Las malas compa?¨ªas
El presidente del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, es un alma s¨®lida a la que hay muchas cosas que irritan y pocas que preocupen. De ah¨ª que considere como reacci¨®n propia de se?oritinga hist¨¦rica la alarma generada en toda Europa por los m¨¦todos de gobierno de su hom¨®logo y aliado Silvio Berlusconi. A nadie debiera sorprender que Aznar se muestre comprensivo con Il Cavaliere por muchas extravagancias que ¨¦ste perpetre, ya sea nombrarse su propio ministro de Asuntos Exteriores o bloquear leyes europeas de vital importancia para Espa?a. Fue Aznar quien abri¨® los salones oficiales europeos a ese hombre que tiene abiertos sumarios en los tribunales de medio mundo. Y, a estas alturas, nadie esperar¨¢ que Aznar reconozca un error.
Hay alianzas que pueden ser muy perjudiciales, compa?¨ªas que desacreditan y amistades que definen. Berlusconi ser¨ªa mala compa?¨ªa aunque le votasen todos y cada uno de los italianos y lo hicieran en campa?as electorales en las que nuestro Cavaliere no tuviera la pr¨¢ctica totalidad de los medios de comunicaci¨®n a sus ¨®rdenes y sueldo. Desde ayer es en Italia, adem¨¢s de presidente del Consiglio, ministro de Asuntos Exteriores. Aparte, por supuesto de Il Cavaliere y, aun m¨¢s, Il Propiettario, puesto ¨¦ste ¨²ltimo del que nadie -ya parece que ni los jueces- va a poder descabalgarle.
Como la acumulaci¨®n de cargos y funciones por parte del l¨ªder m¨¢ximo es una costumbre mal vista en Europa, porque recuerda a f¨®rmulas de gobierno imperiales o bananeras, dicen ahora en Roma que Berlusconi asume el cargo de forma interina. Como sucesor suena el vicepresidente Gianfranco Fini, al que caritativamente se llama posfacista, porque acepta la existencia de elecciones y ha cambiado por un buen terno su uniforme de camisa nera con que, en edades m¨¢s tiernas, gustaba de aterrorizar a los dem¨®cratas.
Se a?ora ahora la santa indignaci¨®n de Aznar y tantos otros por el hecho de que el partido de J?rg Haider, un histri¨®n derechista carinthio, participara en el Gobierno austriaco. Berlusconi, Fini y su otro socio gubernamental, Umberto Bossi, son mala compa?¨ªa por leg¨ªtimo que sea su Gobierno. La alianza entre El Propietario, el posprefascista y el nacionalista xen¨®fobo y fascistoide de Padania puede ser el reflejo correcto de la voluntad de una sociedad italiana desestructurada, hu¨¦rfana de referencias ideol¨®gicas o ¨¦ticas tras el colapso del sistema de partidos vigente durante medio siglo. Pero esa alianza de tres individuos de nula cultura democr¨¢tica es sin duda un cuerpo extra?o en el seno de la Uni¨®n Europea, fuente inagotable de conflictos. Ahora sobre todo para su valedor, el hombre tranquilo de La Moncloa.
Pero hay otras alianzas que se gestan en este pa¨ªs que no son menos inquietantes. Resulta que, seg¨²n el peculiar mediador Ram¨®n J¨¢uregui, 'el PNV vive muy c¨®modo entre ETA y Aznar'. ?Son lo mismo? El autor de la frase deber¨ªa leerla un par de veces, preguntarse qu¨¦ jugarreta le gast¨® el subconsciente y explicarla. Porque va a ser dif¨ªcil de olvidar.
Resulta que, para incomodar al PNV, hoy feliz 'entre ETA y Aznar', el PSE tiene que liberarse del 'tutelaje' de La Moncloa y asumir la tesis del PNV de que la culpa de que en Euskadi se mate se reparte 'entre extremos'. Ferraz parece haber llegado a la conclusi¨®n de que no existe alternativa a una supremac¨ªa nacionalista en Euskadi pese a que el 13 de marzo se estuvo a 25.000 votos de lograrla. Hay, por tanto, que odonizarse, olvidarse del funeral de Buesa y negar el hecho de que el desaf¨ªo al Estado por parte del PNV es hoy mayor que reci¨¦n firmado el acuerdo de Estella. Buscarse malas compa?¨ªas es a veces un error; otras, una inmoralidad, un suicidio pol¨ªtico o todo ello a la vez. Aznar, Zapatero, J¨¢uregui y otros muchos har¨ªan bien en no hacerse demasiadas fotos con gentes como Berlusconi, Fini, Bossi, Arzalluz o Josu Ternera. Cerrar los ojos ante la obscenidad puede generar provecho a corto plazo. A medio y largo se acaba pagando.
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