Un Bach arrollador
Se suele decir que las desgracias nunca vienen solas. En esta ocasi¨®n tenemos que aplicar lo de la compa?¨ªa a las alegr¨ªas. A¨²n no repuestos de la intensa impresi¨®n causada por el formidable pianista noruego Leif-Ove Andsnes (todav¨ªa esta noche he so?ado con sus piezas l¨ªricas de Grieg), nos visita John Eliot Gardiner con un programa Bach para que la fiesta musical contin¨²e y los ¨¢nimos no decaigan. Gardiner y, claro, sus conjuntos: el fabuloso Coro Monteverdi, que lleva camino de entrar en la leyenda de las agrupaciones corales barrocas; y el grupo instrumental English Baroque Soloists, cada d¨ªa m¨¢s femenino en la distribuci¨®n y m¨¢s vitalista en las ejecuciones musicales
Fue el de Gardiner y los suyos un Bach arrollador, elegante, leve pero no fr¨ªvolo, profundo aunque no pesado, y en todo momento delicioso. La versatilidad dentro de estas coordenadas era posible, y as¨ª se apreci¨® en la transici¨®n de la seriedad nada ritual de la misa luterana, al desenfado y espontaneidad del concierto de Brandeburgo, con unos solistas entregados al placer de hacer m¨²sica fresca y desenvuelta.
John Eliot Gardiner
English Baroque Soloists y Monteverdi Choir. Bach: Misa luterana n¨²mero 3, Concierto de Brandeburgo n¨²mero 2, Cantatas BWV 110 y 191. VI Ciclo Complutense de Conciertos. Auditorio Nacional, Madrid, 13 de diciembre 2001.
En la segunda parte llegaron las cantatas, esas cantatas religiosas que han paseado en su totalidad el a?o pasado por 50 iglesias de 14 pa¨ªses europeos, con motivo del 250? aniversario de la muerte de Bach. Las dos que exhibieron en Madrid dieron fe de una maestr¨ªa conseguida en base a la combinaci¨®n de equilibrio, gracia, rigor y falta de ret¨®rica. Destac¨® el cuidado de los matices en el grupo instrumental, y la afinaci¨®n y empaste ejemplares en el coro. Gardiner es un gentleman y eso lo aplica a su direcci¨®n musical. Queda la impresi¨®n de un Bach muy a la inglesa, sin aristas: cantabile, cercano. De esos en que la sutileza no est¨¢ re?ida con la sencillez, ni la sencillez con la falta de espiritualidad. Lo dicho: muy ingl¨¦s.
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