Las apariencias enga?an
El 27 de julio pasado se alcanz¨® un amplio consenso en el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera para establecer un nuevo sistema de financiaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas (CC AA). En apariencia el objetivo fundamental del nuevo sistema era la corresponsabilidad. El nuevo sistema vincula los ingresos de las CC AA a los tributos que pagan sus respectivos ciudadanos mediante su participaci¨®n en una llamada cesta de impuestos: un poco m¨¢s de IRPF del que ya percib¨ªan, el 35% del IVA, el 40% de los impuestos especiales armonizados en la UE y el 100% de otros de estos ¨²ltimos. Todo ello sin capacidad normativa adicional a la ya preexistente sobre el IRPF. Adicionalmente el nuevo sistema preve¨ªa el traspaso de la sanidad, cuyo coste, oficiosamente, se cubre con los nuevos impuestos cedidos, ya que s¨®lo se ceden a las CC AA que la gestionen. Como mecanismo de ajuste de los flecos, el Estado se compromet¨ªa a consignar una participaci¨®n en los presupuestos del Estado que toma del nombre de fondo de suficiencia.
Pero el acuerdo enseguida se tambalea. La menor previsi¨®n de recaudaci¨®n, al variar la tendencia del ciclo desde julio (el PGE para este a?o preve¨ªa inicialmente un incremento de la recaudaci¨®n por IVA del 7,5% y el ¨²ltimo avance de liquidaci¨®n lo reduce al 5% ), combinada con el hecho de que el gasto sanitario es estructuralmente m¨¢s expansivo y, a la vez, menos el¨¢stico a la baja en fases contractivas del ciclo (lo que explica que hasta ahora la financiaci¨®n de la sanidad transferida se haya negociado siempre separadamente), hizo saltar todas las alarmas. Poco a poco los responsables econ¨®micos de las CC AA empezaron a verle las orejas al lobo. Pero era el se?or Montoro quien ten¨ªa mas motivos para preocuparse. Porque las Cortes todav¨ªa no hab¨ªan sancionado el acuerdo y, sobre todo, porque tendr¨ªa que incrementar la dotaci¨®n del fondo de suficiencia y ello podr¨ªa ridiculizar la obstinaci¨®n del Gobierno por el d¨¦ficit 0. El nudo gordiano se acababa de liar por cuanto el Partido Popular hace bandera de bajar impuestos, no de subirlos...
Pero como Dios aprieta pero no ahoga, el consejero de la Generalitat Francesc Homs acudi¨® al quite. Propuso, con entusiasta extraversi¨®n medi¨¢tica, desdoblar el impuesto sobre las gasolinas de manera que las CC AA tuvieran capacidad normativa en una de las partes. La propuesta es aceptada en el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera de noviembre, pero en lugar de desdoblarlo, se crea un nuevo impuesto que se cede a las autonom¨ªas con cierta capacidad de recargo y sujeto a la financiaci¨®n sanitaria, aun cuando expresamente se eluda que se trata de un impuesto finalista. Ahora ya no hay unanimidad. Las comunidades gobernadas por el PSOE votan en contra. En apariencia son las CC AA las que se quedan con el nuevo impuesto. En apariencia las autonom¨ªas, con el nuevo sistema de financiaci¨®n, han dado un gran salto en libertad financiera y capacidad pol¨ªtica. En apariencia la reputaci¨®n del consejero Homs ha subido unos enteros... Pero esto son s¨®lo apariencias. Es el Gobierno del PP y su proyecto auton¨®mico los que ganan.
El Gobierno central gana las cuatro pesetas por litro de combustible vendido en todas las gasolineras de Espa?a, pues aunque traslada esta recaudaci¨®n a las CC AA para financiar la sanidad, por el mismo importe se aminora el Fondo de Suficiencia. As¨ª no tiene que incrementar los recursos de la sanidad a costa de sus arcas, sin¨® que descarga sobre el incremento de la presi¨®n fiscal a los ciudadanos una obligaci¨®n que hab¨ªa contra¨ªdo en el sistema.
Tambi¨¦n gana porque se quita de encima para siempre los problemas del crecimiento diferencial del gasto sanitario y su molesta negociaci¨®n separada con las autonom¨ªas que ahora lo gestionan. Ya no le importar¨¢ m¨¢s si el gasto sanitario crece m¨¢s o menos, ser¨¢ un problema de todas las CC AA que podr¨¢n optar entre recargar el nuevo impuesto hasta el l¨ªmite que normativamente tienen atribuido, o atender la sanidad en detrimento de otros tipos de gasto.
Y gana el proyecto auton¨®mico del Partido Popular porque desde una concepci¨®n centralista y uniformizadora consigue dar una vuelta atr¨¢s en el desarrollo del propio concepto de autonom¨ªa pol¨ªtica. En primer lugar, porque el Gobierno, a trav¨¦s de una enmienda del grupo del PP en el Senado a la LOFCA y su ley de acompa?amiento, coacciona a las CC AA conmin¨¢ndolas a aceptar el traspaso de la sanidad o cualquier otro traspaso, con la valoraci¨®n que diga el Gobierno, so pena de quedar fuera del nuevo sistema de financiaci¨®n. Y en segundo lugar porque una vez doblegadas, una a una, todas las comunidades aut¨®nomas, el Gobierno se apresta a elaborar una ley de coordinaci¨®n sanitaria con que armonizarlas sanitariamente.
En fin, no hay duda de que la locuacidad de Homs ha sido instrumentalizada para traspasar a las autonom¨ªas la responsabilidad del Gobierno central en la subida de los impuestos. Es decepcionante que a estas alturas la Generalitat a¨²n no haya aprendido. Si en 1996 el ardid fue que Montoro rebaj¨® el IRPF una vez acordado con la Generalitat el traspaso del 30%, esta vez el enga?o ha sido m¨²ltiple. Primero, porque el objetivo real del nuevo sistema era traspasar a las CC AA la sanidad, no la corresponsabilidad como parec¨ªa. Segundo, porque el Gobierno ya no tendr¨¢ que negociar la sanidad con la Generalitat por separado. Y tercero, porque la ley de coordinaci¨®n sanitaria acabar¨¢ con la diferenciada sanidad catalana. El talante autosuficiente de Homs, el hecho de pertenecer a un Gobierno y a un pa¨ªs donde el concepto de autonom¨ªa, en una negociaci¨®n, pesa tanto o m¨¢s que el propio dinero obtenido, y el representar a un grupo pol¨ªtico que es socio parlamentario en Madrid y en Barcelona, permit¨ªan esperar del consejero una actuaci¨®n m¨¢s competente y un resultado m¨¢s brillante en su primera negociaci¨®n importante.
Carles Bonet y Arseni Gibert son senadores de la Entesa Catalana de Progr¨¦s
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