Las nuevas medidas econ¨®micas desatan el temor a m¨¢s protestas en Argentina
La poblaci¨®n teme perder el poder adquisitivo en una nueva carrera inflacionista
El nuevo Gobierno del peronista Eduardo Duhalde anunciar¨¢ hoy una devaluaci¨®n de la moneda. La poblaci¨®n est¨¢ preocupada por el incipiente aumento de los precios, pero no de los salarios. Ya sufren los argentinos subidas de precios, como consecuencia de la devaluaci¨®n. El beneficio de esta medida, un eventual aumento del empleo, llegar¨¢ a largo plazo. En muchos pa¨ªses del mundo, la poblaci¨®n vive despreocupada de la cotizaci¨®n del d¨®lar. Los argentinos, en cambio, cobijaron esa inquietud durante d¨¦cadas de devaluaciones inflacionarias, hasta que en 1991 se instaur¨® la paridad fija.
Marita Grillo, una docente universitaria de 35 a?os, pasa sus vacaciones de verano en largas colas en los bancos. 'S¨®lo en ventanilla pod¨¦s cobrar tu sueldo en d¨®lares', explica Grillo, que busca recibir los billetes verdes para resguardarse ante una devaluaci¨®n que ya est¨¢ encareciendo en un 25% el precio de productos importados, como los inform¨¢ticos. Tambi¨¦n puede elevar los valores de los cr¨¦ditos y tarifas de los servicios p¨²blicos privatizados.
El Gobierno devaluar¨¢ el peso para mejorar la competitividad de la producci¨®n local en los mercados interno y externo; atraer inversiones industriales, al ofrecer costes m¨¢s cercanos a los de su socio comercial, Brasil, y hacer real un tipo de cambio ficticio. Esta decisi¨®n deteriorar¨¢ a¨²n m¨¢s a corto plazo el poder adquisitivo, seg¨²n reconocen los economistas.
'En un comienzo ser¨¢ perjudicial para la gente', admite el analista Ricardo Delgado, defensor de la devaluaci¨®n. Por eso economistas y empresarios vaticinan un nuevo cacerolazo de protesta. La mayor inquietud radica en la violencia en que puedan derivar esas manifestaciones. Delgado calcula que, si el peso pierde s¨®lo el 30% de su valor, la inflaci¨®n de 2002 alcanzar¨ªa el 5% o 6%, en comparaci¨®n con los ¨²ltimos tres a?os de deflaci¨®n por la recesi¨®n. Si el d¨®lar se dispara sin control, por desequilibrio fiscal, emisi¨®n excesiva de moneda y la especulaci¨®n de fabricantes y comercios, el ¨ªndice de precios al consumo puede entrar en una espiral inflacionaria similar a la que Argentina vivi¨® en 1989 y 1990.
De 36 millones de habitantes, el mill¨®n de familias endeudadas en d¨®lares constituye el colectivo m¨¢s angustiado por una depreciaci¨®n. En los noventa, tiempos de estabilidad monetaria, tomaron cr¨¦ditos para comprar viviendas o coches en moneda de Estados Unidos, porque ofrec¨ªan tipos de inter¨¦s de un 4% a un 6% menos. La devaluaci¨®n puede derivar en un mayor incremento de la morosidad.El gabinete econ¨®mico de Duhalde analiza dos posibilidades para evitar el desastre de deudores y bancos. Una contempla la pesificaci¨®n. En teor¨ªa, una deuda de 10.000 d¨®lares se transformar¨¢ en 10.000 pesos. Los analistas consideran que dif¨ªcilmente los bancos aceptar¨¢n esa paridad uno a uno, as¨ª que habr¨¢ un aumento de la deuda en pesos, aunque mucho menor al 30%. La otra opci¨®n para resolver este drama consiste en alargar los plazos de pago de los pr¨¦stamos, sin ninguna reducci¨®n en el capital. 'Ser¨ªa un enga?o', se quej¨® el economista Delgado.
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