Jueces temerarios
LA FUGA del supuesto narcotraficante Carlos Ruiz Santamar¨ªa, para quien la Fiscal¨ªa Antidroga pide 60 a?os de c¨¢rcel y 69.000 millones de pesetas de multa por pretender introducir en Espa?a m¨¢s de 10 toneladas de coca¨ªna, pone en evidencia que algo muy profundo no funciona en la pr¨¢ctica cotidiana del sistema judicial. Son varios los elementos criticables en este caso, pero quiz¨¢ el primero de ellos sea la endeblez de la fundamentaci¨®n jur¨ªdica en la que tres magistrados de la Audiencia Nacional -deben saberse sus nombres: Carlos Cez¨®n, Juan Jos¨¦ L¨®pez Ortega y Carlos Ollero- se apoyaron para decretar la libertad provisional de un recluso cuyo juicio estaba se?alado para el 14 de enero, es decir, para dentro de medio mes. Pero no es el hecho de la fuga el que desprovee de argumentos la decisi¨®n excarceladora, sino que son las pretendidas razones para decretar la libertad provisional las que ponen en evidencia que se trat¨® de una resoluci¨®n no s¨®lo insuficientemente motivada, sino incluso temeraria, carente de las razones jur¨ªdicas necesarias. Es decir, sin raz¨®n.
Los tres magistrados, en las nueve l¨ªneas de la fundamentaci¨®n jur¨ªdica de su resoluci¨®n, justificaron la puesta en libertad del supuesto narcotraficante -de quien era previsible que contara con infraestructura y capacidad econ¨®mica para sustraerse a la acci¨®n de la justicia, como ya existen precedentes en casos parecidos- en el padecimiento de un trastorno que, seg¨²n el informe psiqui¨¢trico, consiste en una alteraci¨®n del estado de ¨¢nimo, 'de forma que los cambios habituales que experimenta cualquier persona en su tono vital se acent¨²an'. A ese trastorno ps¨ªquico los tres magistrados atribuyeron, con rara clarividencia, un efecto no deducible del informe psiqui¨¢trico ni de un an¨¢lisis racional: 'Que la enfermedad aparece como elemento neutralizador del riesgo de fuga'.
La importancia de la funci¨®n jurisdiccional y el respeto que se debe a quienes la ejercen exige de ellos un delicado cuidado en utilizar la herramienta de la motivaci¨®n. Y cuando la funci¨®n judicial se sit¨²a a extramuros de la raz¨®n es preciso que la sociedad pueda defenderse, mediante la exigencia de responsabilidades a quienes, c¨¢ndida o conscientemente, hacen un uso disparatado del gran poder puesto en sus manos.
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