Una extra?a familia

Como si pretendiera ser fiel a aquella ir¨®nica definici¨®n que su padre, Juan Antonio Bardem, acu?ara hace ya muchos a?os, referida a Frank Capra ('Nuestra abuelita Capra'), Miguel Bardem parece dispuesto, en ¨¦sta, su segunda pel¨ªcula en solitario tras la interesante La mujer m¨¢s fea del mundo, a aportar su granito de arena a la causa de la desmitificaci¨®n del cineasta que mejor retrat¨® a la familia (americana) de su tiempo.

De manera que Noche de Reyes parece el reverso cruel de ?Qu¨¦ bello es vivir!, una peripecia sin ¨¢ngeles pero con japoneses, con problemas de dinero y solidaria buena voluntad del pueblo llano, pero con una buena dosis de vitriolo para retratar a la clase media hispana de ahora mismo, una panda de impresentables que no tienen idea del lugar que ocupan en el mundo, pero que se dan al deporte del ascenso social con toda su alma.

Capra, pues, y del rev¨¦s; pero en realidad, un Capra pasado por el ¨¢cido lis¨¦rgico: el desmadre coral que Bardem pone en juego en el filme, su ritmo esp¨¢stico, la proliferaci¨®n de personajes siniestros y situaciones incre¨ªbles fuerzan mucho la credulidad del respetable, lo llevan en alg¨²n momento hasta el l¨ªmite mismo del abismo. La funci¨®n la salva, no obstante, un pu?ado de actores espl¨¦ndidos, caras relegadas habitualmente a tareas secundarias (Climent, Manver, m¨¢s la regocijante ni?a McGill, espl¨¦ndida), y la mala baba que, m¨¢s all¨¢ de alg¨²n balbuceo, destila esta comedia a la que, sinceramente, no le hubiera venido mal un poco de contenci¨®n.