Emigrantes de ida y vuelta
Espa?a es noticia en Argentina. Por motivos diversos, todos ellos originados en la severa crisis econ¨®mica, la tierra de los ancestros es para unos la causa de todos los males del pa¨ªs. Para otros es la tabla de salvaci¨®n para huir del infierno. Estos d¨ªas, las noticias sobre la dura pugna entre el Gobierno argentino y las empresas espa?olas compiten en los medios de comunicaci¨®n con los reportajes sobre las colas interminables de ciudadanos que acuden al Consulado espa?ol en Buenos Aires y otras provincias en busca de un pasaporte para huir. Contradicciones del comportamiento argentino de estos d¨ªas: Espa?a, el pa¨ªs m¨¢s criticado, es tambi¨¦n el pa¨ªs m¨¢s anhelado.
La gravedad de la crisis argentina ha provocado giros de 180 grados en situaciones de quienes desembarcaron o aterrizaron en el pa¨ªs de sus sue?os hace d¨¦cadas. Si bien muchas de aquellas fantas¨ªas de los inmigrantes se cumplieron en los a?os de bonanza econ¨®mica, la realidad ha cambiado radicalmente y el objetivo de un n¨²mero creciente de aquellos so?adores es regresar a sus pa¨ªses de origen.
Manuel Padilla: 'Desde que llegu¨¦ en 1949, ¨¦ste es el peor momento que me ha tocado vivir en este pa¨ªs, tanto que estoy deseando volver a Espa?a'
Maribel M¨¢rquez: 'Hemos visto en 20 a?os que esto no cambia, sino que entra en periodos c¨ªclicos. Volvemos a lo mismo. Estamos como hace 18 a?os'
Elo¨ªna Prieto estaba a punto de viajar para visitar a su tercer hijo, que vive en Ibiza, cuando el Gobierno de De la R¨²a congel¨® los dep¨®sitos en el llamado 'corralito'
Jos¨¦ Mar¨ªa Gorriz: 'Creo que este Gobierno aguantar¨¢ si el pueblo tiene un poco de paciencia. Su discurso cuando tom¨® el mando fue precioso, muy sensato'
Manuel Padilla nunca hubiera imaginado que 53 a?os despu¨¦s de su llegada a Argentina estuviera haciendo las maletas para regresar a su Andaluc¨ªa natal. Lleg¨® en 1949, 'en una ¨¦poca en que Espa?a estaba muy mal y Argentina en perfectas condiciones', para quedarse, y se instal¨® en la provincia de Mendoza. Medio siglo despu¨¦s est¨¢ pr¨¢cticamente solo porque sus hijos, nacidos y educados en Argentina, se fueron a Espa?a. 'Lo m¨¢s dif¨ªcil es vender las cosas que tengo ac¨¢', dice. 'Creo que ¨¦ste es el peor momento que me ha tocado vivir en este pa¨ªs, tanto que estoy deseando poder largarme otra vez para Espa?a'.
El trabajo no le fue mal. Tiene una destiler¨ªa que comercializa varias bebidas para toda la parte sur de Mendoza. Instalado en la localidad de San Rafael, es uno de los fundadores del Centro Andaluz y del Hospital Espa?ol, que es su 'gran recompensa'. En el pasado los andaluces llegaron a ser 4.000 en esta localidad mendocina. Hoy no superan los 2.200 y sigue el ¨¦xodo de 'j¨®venes, adultos, ancianos; de todo'.
'Hay que deshacerlo todo'
'Despu¨¦s de tantos a?os ac¨¢, voy a tener que deshacer lo que tengo y volverme a Espa?a otra vez. Hice mi negocio, trabaj¨¦ bien y ahora me veo en la obligaci¨®n de deshacer todo'. En Argentina quedar¨¢ un hijo, que en cuanto pueda tambi¨¦n dejar¨¢ lo que tiene y volar¨¢ hacia Espa?a. Manuel Padilla explica agradecido la acogida de las gentes de San Rafael. 'Me adoptaron todas las grandes personalidades. Yo era un pobre inmigrante que no conoc¨ªa a nadie y, sin embargo, me abr¨ªa las puertas la gente m¨¢s importante del pueblo. Me es muy dif¨ªcil despegarme de todo esto. Me hice ciudadano argentino a los pocos a?os de estar ac¨¢ porque me gust¨® esta tierra y le agradec¨ªa mucho lo que hac¨ªa conmigo'. El inmigrante andaluz a punto de emprender vuelo ha llegado a una conclusi¨®n: han perdido la confianza del mundo. 'Eso es lo peor. Ahora ni Espa?a ni nadie les tiene confianza'.
