ser un asunto de familia: intervienen la abuela drogadicta de 38 a?os, dos hijas de distinto padre, una nieta, una pistola y el novio de la muerta. La ciudad es un Nueva York de cucarachas y crack, Brooklyn negro, donde la polic¨ªa es una fuerza de ocupaci¨®n: novelas como Impacto (Hollowpoint, 2001) ayudan a que el lector espa?ol conozca la geograf¨ªa, la sociolog¨ªa y el sistema judicial de Estados Unidos. Al autor, Rob Reuland, antiguo ayudante del fiscal de Brooklyn, lo cesaron en plena campa?a para la reelecci¨®n de su jefe, por decir que Brooklyn resulta un lugar magn¨ªfico para un investigador de asesinatos porque no existe otro sitio donde se asesine m¨¢s.
IMPACTO
Rob Reuland Traducci¨®n de Ana Herrera Alfaguara. Madrid, 2001 303 p¨¢ginas. 2.750 pesetas
Hay un homicidio y la fiscal¨ªa reconstruye los hechos en primera persona: el centro de la intriga es el fiscal y narrador Gio Giobberti, pobre, abandonado por su mujer y responsable de la muerte de su hija de cinco a?os en accidente de tr¨¢fico, marcado como el casquillo de una bala despu¨¦s de recibir el golpe del percutor. Gio cultiva la culpa con resacas y sexo ocasional y compulsivo, mientras cita a Shakespeare y Emerson, e interroga a sospechosos, solo y solitario, como los detectives de novela negra. Le acaban de cortar la televisi¨®n por cable, est¨¢ a punto de hundirse m¨¢s a¨²n: ya no le interesan el trabajo, la justicia, los criminales ni las v¨ªctimas. Un d¨ªa, por descuido, dej¨® a un asesino en libertad, y, al cabo del tiempo, descubre que ¨¦l mismo, Giobberti, ha desencadenado azarosamente los acontecimientos que acaban en la muerte de la ni?a de Brooklyn: se considera el culpable absoluto y absurdo, es decir, el centro y motor del universo.
Tiene una teor¨ªa sobre el crimen: no importan los porqu¨¦s, sino las pruebas. Ni siquiera importa la verdad, sino el veredicto del jurado. Ya no existe aquel mundo perfecto en el que H¨¦rcules Poirot y Perry Mason demostraban que incluso los cr¨ªmenes obedecen al orden l¨®gico. El principio esencial que debe conocer hoy un fiscal de Brooklyn, seg¨²n Reuland y Giobberti, es ¨¦ste: la necesidad es m¨¢s fuerte que la ley. Teni¨¦ndolo en consideraci¨®n, Giobberti transforma en argucia legal el arma que le cost¨® la vida a su hija -la negligencia- para ser a la vez abogado del pueblo y juez, y decidir por su cuenta y riesgo el castigo que merecen los culpables. El fiscal Giobberti se cura la culpa aliviando las culpas ajenas, duro y sentimental, como la novela de Rob Reuland, aunque el sentimentalismo sea un defecto sucio en la literatura y en la vida.
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