La fiscal acepta el despido de una docente de religi¨®n por su militancia pol¨ªtica
Francisca Urbano perdi¨® su trabajo despu¨¦s de ser elegida concejal de IU en 1999
El ministerio fiscal consider¨® ayer evidente, tras escuchar la declaraci¨®n de la profesora de religi¨®n Francisca Urbano, que su despido como docente en Monda (M¨¢laga) fue discriminatorio y se debi¨® a motivos pol¨ªticos, concretamente a su 'militancia pol¨ªtica' como concejal de IU. A¨²n as¨ª, la fiscal pidi¨® que se desestime la demanda por despido improcedente contra el Obispado de M¨¢laga con el argumento de que la decisi¨®n de la Iglesia est¨¢ avalada -'nos guste o no'- por el tratado de Espa?a con la Santa Sede. La profesora Francisca Urbano exigi¨® la nulidad del despido.
La fiscal admiti¨® ayer la capacidad de la Iglesia para 'discriminar' en la elecci¨®n del profesorado, despu¨¦s de reconocer, tras la declaraci¨®n de la profesora despedida, que 'la motivaci¨®n m¨¢s evidente para el despido es su militancia pol¨ªtica' en Izquierda Unida, formaci¨®n que defiende el derecho al divorcio y al aborto. A pesar de que despu¨¦s de ser elegida concejal de IU continu¨® un curso m¨¢s como profesora, Francisca Urbano asegur¨® ayer que trabaj¨® un a?o m¨¢s porque la di¨®cesis no conoc¨ªa su condici¨®n de edil.
Durante el proceso celebrado ayer en el Juzgado de lo Social n¨²mero 9 de M¨¢laga, el representante del obispado, Francisco Jos¨¦ Gonz¨¢lez, en ning¨²n momento neg¨® que el despido fuera por motivos pol¨ªticos. Se limit¨® a decir: 'Ella sabe las causas por las que no fue renovada'. Seg¨²n Francisca Urbano, la di¨®cesis malague?a le comunic¨® en junio pasado que no contaba con ella porque no era ejemplo de vida cristiana, porque no se implicaba en las actividades de la Iglesia y por salir a tomar copas con los compa?eros de trabajo, razones que no cree.
A pesar de reconocer la discriminaci¨®n, el ministerio fiscal aval¨® la tesis del obispado de M¨¢laga, que se ampara en el acuerdo de 1979 entre Espa?a y el Estado de la Santa Sede. Este pacto faculta a la Iglesia para elegir libremente al profesorado de religi¨®n sin explicar su decisi¨®n. La fiscal, sostuvo que, 'nos guste o no, la norma jur¨ªdica potencia esta discriminaci¨®n y otorga al obispado una gran discrecionalidad'. Al igual que el resto de los demandados, solicit¨® la desestimaci¨®n de la demanda presentada por la profesora contra la di¨®cesis de M¨¢laga, el Ministerio de Educaci¨®n y la Consejer¨ªa andaluza de Educaci¨®n.
El representante del ministerio, Carlos Garc¨ªa Manrique, esgrimi¨® una relaci¨®n laboral especial y concluy¨®: 'Resulta parad¨®jico que la docente pida explicaciones ahora que no es propuesta y permaneci¨® trece a?os sin exigir razones por su contrataci¨®n'.
Por su parte, el letrado de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n de la Junta desmarc¨® a este departamento de cualquier responsabilidad, a pesar de que la Junta anunciara en su momento que apoyar¨ªa a la profesora en este caso.
La afectada ha incluido en la demanda al Ministerio y Consejer¨ªa de Educaci¨®n porque 'refrendan una actuaci¨®n que puede vulnerar el derecho fundamental a la libertad ideol¨®gica, ya que el ¨²nico cambio en la vida de Francisca Urbano en los ¨²ltimos trece a?os ha sido su elecci¨®n como concejal de IU', argument¨® Mar¨ªa Dolores L¨®pez, abogada de la profesora. L¨®pez a?adi¨® que la capacidad de la Iglesia para reservarse los motivos del despido queda sin efecto cuando hay indicios de vulneraci¨®n de un derecho fundamental. 'Por eso deber¨ªan haber dado explicaciones', precis¨®.
Despido precipitado
Al juicio no acudieron a declarar ni el obispo de M¨¢laga, Antonio Dorado Soto, ni el responsable educativo de la di¨®cesis, Victoriano Planas, ambos citados por la demandante. El que s¨ª compareci¨® fue Francisco P¨¦rez, concejal de IU en Monda. P¨¦rez asegur¨® que en noviembre pasado mantuvo una larga conversaci¨®n con el obispo, una vez que Urbano hab¨ªa perdido su puesto. 'Dorado Soto lleg¨® a reconocer la precipitaci¨®n en el despido de Francisca. Despu¨¦s no fue tajante, pero vino a decir que no reconsiderar¨ªa su postura', declar¨® el compa?ero de la profesora.
Francisca Urbano mostr¨® tras el juicio su temor por el sentido en el que puede ir la sentencia. Neg¨® la falta de implicaci¨®n en las actividades de la Iglesia a la que se refiere el obispado. En su defensa esgrimi¨® dos misivas dirigidas al obispo en las que dos p¨¢rrocos de Monda acreditan las actividades de Francisca en los actos religiosos de la localidad. 'Despu¨¦s de no renovarme, el mismo p¨¢rroco que me apoy¨® me ha negado la participaci¨®n en un curso de evangelizaci¨®n de tres a?os que solicit¨¦', explic¨®. Urbano no cree que esta negativa sea decisi¨®n del p¨¢rroco, que en su d¨ªa estuvo de su lado.
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