Elo¨ªna Prieto, asturiana de nacimiento de 66 a?os, dar¨ªa el mismo paso que Hidalgo, pero la retienen los dos hijos que todav¨ªa siguen en Argentina y el miedo a perder una pensi¨®n 'medianamente buena' de 1.784 pesos, que con la rebaja del 13% ha quedado en 1.383 pesos [153.500 pesetas despu¨¦s de la devaluaci¨®n del peso], 'justito para cuidarme'. 'Si pudiera llevar a mis hijos, vender¨ªa mi casa y me ir¨ªa a Espa?a. En Am¨¦rica est¨¢ todo muy incierto'. Elo¨ªna estaba a punto de viajar para visitar a su tercer hijo, que vive en Ibiza, cuando el Gobierno de Fernando de la R¨²a congel¨® los dep¨®sitos en el llamado corralito.
Lleg¨® a Argentina en 1950 -'cumpl¨ª 15 a?os en el barco'-. Su padre era sastre. 'Vimos que era un pa¨ªs tranquilo, en el que se pod¨ªa trabajar, y nos instalamos en Tucum¨¢n'. Se cas¨® y tuvo tres hijos. 'Siempre vivimos bien, con trabajo y tranquilidad. Sin grandes fortunas, pero mis hijos pudieron estudiar: dos, medicina, y el tercero, mec¨¢nica dental'. Los tres hijos y los nietos tienen pasaporte espa?ol. Todos est¨¢n preparados para partir.
'Feo, feo, empez¨® hace diez a?os, cuando las cosas se pusieron mucho peor. Aunque, en realidad, desde el a?o 1970 estamos siempre con altibajos'. Elo¨ªna Prieto se considera espa?ola de toda la vida. 'Pero quiero a Argentina. Siempre me han tratado bien y nunca me sent¨ª discriminada. Vinimos porque en la Espa?a de los a?os cincuenta todo estaba muy incierto y en Asturias segu¨ªa la intranquilidad. No pens¨¢bamos hacer las Am¨¦ricas, sino trabajar tranquilamente'.
Vislumbra un futuro 'muy triste' y conf¨ªa escasamente en la capacidad del Gobierno de Eduardo Duhalde de hacer 'nada espectacular'.
Como tantos espa?oles, tiene el pasaporte preparado. Con una precisi¨®n: 'Veo que mucha gente cree que en Espa?a atan los perros con longanizas. Espa?a no es un pa¨ªs para albergar a tanta gente que se va para all¨ª, creyendo que va a encontrar trabajo enseguida'.
Celestino Negueruela, de 54 a?os, vallisoletano, vivi¨® los ¨²ltimos 21 a?os en Argentina, adonde lleg¨® en abril de 1981 trabajando en el sector pesquero. Fue contratado por la empresa hispano-argentina Ant¨¢rtida Pesquera Industrial (API). En un principio las cosas no le fueron mal, hasta que empezaron a torcerse. 'El sector pesquero est¨¢ muy regulado por el Gobierno, tan inmoral como todos. Hoy el problema es que el Gobierno pretende sacar el dinero de lo poquito que da. Entonces, en un pa¨ªs donde consigues un negocio que puede ser rentable, pero a cambio te exigen unas condiciones leoninas, nunca vas a poder tener un negocio en serio'. Tuvo socios argentinos y coreanos hasta que cambi¨® la pesca por el campo. 'Nos equivocamos de medio a medio. El campo no es tan f¨¢cil y no lo sabe trabajar cualquiera', dice la esposa, Maribel M¨¢rquez, de Guadalajara.
Antes de que empezara la crisis definitiva, 'que ya se ve¨ªa venir', Celestino Negueruela viaj¨® el a?o pasado a Espa?a en busca de nuevas alternativas. 'Nos cuesta mucho irnos, porque nuestros hijos tienen sus afectos aqu¨ª', explica la esposa.
