Patrioman¨ªa
Expresa el autor su prevenci¨®n vital ante los patriotismos: los que reivindican la idea de patria a secas y el que se propone ahora con el calificativo de 'constitucional'.
Cada vez que oigo la palabra patria, saco el abanico. Necesito aire. De verdad que no sabr¨ªa decirles lo que significa, no es una idea clara y distinta, y eso me deja KO. Puedo decirles lo que significa manzana, incluso podr¨ªa salir airoso al definirles la naci¨®n, hasta con la libertad me atrever¨ªa, aun a riesgo de fallar en el intento. Pero con patria no puedo siquiera arriesgarme ni atreverme.
Los conceptos tienen para m¨ª algo de manzanas. Digo manzana, y la manzana no est¨¢, pero en esa sombra de la palabra presiento algo pleno, perfilado, y hasta puedo colorearlo y llegar a segregar jugos g¨¢stricos. Pues bien, los conceptos tienen para m¨ª algo del car¨¢cter pleno y perfilado del significado de la palabra manzana. Invitan a ser coloreados, a segregar jugos y a practicar esa magia a cuyas resultas uno podr¨ªa tener ante sus narices la cosa misma. Y con la palabra patria no me ocurre nada de eso. La oigo, e inmediatamente se le asocia un rumor, un tumulto, como si uno abriera el armario de la cocina y se le cayeran todos los cacharros.
La palabra patriotismo se est¨¢ quedando sin potasio y andan queriendo reforzarla
No hallo, por lo tanto, nada de pleno y perfilado en ese concepto. Podr¨ªa esforzarme e intentar encontrarlo, pero me da un poco de miedo, no vaya a ser que lo consiga y hasta se me presente delante de las narices la cosa misma: ?ale hop!, la patrie. Perdido en el mar en una balsa, uno puede intentar esas cosas con la palabra manzana y luego com¨¦rsela. Pero las manzanas, por desgracia, no tienen ni?os, o al menos no concurren con toda la familia cuando uno pronuncia la palabra manzana. La palabra patria en cambio tiene hijos, y no s¨¦ qu¨¦ demonios les pasa pero siempre van adem¨¢s a alg¨²n sitio. Por eso, y no por pedanter¨ªa, les he hablado antes de la patrie, y es que me he acordado de esa canci¨®n tan bonita que dice, Allons enfants de la patrie. Los hijos de la patria que van, no se cansan nunca de ir. Y fueron y les cortaron la cabeza, que as¨ª, cortada, es como una manzana muy fea. Ya ven en qu¨¦ queda la cosa misma.
Creo que hay palabras que carecen de consistencia, est¨¢n como plantadas en tierra seca y necesitan estirar sus ra¨ªces para alimentarse en otro sitio o de otra palabra. Y me da que patria es una de esas palabras. La palabra naci¨®n no necesita de la palabra nacionalismo para alimentarse, mientras que la palabra patria sin patriotismo se queda en nada. Imag¨ªnense una patria sin patriotismo y ya me dir¨¢n ustedes cu¨¢ndo proclaman: ¨¦sta es mi patria. Hay que ser patriota o abertzale para decir esas cosas.
Si uno es medianamente normal, se asoma a la torre de la iglesia de su pueblo y a todo lo que ve desde all¨ª le llama su pa¨ªs. O coge el libro de geograf¨ªa y dice, aqu¨ª y aqu¨ª y all¨ª puedo andar como por mi casa, luego este es mi pa¨ªs. Tampoco creo que diga ¨¦sta es mi naci¨®n, pero igual alguien le pregunta, si lo ve algo cetrino o un algo pall¨¢ descolorido, de qu¨¦ naci¨®n es usted. Ahora, no creo que nadie le pregunte cu¨¢l es su patria, y si lo hace est¨¢ delante de un patriota y ya puede sacar el abanico o echarse a correr. La patria, sin patriotas, es por lo tanto una palabra como de pasadizo, de t¨ªo tirado que pide limosna y a veces alguien que pasa se cuadra y le tira una banderola.
Ahora mismo, tambi¨¦n la palabra patriotismo se est¨¢ quedando sin potasio y andan queriendo reforzarla con alg¨²n contrafuerte. Es lo que se llama una pr¨®tesis adjetival. Dicha en euskera, abertzaletasuna, todav¨ªa no la necesita, quiz¨¢ porque es m¨¢s larga y, sobre todo, porque todos la usan y casi nadie sabe lo que significa: algunos creen que significa soy de mi pueblo, pues por ejemplo, de Amorebieta; o que si no la dicen igual les echan de Amorebieta, como antes si no comulgaban por Pascua, de modo que abertzaletasuna y comuni¨®n pascual vienen a tener los mismos efectos.
Pero en castellano, que es en lo que est¨¢bamos, se ha quedado corta y sabida, y le han buscado constitucional como pr¨®tesis adjetival: patriotismo constitucional. Eso, y perdonen, es un oximoron quebrado, porque el adjetivo en su optimum anula al sustantivo, ya que si mi patria es una serie de valores no veo por qu¨¦ no voy a considerarme de Francia, que al fin y al cabo tiene los mismos. Aunque puede que sea un vestidito de organd¨ª que le quieren poner a la momia para que parezca algo y uno pueda ser patriota y quedarse tan ancho. La inc¨®gnita est¨¢ en si no querr¨¢n hacer del texto constitucional un escudo, un Santiago y cierra Espa?a, ahora que ¨¦ste hab¨ªa perdido el caballo y llegaba siempre cuando ya nos hab¨ªamos ido.
