De naturaleza privada

Como asunto 'de naturaleza privada' ha calificado Javier Arenas el juicio que se sigue contra el alcalde de Ponferrada por acoso sexual, coacciones y lesiones, dando un paso m¨¢s en la justificaci¨®n de por qu¨¦ el PP no adoptaba ninguna medida contra dicho alcalde, una vez que el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y Le¨®n hab¨ªa decidido que exist¨ªan suficientes indicios de criminalidad en su conducta para proceder penalmente contra ¨¦l. Si hace unas semanas se hab¨ªa limitado a referirse a la presunci¨®n de inocencia, luego utiliz¨® el argumento complementario de la 'naturaleza privada' del asunto para justificar la permanencia de Ismael ?lvarez en la alcald¨ªa, aunque ¨¦ste haya pedido la suspensi¨®n temporal de su militancia en el PP hasta que se celebre el juicio oral.

Es posible que con este argumento el secretario general del PP quisiera justificar la ruptura en este caso del compromiso del PP de no subordinar la exigencia de responsabilidad pol¨ªtica a la previa exigencia de responsabilidad penal. Dicho compromiso, como es obvio, excluye la invocaci¨®n de la presunci¨®n de inocencia en el ¨¢mbito de la responsabilidad pol¨ªtica, dej¨¢ndola circunscrita a su condici¨®n de garant¨ªa ¨²nica y exclusivamente del proceso penal. Su invocaci¨®n en este caso no supondr¨ªa realmente una ruptura de dicho compromiso, ya que, al tratarse de un asunto 'de naturaleza privada', no estar¨ªa incluido en el mismo. El compromiso incluir¨ªa a las conductas delictivas 'p¨²blicas', pero no a las 'privadas'.

Me imagino que Javier Arenas, aunque no lo va a reconocer nunca, se habr¨¢ arrepentido ya de haber utilizado este argumento, porque no ha podido escoger uno peor. Invocar la presunci¨®n de inocencia era malo, porque supon¨ªa aceptar la ruptura de un compromiso electoral, pero era, al menos, la invocaci¨®n de un derecho constitucional. Calificar de asunto 'de naturaleza privada' un proceso por acoso sexual es mucho peor, en la medida en que no s¨®lo supone un disparate jur¨ªdico sino un error pol¨ªtico literalmente incalificable.

Es un disparate jur¨ªdico, porque de naturaleza privada fue la relaci¨®n que mantuvieron Ismael ?lvarez y Nevenka Fern¨¢ndez mientras fue una relaci¨®n consentida. Pero dej¨® de ser un asunto privado desde el momento en que ces¨® el consentimiento por parte de la concejal y empez¨® el acoso por parte del alcalde. Mientras hubo consentimiento fue un asunto exclusivamente privado. Cuando dej¨® de haberlo pas¨® a ser un asunto exclusivamente p¨²blico. La l¨ªnea divisoria entre lo privado y lo p¨²blico en este caso est¨¢ ¨²nica y exclusivamente en el consentimiento primero y en la ausencia del mismo despu¨¦s.

Pero adem¨¢s de disparate jur¨ªdico, es un tremendo error pol¨ªtico. El delito de acoso sexual es de los delitos m¨¢s insidiosos y de los que m¨¢s dificultan la inserci¨®n de la mujer fuera del ¨¢mbito estrictamente dom¨¦stico. El acoso sexual es en el ¨¢mbito laboral lo que los malos tratos en el ¨¢mbito de las relaciones de pareja, y calificarlo de asunto 'de naturaleza privada' supone enviar el peor de los mensajes posibles a la sociedad. No hay nada m¨¢s urgente para luchar eficazmente contra estas conductas que acabar con su calificaci¨®n como 'de naturaleza privada'. Sin ese primer paso, dif¨ªcilmente se va a poder dar ning¨²n otro.

La ruptura de los compromisos razonables presenta siempre el problema adicional de que no puede ser justificada razonablemente. Y el que adquiri¨® el PP de no subordinar la responsabilidad pol¨ªtica a la penal lo era. De ah¨ª que cuanto m¨¢s se intente explicar la ruptura del mismo, peor. Lo que no se puede explicar no se puede explicar y es mejor no intentar explicarlo. El remedio es siempre peor que la enfermedad.