El cabeza de familia lleg¨® a Argentina con un contrato de cinco a?os. La idea original era regresar despu¨¦s a Espa?a, pero pronto cambiaron de idea. 'Est¨¢bamos c¨®modos, ten¨ªamos amigos, los chicos estaban bien, los colegios nos gustaban. La vida era muy complicada para trabajar, pero como nosotros nos manej¨¢bamos en d¨®lares los problemas econ¨®micos del pa¨ªs, que eran muy gordos, no nos afectaban mucho'. Hasta que se hizo sentir la inflaci¨®n. 'Lo que est¨¢ pasando ahora para m¨ª es un dej¨¤ vu, porque yo lo he vivido', asegura Maribel M¨¢rquez.
'Nuestra decisi¨®n est¨¢ entre irnos y quedarnos, por nuestros hijos. Pensamos que la vida es muy dif¨ªcil para ellos aqu¨ª. Hemos visto en 20 a?os que esto no cambia, sino que entra en periodos c¨ªclicos. Volvemos a lo mismo. Estamos como hace 18 a?os. La idea de marcharnos empez¨® a rondarnos la cabeza hace tres o cuatro meses. Celestino busc¨® a gente aqu¨ª. No sabemos si vender el apartamento, nuestros afectos est¨¢n aqu¨ª y nuestros hijos tienen su mundo'.
El dilema de los hijos
La hija, Natalia Negueruela, 25 a?os, naci¨® en Espa?a y ten¨ªa cinco a?os cuando lleg¨® a Argentina. 'No pienso volver con mi padre, me licenci¨¦ aqu¨ª y trabajo en una multinacional en el ¨¢rea de marketing desde hace tres a?os. En este momento no me ir¨ªa, salvo que me quedara sin trabajo o siguieran empeorando las cosas. Me tira mucho, y ahora ya no dependo tanto de mis padres, soy m¨¢s flexible, me puedo quedar aqu¨ª y no pasa nada. Ahora estoy dispuesta a buscar mis oportunidades, aunque tenga que despegarme de mi familia. Tengo mi grupo de amigos y toda mi gente, aunque no cierro la posibilidad de irme alg¨²n d¨ªa a Espa?a'.
Natalia confiesa sentir un gran desarraigo all¨ª donde est¨¢: 'Cuando estoy en Argentina me siento espa?ola, y cuando estoy en Espa?a me siento argentina. O sea, no me siento de ning¨²n lado. Aqu¨ª siento el desarraigo porque la mayor parte de mi familia est¨¢ fuera, y cuando voy a Madrid me encuentro en una ciudad de la que desconozco sus c¨®digos'. Hay poco espacio para la esperanza en su reflexi¨®n sobre el futuro de Argentina. No cree en Duhalde ni en ning¨²n pol¨ªtico que pueda llegar a sucederle, porque en su opini¨®n ninguno tiene cr¨¦dito.
El pesimismo de la juventud contrasta con las palabras de un inmigrante veterano como Jos¨¦ Mar¨ªa Gorriz, presidente del Centro Navarro de Buenos Aires y presidente de la Federaci¨®n de Centros Navarros de Argentina, que desembarc¨® en Buenos Aires el 10 de agosto de 1950 cuando ten¨ªa 26 a?os. 'Creo que este Gobierno aguantar¨¢ si el pueblo tiene un poco de paciencia. El discurso que hizo el presidente cuando tom¨® el mando fue precioso, muy sensato. ?ste es un pa¨ªs que con poca cosa se tiene que levantar. Nuestras empresas espa?olas tambi¨¦n tienen que tener un poco de paciencia, ahora tendr¨¢n que perder un poco'.
Gorriz lleg¨® a Argentina 'mentalizado para trabajar'. Los primeros tres a?os y medio enviaba dinero a sus padres en Espa?a. Empez¨® trabajando de ebanista y despu¨¦s se dedic¨® al comercio, siempre en Buenos Aires. Compraba peque?os hotelitos, los rehabilitaba y los vend¨ªa. 'Me sorprendi¨® que la gente tiraba muy alegremente gran cantidad de comida a los cubos de basura. En aquel momento el pa¨ªs andaba sobrado. Pero no se supo guardar para cuando hiciera falta'.
A este inmigrante navarro nunca le fue mal, seg¨²n su personal apreciaci¨®n. 'A m¨ª no me afecta el declive de este pa¨ªs. Siempre me he defendido bien'. Su ¨²nica inquietud en este momento es que tiene atrapados en el corralito plazos fijos. Su confianza en Argentina contrasta con el recelo de su hija de 46 a?os, madre de dos hijos, que est¨¢ tramitando el pasaporte espa?ol para marcharse. 'Quiero mucho a Argentina, pero ante todo soy espa?ola. No pienso en irme. Cuando voy a Espa?a me siento un poco extranjera, porque s¨®lo tengo dos hermanas, pero ya no me quedan amistades'.
Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa, de 73 a?os, asturiano, productor agropecuario instalado en la Patagonia. Explica que lleg¨® en 1938, en plena guerra civil espa?ola. Sus padres hab¨ªan emigrado antes 'en busca de porvenir'. 'Ahora tengo un establecimiento ganadero en R¨ªo Gallegos (provincia de Santa Cruz). Indudablemente, estamos atravesando una crisis de la que, no tengo duda, vamos a salir'. A Espa?a va de vacaciones, pero no le pasa por la cabeza volver a su pa¨ªs de origen. 'En Argentina se vive bien tambi¨¦n, es cuesti¨®n de oportunidad y de esperar'.
Es padre de tres hijos y tiene ocho nietos. 'No todos tienen futuro ac¨¢. Hay que esperar que esto se componga, nada m¨¢s. A m¨ª no me ha tocado tanto porque soy propietario; m¨¢s o menos he pagado, como todos, el uno a uno famoso, que los productos no valen nada, pero esperemos que todo se termine'. Para Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa, Argentina es un pa¨ªs muy generoso, que 'abri¨® las puertas a todo el mundo sin discriminar a nadie. Es un pa¨ªs b¨¢rbaro. Pero, como todo pa¨ªs, tiene su momento. Como lo tuvo Espa?a'.
El catal¨¢n Jos¨¦ Pi?ero, 52 a?os, peluquero, lleg¨® a Argentina en febrero de 1984, con 35 a?os. 'Era un pa¨ªs que ten¨ªa una inflaci¨®n del 35% al mes. Ibas al supermercado y ve¨ªas a los ni?os que se pasaban el d¨ªa remarcando los precios de los productos', recuerda. Desde que est¨¢ all¨ª ha vivido 'intentos de golpe de Estado, situaciones muy dif¨ªciles para poner en marcha cualquier negocio. Pero lo logramos sin cr¨¦ditos, conseguimos abrir hasta nueve salones de belleza de la empresa Llongueras en la ciudad de Buenos Aires. Sin pr¨¦stamos'.
Vino para quedarse. Se cas¨® con una argentina, Valeria, y dice sentirse muy c¨®modo en este pa¨ªs, a pesar de todo. Entiende que muchos argentinos se quieran ir -'es muy frustrante despu¨¦s de haber hecho grandes esfuerzos que el pa¨ªs est¨¦ hecho mierda por culpa de malos administradores'- y reconoce que en diversas ocasiones ¨¦l mismo ha pensado en huir. 'Pero quiz¨¢ el esp¨ªritu de lucha me mantiene, y pienso seguir porque quiero creer que los buenos ganar¨¢n y saldr¨¢n adelante'.
'Me asaltan muchas dudas cuando veo que los causantes de muchos de los males de este pa¨ªs pretenden arreglarlo ahora'. ?El futuro? 'Para creer en el futuro tendr¨ªa que ver una voluntad pol¨ªtica similar a la que vimos en Espa?a cuando se firmaron los pactos de la Moncloa. Mientras no vea esta voluntad creo que seguiremos como siempre, subiendo y bajando'.
Cuando Pi?eiro lleg¨® a Argentina no quiso caer en la colonia espa?ola para evitar 'el mar de l¨¢grimas de aquella ¨¦poca'. 'Todos lloraban por Espa?a. Ven¨ªa para integrarme en este pa¨ªs y me apart¨¦ de la colonia. Mis mejores amistades son argentinas. ?ste es un pa¨ªs que te hace sentir muy bien como espa?ol'.
A pesar de todo lo que est¨¢ viviendo, no pierde el optimismo al hablar de la tierra que lo adopt¨® hace 18 a?os. 'Aqu¨ª hay un pa¨ªs con ganas, y la capacidad del argentino, culturalmente hablando, es m¨¢s elevada que la de cualquier pa¨ªs de Am¨¦rica Latina. Creo que Argentina podr¨ªa ser el Jap¨®n de Am¨¦rica Latina. Le faltan las reglas para poder serlo', afirma. El peluquero catal¨¢n, de Sant Cugat del Vall¨¨s, nunca ha sentido la discriminaci¨®n. 'En m¨¢s de un lugar no me han querido cobrar por el mero hecho de ser espa?ol. Es cierto que el argentino siempre tiene un punto de viveza o de picard¨ªa, que nosotros llamamos mafiosos, tramposos o simplemente ladrones. Aqu¨ª al que le va bien haciendo trampas es al vivo. ?ste es un pa¨ªs muy dif¨ªcil, a la vez que encantador y con una gente fant¨¢stica. Hay una clase pol¨ªtica que utiliza la democracia para seguir con unos modelos pr¨¢cticamente feudales. Es f¨¢cil integrarse en Argentina, porque es el ¨²nico pa¨ªs del mundo donde los espa?oles somos admirados y queridos'.