A los que no comulgamos ya no nos va a quedar ni Almer¨ªa. Bueno, siempre nos quedar¨¢ el abanico.Cada vez que oigo la palabra patria, saco el abanico. Necesito aire. De verdad que no sabr¨ªa decirles lo que significa, no es una idea clara y distinta, y eso me deja KO. Puedo decirles lo que significa manzana, incluso podr¨ªa salir airoso al definirles la naci¨®n, hasta con la libertad me atrever¨ªa, aun a riesgo de fallar en el intento. Pero con patria no puedo siquiera arriesgarme ni atreverme.
Los conceptos tienen para m¨ª algo de manzanas. Digo manzana, y la manzana no est¨¢, pero en esa sombra de la palabra presiento algo pleno, perfilado, y hasta puedo colorearlo y llegar a segregar jugos g¨¢stricos. Pues bien, los conceptos tienen para m¨ª algo del car¨¢cter pleno y perfilado del significado de la palabra manzana. Invitan a ser coloreados, a segregar jugos y a practicar esa magia a cuyas resultas uno podr¨ªa tener ante sus narices la cosa misma. Y con la palabra patria no me ocurre nada de eso. La oigo, e inmediatamente se le asocia un rumor, un tumulto, como si uno abriera el armario de la cocina y se le cayeran todos los cacharros.
No hallo, por lo tanto, nada de pleno y perfilado en ese concepto. Podr¨ªa esforzarme e intentar encontrarlo, pero me da un poco de miedo, no vaya a ser que lo consiga y hasta se me presente delante de las narices la cosa misma: ?ale hop!, la patrie. Perdido en el mar en una balsa, uno puede intentar esas cosas con la palabra manzana y luego com¨¦rsela. Pero las manzanas, por desgracia, no tienen ni?os, o al menos no concurren con toda la familia cuando uno pronuncia la palabra manzana. La palabra patria en cambio tiene hijos, y no s¨¦ qu¨¦ demonios les pasa pero siempre van adem¨¢s a alg¨²n sitio. Por eso, y no por pedanter¨ªa, les he hablado antes de la patrie, y es que me he acordado de esa canci¨®n tan bonita que dice, Allons enfants de la patrie. Los hijos de la patria que van, no se cansan nunca de ir. Y fueron y les cortaron la cabeza, que as¨ª, cortada, es como una manzana muy fea. Ya ven en qu¨¦ queda la cosa misma.
Creo que hay palabras que carecen de consistencia, est¨¢n como plantadas en tierra seca y necesitan estirar sus ra¨ªces para alimentarse en otro sitio o de otra palabra. Y me da que patria es una de esas palabras. La palabra naci¨®n no necesita de la palabra nacionalismo para alimentarse, mientras que la palabra patria sin patriotismo se queda en nada. Imag¨ªnense una patria sin patriotismo y ya me dir¨¢n ustedes cu¨¢ndo proclaman: ¨¦sta es mi patria. Hay que ser patriota o abertzale para decir esas cosas.
Si uno es medianamente normal, se asoma a la torre de la iglesia de su pueblo y a todo lo que ve desde all¨ª le llama su pa¨ªs. O coge el libro de geograf¨ªa y dice, aqu¨ª y aqu¨ª y all¨ª puedo andar como por mi casa, luego este es mi pa¨ªs. Tampoco creo que diga ¨¦sta es mi naci¨®n, pero igual alguien le pregunta, si lo ve algo cetrino o un algo pall¨¢ descolorido, de qu¨¦ naci¨®n es usted. Ahora, no creo que nadie le pregunte cu¨¢l es su patria, y si lo hace est¨¢ delante de un patriota y ya puede sacar el abanico o echarse a correr. La patria, sin patriotas, es por lo tanto una palabra como de pasadizo, de t¨ªo tirado que pide limosna y a veces alguien que pasa se cuadra y le tira una banderola.
Ahora mismo, tambi¨¦n la palabra patriotismo se est¨¢ quedando sin potasio y andan queriendo reforzarla con alg¨²n contrafuerte. Es lo que se llama una pr¨®tesis adjetival. Dicha en euskera, abertzaletasuna, todav¨ªa no la necesita, quiz¨¢ porque es m¨¢s larga y, sobre todo, porque todos la usan y casi nadie sabe lo que significa: algunos creen que significa soy de mi pueblo, pues por ejemplo, de Amorebieta; o que si no la dicen igual les echan de Amorebieta, como antes si no comulgaban por Pascua, de modo que abertzaletasuna y comuni¨®n pascual vienen a tener los mismos efectos.
Pero en castellano, que es en lo que est¨¢bamos, se ha quedado corta y sabida, y le han buscado constitucional como pr¨®tesis adjetival: patriotismo constitucional. Eso, y perdonen, es un oximoron quebrado, porque el adjetivo en su optimum anula al sustantivo, ya que si mi patria es una serie de valores no veo por qu¨¦ no voy a considerarme de Francia, que al fin y al cabo tiene los mismos. Aunque puede que sea un vestidito de organd¨ª que le quieren poner a la momia para que parezca algo y uno pueda ser patriota y quedarse tan ancho. La inc¨®gnita est¨¢ en si no querr¨¢n hacer del texto constitucional un escudo, un Santiago y cierra Espa?a, ahora que ¨¦ste hab¨ªa perdido el caballo y llegaba siempre cuando ya nos hab¨ªamos ido.
A los que no comulgamos ya no nos va a quedar ni Almer¨ªa. Bueno, siempre nos quedar¨¢ el abanico.
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