Andaluc¨ªa debe correr el doble de r¨¢pido que los dem¨¢s
El 15 de julio de 1998, a instancias del Presidente de la Junta, inici¨® su trabajo el Foro Andaluc¨ªa en el Nuevo Siglo, que reuni¨® a 220 expertos, de diferentes actividades profesionales y de todo el arco ideol¨®gico, comprometidos con la iniciativa de 'plantear un nuevo proyecto para Andaluc¨ªa, que identifique las ideas y los hechos sobre los que edificar el futuro de todos los andaluces'. Siete meses despu¨¦s, se presentaron las conclusiones, con m¨¢s de 500 medidas y actuaciones. Las reacciones p¨²blicas sobre los trabajos del Foro fueron mayoritariamente favorables y percibidas con la convicci¨®n de que algunas iniciativas, por su complejidad y el tiempo para implantarlas, exigir¨ªan esfuerzos adicionales para profundizar en su an¨¢lisis y concreci¨®n. Un recorrido cuidadoso por los programas electorales de las elecciones auton¨®micas de marzo de 2000, de todos los partidos pol¨ªticos, muestra hasta qu¨¦ punto fueron asumidas y utilizadas estas iniciativas, que pasaron a convertirse en un acervo com¨²n de an¨¢lisis de la realidad andaluza. El impulsor de la iniciativa no s¨®lo elogi¨® p¨²blica y repetidamente al Foro y a sus participantes, sino que convencido de la valiosa contribuci¨®n que para el futuro de nuestra Comunidad ten¨ªan muchas de las aportaciones, las incorpor¨® a la acci¨®n de su Gobierno convirti¨¦ndolas en leyes, decretos o actuaciones concretas.
La ola del cambio se acerca veloz. Debemos utilizarla o enfrascarnos en saber si es nuestra ola, como hicieron algunos con el refer¨¦ndum
Ahora de nuevo se nos convoca a todos los andaluces a un debate c¨ªvico, en torno a las grandes l¨ªneas maestras que deber¨¢n ser desarrolladas desde Andaluc¨ªa, para poder estar de pleno derecho entre las regiones m¨¢s preparadas en el marco de la Sociedad de la Informaci¨®n. Los andaluces estamos convencidos del considerable desarrollo econ¨®mico y social conseguido por Andaluc¨ªa en los ¨²ltimos veinte a?os, en el modelo generado por la revoluci¨®n industrial, que nos ha permitido salir del subdesarrollo y de la emigraci¨®n. Somos conscientes, asimismo, de que gobernar el presente entra?a seguir resolviendo los problemas que cualquier sociedad avanzada como la nuestra tiene a¨²n pendientes. Pero estamos obligados tambi¨¦n, y simult¨¢neamente, a imaginar el futuro de Andaluc¨ªa, analizando, debatiendo y proponiendo actuaciones sobre los grandes aspectos econ¨®micos, demogr¨¢ficos, culturales, territoriales, de organizaci¨®n de la administraci¨®n, etc¨¦tera, que har¨¢n posible nuestra entrada en la nueva sociedad y que posiblemente necesitar¨¢n, al menos, una generaci¨®n para plasmarlos convenientemente.
Estamos en un mundo nuevo, el de la Sociedad de la Informaci¨®n, que nos exige nuevos modos de gobernar, de administrar, de concebir las pol¨ªticas de desarrollo y de solidaridad. Los empresarios en muchos pa¨ªses lo han entendido inmediatamente y han reaccionado adapt¨¢ndose a la nueva econom¨ªa de la globalizaci¨®n, aprovechando el enorme caudal de informaci¨®n que fluye por doquier, conscientes de que las viejas ideas y los modelos de la revoluci¨®n industrial est¨¢n en franco declive. Los pol¨ªticos que tienen visi¨®n de futuro han comenzado tambi¨¦n a analizar la nueva realidad y a proponer alternativas. La internacional socialista, a trav¨¦s de la Comisi¨®n Progreso Global que lidera Felipe Gonz¨¢lez, no s¨®lo es consciente del cambio de paradigma, sino que asumiendo la evidencia de que estamos en una nueva era en la historia de la humanidad busca, a trav¨¦s del contraste de ideas, cuales deben ser las respuestas solidarias y globales a un mundo global. La Comisi¨®n Europea, por su parte, elabora un plan de acci¨®n que llama Europe 2002: Una sociedad de la informaci¨®n para todos, con el objetivo de convertir a nuestro continente en la econom¨ªa m¨¢s competitiva y din¨¢mica del mundo; al que se suma Espa?a, con poca fortuna hasta ahora, con la iniciativa Info XXI.
La Junta de Andaluc¨ªa por su parte, ha aprobado numerosas iniciativas en el ¨¢mbito de la Sociedad de la Informaci¨®n, conectando a Internet todos los centros p¨²blicos de ense?anza, informatizando todos lo niveles de la administraci¨®n, incluy¨¦ndola como estrategia prioritaria en el III Plan Andaluz de Investigaci¨®n y llev¨¢ndola al terreno de la empresa a trav¨¦s del Plan Director de Innovaci¨®n y Desarrollo Tecnol¨®gico para Andaluc¨ªa (PLADIT 2001-2003).
La apariencia, pues, indica que todos estamos yendo hacia el mismo lugar, pero el problema reside en que no tenemos la certeza de conocer bien el camino, pues cada naci¨®n o regi¨®n tendr¨¢ que recorrer uno espec¨ªfico de acuerdo con sus peculiaridades econ¨®micas, sociales, territoriales. En el caso de Andaluc¨ªa, si queremos estar en la Sociedad de la Informaci¨®n entre las primeras regiones de Europa, estaremos obligados adem¨¢s a correr dos veces m¨¢s r¨¢pido que los dem¨¢s. Y para hacerlo debemos saber cu¨¢les son nuestras ventajas comparativas, qu¨¦ sectores ser¨¢n los prioritarios por su competitividad e innovaci¨®n, qu¨¦ formaci¨®n daremos a nuestros estudiantes, qu¨¦ investigaci¨®n b¨¢sica y aplicada desarrollaremos, c¨®mo generaremos intensas redes tecnol¨®gicas, etc¨¦tera.
El reto de la segunda modernizaci¨®n es, por tanto, si somos capaces y c¨®mo, de impulsar, desde la pol¨ªtica y con los ciudadanos, a nuestra tierra a estar dentro de la Sociedad de la Informaci¨®n entre las regiones que cuentan. A ese debate nos invita el Presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, ejerciendo el liderazgo que la sociedad andaluza le ha otorgado con su voto. Es su obligaci¨®n como gobernante darse cuenta que el mundo est¨¢ cambiando a un ritmo vertiginoso y que no podemos quedarnos atrapados en est¨¦riles debates del pasado, intentando llegar al futuro con la vista fija en el espejo retrovisor. El camino requiere que lo andemos unidos como pueblo, como lo supimos hacer al inicio de nuestra autonom¨ªa, con resultados satisfactorios. Ahora de nuevo la ola del cambio se acerca veloz, nuestra ser¨¢ la posibilidad de saber utilizarla y correr con ella, o enfrascarnos en saber si es nuestra ola o no, como hicieron algunos con el refer¨¦ndum de autonom¨ªa para Andaluc¨ªa, o hicieron los antepasados de estos mismos con la revoluci¨®n industrial, dejando pasar una oportunidad que puede no repetirse en varias generaciones.
Manuel Pezzi es coordinador del programa Segunda Modernizaci¨®n de Andaluc¨ªa.
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