Fraga y Beiras anuncian una 'relaci¨®n pac¨ªfica' y de di¨¢logo entre ellos

El armisticio se firm¨® en medio de mariscos y merluza. Un almuerzo de dos horas entre el presidente de la Xunta de Galicia y del PP regional, Manuel Fraga, y el l¨ªder del Bloque Nacionalista Galego (BNG), Xos¨¦ Manuel Beiras, anunci¨® ayer el inicio de un nuevo ciclo en la pol¨ªtica auton¨®mica. Los hasta ahora irreconciliables adversarios, que en 12 a?os no se hab¨ªan entrevistado nunca y se hab¨ªan intercambiado las m¨¢s gruesas descalificaciones personales, acordaron ayer la creaci¨®n de un 'marco estable' de di¨¢logo y el comienzo de una 'relaci¨®n pac¨ªfica', tras una conversaci¨®n que Beiras consider¨® 'plenamente satisfactoria'.

Dos horas a solas en el reservado de un restaurante de Santiago de Compostela bastaron para enterrar doce a?os de fieros combates dial¨¦cticos. Xos¨¦ Manuel Beiras, que siempre se refer¨ªa a Manuel Fraga como 'la peste', y el veterano dirigente del PP, que recomendaba a su antagonista una visita al psiquiatra adem¨¢s de acusarle de fomentar la violencia, charlaron ayer tan cordialmente que el l¨ªder nacionalista confes¨® con posterioridad: 'Fue m¨¢s all¨¢ incluso de mis expectativas'.

Hace s¨®lo dos meses y medio, la noche de las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas, Beiras se hab¨ªa negado a felicitar a Fraga por su triunfo al considerarlo un 'tramposo'. D¨ªas despu¨¦s, el presidente de la Xunta proclam¨® que lo ¨²nico que esperaba del Bloque Nacionalista Galego era 'su desaparici¨®n'.

?Qu¨¦ ha cambiado tan repentinamente?. De un lado, el empate a esca?os en el Parlamento auton¨®mico entre los nacionalistas y el PSOE -el Bloque Nacionalista Galego obtuvo m¨¢s votos populares-, que aboc¨® a los antiguos aliados a una pugna por encabezar la oposici¨®n y erigirse en el interlocutor principal del Gobierno. Y de otro, la nueva actitud conciliadora que tanto el BNG como el PSdeG creen percibir en el presidente de la Xunta. Nacionalistas y socialistas est¨¢n convencidos de que Manuel Fraga, de 79 a?os, anhela coronar el que puede ser su ¨²ltimo mandato de presidente dejando el recuerdo de un gobernante flexible y receptivo para deshacer su imagen autoritaria.

Xos¨¦ Manuel Beiras abund¨® ayer en esa idea, concluida la reuni¨®n, al se?alar que la actitud de Fraga le hab¨ªa convencido de que el inter¨¦s de la entrevista no era 'meramente gestual' y que lo acordado puede ir 'm¨¢s all¨¢ de una tregua'.

El l¨ªder nacionalista, el ¨²nico que compareci¨® ante la prensa tras la reuni¨®n, dijo que hab¨ªan compartido 'diagn¨®sticos comunes' sobre asuntos 'cruciales' para Galicia. Aunque no quiso concretar demasiado, especific¨® algunos de los terrenos propicios al di¨¢logo entre el BNG y la Xunta: ideas para la presidencia espa?ola de la Uni¨®n Europea, determinadas leyes auton¨®micas y una 'lealtad institucional rec¨ªproca' entre el Gobierno auton¨®mico y los municipios gobernados por el Bloque Nacionalista Galego.

'No hizo falta romper el hielo, la calefacci¨®n estaba alta y ya ven¨ªa diluido', brome¨® tras el amuerzo Xos¨¦ Manuel Beiras, quien regal¨® a su interlocutor un ejemplar de su obra Prosas de combate e maldicer.

El l¨ªder del Bloque Nacionalista Galego evoc¨® un episodio ocurrido durante el reciente debate parlamentario de investidura de Fraga, que marc¨® el inicio de la conciliaci¨®n entre ambos dirigentes pol¨ªticos. Cuando Xos¨¦ Manuel Beiras recrimin¨® al Partido Popular que tachase a los nacionalismos perif¨¦ricos de 'tribales', Fraga le sorprendi¨® con esta r¨¦plica: 'Yo tambi¨¦n me siento de la tribu'.