'Seguimos como siempre'
Pero esa misma benevolencia no la extiende a la clase dirigente del pa¨ªs, y asegura que lo ¨²nico que se ha reformado 'es el Ej¨¦rcito con el juicio a las juntas'. 'Pero la educaci¨®n, la justicia, sigue igual, no han cambiado nada. Trataron de hacer la reforma laboral y la echaron para atr¨¢s porque est¨¢ bajo sospecha de sobornos. Seguimos como siempre, hablando, hablando, hablando...'.
A pesar de los tiempos dif¨ªciles que le toca vivir, en los a?os que lleva en Argentina 'esto no es lo peor'. 'He vivido en la ¨¦poca de Alfons¨ªn once huelgas generales, con mucha gente en la calle, m¨¢s fuerte de lo que se ha visto ahora. Sinceramente, no me preocupa, estoy convencido de que este pa¨ªs saldr¨¢ adelante, seguir¨¢ creciendo. Pero no como un pa¨ªs del Primer Mundo. Sobre el papel, quiz¨¢ s¨ª, pero en la realidad seguir¨¢ siendo Nigeria. No veo ning¨²n motivo que me haga pensar que este pa¨ªs pueda cambiar. Lo pensar¨ªa si todos los pol¨ªticos tuvieran una voluntad real de empujar todos a una para sacar a Argentina del pozo, pero s¨®lo veo ambiciones partidistas muy fuertes'.
El 80% de los espa?oles de Argentina vive en Buenos Aires
ARGENTINA HA SIDO uno de los destinos hist¨®ricos de la emigraci¨®n espa?ola. En los ¨²ltimos a?os del siglo XIX, la pol¨ªtica argentina de atraer inmigrantes pag¨¢ndoles el pasaje y facilitando la reagrupaci¨®n familiar, anim¨® a muchos a elegir la Argentina como destino predilecto. Los espa?oles residentes en Argentina ocupan desde hace m¨¢s de un siglo el segundo lugar, despu¨¦s de los italianos, entre las poblaciones extranjeras. El primer per¨ªodo fuerte de inmigraci¨®n espa?ola fue entre 1908 y 1913 . En seis a?os llegaron 750.000 personas. El Censo Nacional de 1914 ya registraba 841.000. A lo largo de esa d¨¦cada dos de cada tres extranjeros eran espa?oles, pero muchos abandonaron enseguida el pa¨ªs, fueron los denominados 'inmigrantes golondrinas'. Entre 1941 y 1950, y especialmente con el fin de la II Guerra Mundial, se reanuda el flujo inmigratorio espa?ol, aunque ya con menos intensidad: se instalan 112.000 espa?oles. A pesar de que se asientan a lo largo de todo el territorio argentino, la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires concentran la mayor parte -m¨¢s del 80%-. Otras de las provincias elegidas por los espa?oles son Santa Fe (5%), C¨®rdoba (4%) y Mendoza (4%). En agosto de 2001 los espa?oles inscritos y dados de alta en el Consulado General de Buenos Aires, que comprende a los residentes en la capital federal y el norte, centro y parte del sur de la provincia de Buenos Aires asciend¨ªan a 238.952. La comunidad gallega es la m¨¢s numerosa, con el 38%, seguida de la castellano-leonesa (5,91%). Los asturianos son el 5,8%, los catalanes el 2,8% y los vascos el 1,4%. La avalancha de ciudadanos de origen espa?ol que se produce d¨ªa tras d¨ªa en la sede del Consulado de Buenos Aires alcanza las 3.000 personas, seg¨²n fuentes de la sede diplom¨¢tica. En estos d¨ªas, cientos de personas se concentran ante esta oficina para pedir informaci¨®n sobre c¨®mo recuperar y conseguir la nacionalidad. Otros tratan de conseguir el pasaporte europeo que les permita rehacer su vida poniendo un oc¨¦ano de por medio.
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