Cuerda
MIEMBRO de una antigua y acaudalada familia de origen veneciano, que, tras la ca¨ªda de Bizancio, se instal¨® en la ciudad-fortaleza cretense de Monemvassia -la Malvas¨ªa de los cruzados-, la vida del poeta Yannis Ritsos (1909-1990) estuvo marcada por una lucha constante contra al adversidad: la ruina econ¨®mica paterna y la muerte de su madre, cuando s¨®lo contaba 12 a?os; la tuberculosis, que diezm¨® a sus parientes y que a ¨¦l le dej¨® postrado hasta su madurez; la pugna pol¨ªtica que mantuvo a su pa¨ªs en un estado de permanente guerra civil durante casi las tres cuartas partes del siglo XX y que a ¨¦l, militante del partido comunista, le ocasion¨® no pocas penalidades y deportaciones, la ¨²ltima, ya sexagenario, a causa de la dictadura de los coroneles... Frente a tanta desdicha, Ritsos, sin embargo, opuso el talism¨¢n de la palabra po¨¦tica, mediante la cual ¨¦l pudo sobrevivir con una fulgurante dignidad acechada y nos dio razones para preservar la nuestra.
Recuerdo el impacto que me produjo el descubrimiento de Ritsos gracias a la versi¨®n castellana de Antolog¨ªa 1936-1971, que tradujo el grabador Dimitri Papageorgiou y vio la luz el a?o 1979. La mayor parte de esos versos eran ardientes alegatos ¨¦picos contra la injusticia, pero cuyo compromiso distaba de la simple militancia sectaria. Hab¨ªa m¨¢s: un sentido po¨¦tico sustractivo, como el que se anunciaba en Elaboraci¨®n: 'D¨ªa a d¨ªa se quedaba desarmado. Primero se quit¨® los vestidos, / m¨¢s tarde la ropa interior, luego la piel / y despu¨¦s la carne y los huesos, hasta que al final / qued¨® esta sencilla sustancia c¨¢lida y limpia / que ¨¦l mismo, invisible y sin manos, modelaba / haciendo peque?os c¨¢ntaros, poes¨ªa y personas. / Y es posible que entre ellas estuviera tambi¨¦n la suya propia'.
Semejante despojamiento fue creciendo en un sutil entrelazamiento de hebras doradas, como el que se destila en algunos de los versos de Papeles (1974): 'Tienes que disponer los jarrones de flores / alrededor de los pozos / en un orden bello / como los poemas / alrededor de nada. / No tiene importancia / que est¨¦n vac¨ªos / es nuestra primera nobleza / y la ¨²ltima'.
Entre fines de 1970 y comienzos de 1980, continu¨® esta labor de simplificaci¨®n, cuyo laconismo aumentaba la intensidad l¨ªrica de sus poemas, como los sensualmente estremecedores de Er¨®tica o los afor¨ªsticos de Sobre una cuerda. He aqu¨ª algunos de entre esos ¨²ltimos: 'Las palabras fuera del poema tienen miedo'; 'Griego. No nudista. Desnudo'. Prol¨ªfico y muy dotado pintor de acuarelas, adem¨¢s de poeta, mi aforismo preferido de Ritsos es el siguiente: 'Cuanto m¨¢s profunda es la mirada, m¨¢s se cierra la boca'. Verdaderamente, son melod¨ªas sobre una cuerda: casi m¨²sica sin palabras, ni sonidos. ?ureo silencio.
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