Avances y retrocesos de la Uni¨®n Europea
El progreso en justicia y polic¨ªa no va unido al de la pol¨ªtica exterior
La Uni¨®n Europea avanza a trompicones que a veces se traducen en saltos enormes. La iniciativa del Tratado de Maastricht y de la uni¨®n monetaria, que se materializar¨¢ el pr¨®ximo 1 de enero con la entrada en circulaci¨®n del euro, se explica por la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn y el hundimiento del comunismo. La aceleraci¨®n de la pol¨ªtica de interior y de justicia registrada en los tres ¨²ltimos meses no se hubiera producido sin los atentados de Washington y Nueva York. En muy poco tiempo los Quince se han puesto de acuerdo en una definici¨®n de los delitos de terrorismo, han aprobado una orden europea de detenci¨®n a partir de una lista de 32 delitos y han avanzado en varios mecanismos de coordinaci¨®n en la lucha antiterrorista.
'La UE no ha tenido vela en este entierro, pero se espera su contribuci¨®n en ayuda humanitaria'
Todo lo que la Uni¨®n Europea ha avanzado en coordinaci¨®n judicial y policial ha retrocedido en pol¨ªtica exterior y de seguridad com¨²n. Los tres grandes, Reino Unido, Alemania y Francia, han recuperado protagonismo, en detrimento, como siempre, de la Comisi¨®n Europea y de su descolocado presidente, Romano Prodi, pero tambi¨¦n del propio Consejo de la UE y de su representante para la PESC (Pol¨ªtica Exterior y de Seguridad Com¨²n), Javier Solana.
El directorio de los tres grandes ha tomado un protagonismo ins¨®lito en la historia de la UE. El brit¨¢nico Tony Blair ha contado con la oportunidad, sabiamente aprovechada, de compensar su autoexclusi¨®n del euro con una aut¨¦ntica exhibici¨®n de liderazgo europeo. El primer ministro brit¨¢nico estuvo en Washington antes que nadie para mostrar su solidaridad con Estados Unidos, realiz¨® una gira por pa¨ªses ¨¢rabes e isl¨¢micos para engarzar la coalici¨®n internacional antiterrorista y fue el primero en declararse dispuesto a sumarse a la guerra contra el terrorismo y a mandar tropas a Afganist¨¢n. El canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?eder, no quiso quedarse al margen y puso en juego su propio Gobierno de coalici¨®n con Los Verdes en una votaci¨®n de confianza sobre el env¨ªo de tropas a Afganist¨¢n, en una decisi¨®n hist¨®rica que termina con un tab¨² de la Alemania poshitleriana.
Blair se permiti¨® esbozar tambi¨¦n un nuevo redise?o de Europa, invitando a Rusia a incorporarse con la OTAN a un nuevo mecanismo de seguridad. Alemania ha ostentado un papel de primer orden diplom¨¢tico con la conferencia de Bonn, que ha organizado, bajo los auspicios de Naciones Unidas, el nuevo poder en Afganist¨¢n. Francia, entre los grandes, ha quedado ensimismada en la atm¨®sfera previa a las elecciones presidenciales del pr¨®ximo a?o. Como Italia, atenazada por el liderazgo extempor¨¢neo de Silvio Berlusconi, que desfil¨® en los primeros d¨ªas bajo banderas americanas pero luego excit¨® a la opini¨®n p¨²blica con declaraciones xen¨®fobas contra los musulmanes y bloque¨® la orden de detenci¨®n europea por temor a quedar atrapado ¨¦l mismo en la red judicial europea.
Europa ha tenido muy serias razones para reaccionar con presteza a los atentados de Washington y Nueva York. Varios cientos de ciudadanos de pa¨ªses europeos, pertenecientes o no a la UE, perecieron bajo los escombros de las Torres Gemelas. Para pa¨ªses como el Reino Unido, Suiza o Rusia fue como experimentar un atentado de dimensiones ins¨®litas en su propia casa, por las decenas e incluso alg¨²n centenar de ciudadanos nacionales fallecidos. La vulnerabilidad demostrada por la sociedad norteamericana ante la infiltraci¨®n de redes de terroristas es tambi¨¦n un defecto de la seguridad europea. En Alemania, en Francia, en Espa?a o en el Reino Unido han aparecido c¨®mplices y colaboradores de Bin Laden por decenas. Sumando los distintos pa¨ªses europeos, casi setenta personas se hallan detenidas y con cargos por actividades terroristas vinculadas con Al Qaeda u otras asociaciones. Varios pa¨ªses, como el Reino Unido o Alemania, han empezado a enmendar su legislaci¨®n para facilitar la persecuci¨®n de este tipo de delitos. En algunos casos estas enmiendas suscitan razonables cr¨ªticas por el recorte de las libertades individuales que pueden suponer.
Pero la raz¨®n m¨¢s importante y la decisi¨®n que mejor representa la actitud europea tiene que ver con las relaciones transatl¨¢nticas, que han garantizado la seguridad europea en los ¨²ltimos 50 a?os. Por primera vez en la historia de la OTAN, el art¨ªculo 5 del tratado, que asegura el auxilio mutuo en caso de ataque exterior, ha sido activado en circunstancias diametralmente distintas a las que dieron nacimiento a la Alianza. Concebido para cubrir la solidaridad norteamericana frente a un ataque sovi¨¦tico contra un pa¨ªs europeo, su activaci¨®n formal se ha producido como solidaridad europea frente a un ataque sufrido por Estados Unidos. Washington ha preferido, luego, resolver en solitario la guerra en Afganist¨¢n contra Al Qaeda y el r¨¦gimen de los talibanes, prescindiendo incluso de los soldados brit¨¢nicos desplegados desde el principio de las hostilidades sobre el terreno.
Y as¨ª, el papel que le ha quedado asignado a Europa ha sido el de contribuir con tropas, con mandato de Naciones Unidas y bajo mando brit¨¢nico, a las tareas de mantener la paz una vez recuperado el poder prooccidental en Kabul. Una vez m¨¢s, la UE no ha tenido vela en este entierro, pero se espera, como siempre, que su contribuci¨®n en ayuda humanitaria ser¨¢ la m¨¢s nutrida de todas.
![Tony Blair se dirige en octubre a las tropas brit¨¢nicas estacionadas en el norte de Om¨¢n.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/IRGZWHJCX7I57JC2XXCRAXJUEI.jpg?auth=c0bc3ae13e58ce516f252a5daa1dd97b4add715da35424cf0b2b5caa42987cba&width=414)
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