'El dinero negro, para nosotros'
Los alemanes aprovechan los ¨²ltimos d¨ªas del a?o para deshacerse cuanto antes de los marcos no declarados a Hacienda
El dinero es dinero, y est¨¢ para gastarlo. Es esta sencilla m¨¢xima de conducta la que mejor est¨¢ caracterizando la actitud de los alemanes frente a la introducci¨®n f¨ªsica del euro y la despedida del marco. Pese a que todav¨ªa hoy en d¨ªa tan s¨®lo cerca del 50% de la poblaci¨®n saluda la moneda ¨²nica, tampoco se notan mayores resistencias, ni, mucho menos, lamentaciones. Tras a?os de pol¨¦mica, los alemanes se han decantado por recibir al euro con pragmatismo.
Cada uno de los 12 pa¨ªses de la zona euro afronta con peculiaridades los d¨ªas previos a la entrada f¨ªsica del euro. Mientras los franceses conf¨ªan en que el cambio no ser¨¢ traum¨¢tico, los italianos temen que los precios se disparen y los holandeses piden al cielo que la nieve no dificulte la distribuci¨®n de monedas y billetes. En Espa?a se respira cierto optimismo, aunque muchos comparten los temores de los italianos.
Los alemanes, por su parte, se han lanzado a gastar los marcos en efectivo que a¨²n se encuentren debajo de los colchones, en las gavetas de los escritorios o en las cajas fuertes. 'El dinero negro, para nosotros' es, desde hace semanas, el lema de una agresiva e ingeniosa campa?a publicitaria adelantada por Saturn, una gran cadena de electrodom¨¦sticos.
En medio de una econom¨ªa sumida en una leve recesi¨®n, los alemanes han comprado, y mucho, en esta temporada navide?a: seg¨²n los sondeos, m¨¢s de la mitad de los peque?os comerciantes han aumentado sus ventas frente al a?o pasado. El mercado se ha inundado en los ¨²ltimos d¨ªas de billetes de 1.000 marcos (85.000 pesetas), los de m¨¢s valor, seg¨²n Hubertus Pellengahr, del sindicato del comercio minorista: 'Los clientes disponen de m¨¢s efectivo de lo habitual'.
Quienes dispon¨ªan de sumas a¨²n mayores no declaradas al fisco se han apresurado a sacarlas del pa¨ªs. El aumento de los controles no ha podido evitar que el monto del efectivo que diariamente se lleva de Alemania a Suiza casi se haya duplicado en los ¨²ltimos meses, de 20 millones a entre 30 y 40 millones de marcos, seg¨²n una asociaci¨®n de contribuyentes.
El cambio al euro deber¨ªa ser r¨¢pido. La Asociaci¨®n de Bancos P¨²blicos prev¨¦ que al t¨¦rmino de las dos primeras semanas de 2002 pr¨¢cticamente se habr¨¢ cambiado la totalidad de los marcos. La log¨ªstica ha sido preparada hasta en el ¨²ltimo detalle. El Bundesbank y los bancos p¨²blicos y privados aseguran que tanto la distribuci¨®n previa de los euros a las empresas como la puesta al d¨ªa de los cajeros autom¨¢ticos y las m¨¢quinas expendedoras auguran el ¨¦xito de la operaci¨®n. Un sondeo entre taxistas, peluqueros, libreros y m¨¦dicos sugiere que la gente est¨¢ mucho menos preparada de lo que sostienen los responsables econ¨®micos.
La despedida del marco, todo un s¨ªmbolo del milagro econ¨®mico de los a?os cincuenta y sesenta, no est¨¢ resultando tan dolorosa. Las ventas de los al menos cinco libros que sobre esta moneda se han publicado en los ¨²ltimos meses han sido mediocres en el negocio navide?o. Los euromonederos, en cambio, se agotaron en pocos d¨ªas.
La cuenta atr¨¢s del euro preocupa en Italia, sobre todo a las asociaciones de consumidores, que temen los efectos del arrotondamento, es decir, la tendencia a redondear los precios, casi siempre al alza, que est¨¢n adoptando muchos comerciantes y hasta algunos servicios p¨²blicos. Estas asociaciones han denunciado ya que la entrada del euro encarecer¨¢ casi todo, desde la entrada a los museos y al cine hasta el precio de alimentos y servicios. El valor de un euro es de 1.936,27 liras, una cifra que hace un poco m¨¢s fastidiosa la conversi¨®n.
Por lo dem¨¢s, los preparativos est¨¢n funcionando correctamente. El Banco de Italia y la F¨¢brica de la Moneda han acu?ado 2.400 millones de billetes y 7.950 millones de monedas de euros. Sueldos, cuentas bancarias, bonos del Estado, todo ser¨¢ convertido a euros.
Billetes de tren
M¨¢s complicado se presenta el panorama cuando implica el uso de m¨¢quinas. La mayor parte de los 30.000 cajeros autom¨¢ticos del pa¨ªs han sido ya provistos de los euros necesarios, pero la dificultad de poner en marcha las m¨¢quinas expendedoras de billetes de tren ha decidido a la compa?¨ªa de los Ferrocarriles del Estado a poner a la venta 100.000 tarjetas especiales con microchips que, una vez recargadas, permitir¨¢n sacar el billete en euros de las diferentes m¨¢quinas.
Otros europeos contemplan los preparativos desde el exterior. Dinamarca, Reino Unido y Suecia han elegido quedarse fuera del euro de momento, pero todo apunta a que la moneda ¨²nica ser¨¢ utilizada en estos pa¨ªses. El viceministro brit¨¢nico de Asuntos Exteriores, Peter Hain, pidi¨® ayer, a trav¨¦s de The Independent, que las tiendas del Reino Unido acepten euros. Algunos establecimientos de Londres ya han anunciado que lo har¨¢n. En Suecia y Dinamarca tambi¨¦n es muy probable que llegue el euro, dadas sus extrechas relaciones con Finlandia.
En realidad, el euro se convertir¨¢ en la segunda moneda de numerosos pa¨ªses, seg¨²n manifiesta el ministro alem¨¢n de Finanzas, Hans Heichel, en una entrevista que ser¨¢ publicada el s¨¢bado en un medio de comunicaci¨®n.
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