Charlat¨¢n
Si hay alg¨²n pez que morir¨¢ -metaf¨®ricamente hablando- por la boca ¨¦se podr¨¢ ser el diputado Romero, candidato de IU a la Junta de Andaluc¨ªa en las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas. Su incontinencia verbal, su decisi¨®n para lanzarse sin paraca¨ªdas en cualquier ocasi¨®n y su af¨¢n de transmitir cualquier hecho susceptible de transformarse en noticia suya son famosos universalmente. Recientemente nos comunicaba que IU de M¨¢laga, la circunscripci¨®n por donde se presenta el eterno diputado, ha presentado 200 iniciativas parlamentarias relativas a aquella provincia: casi tres por d¨ªa: El estajanovismo y productividad de este diputado, y me imagino que de sus colaboradores, merecen una ponencia especial en la Segunda Modernizaci¨®n Andaluza, sector charlatanes sin fronteras. Que Chaves lo tenga en cuenta por si en un futuro decide cambiar de novia ante las pr¨®ximas elecciones.
El diputado Romero ha metido, sin embargo, la pata de forma considerable en sus ¨²ltimas declaraciones de la pasada semana. Al afirmar que la Consejer¨ªa de Educaci¨®n debe contratar como interinas a las dos profesoras de Religi¨®n, una de Almer¨ªa y la otra de M¨¢laga, cuyos contratos no han sido renovados por el obispado, el diputado izquierdista est¨¢ proponiendo literalmente un desprop¨®sito. ?Por qu¨¦ tiene la Consejer¨ªa que gestiona el servicio p¨²blico de educaci¨®n, que contratar a dos ciudadanas que hasta ahora desempe?aban sus funciones de profesoras de religi¨®n por un acuerdo privado entre ellas y el obispado de sus provincias? ?Por qu¨¦ el servicio p¨²blico debe pagar los trastos rotos de una demencial relaci¨®n constitucional entre el Estado y la Iglesia? Vaya por delante, y as¨ª lo he escrito en este medio, que los obispados de Almer¨ªa y M¨¢laga actuaron de forma miserable no renovando el contrato a aquellas profesoras y ¨¦stas cuentan con toda mi solidaridad como docentes y como trabajadoras injustamente despedidas. Pero una fuerza de izquierda, como dice que es la del diputado Romero, no puede estar haciendo de fregona y escoba de los desaguisados de la Iglesia, de los errores de los jueces y de un modelo de relaci¨®n Estado-Iglesia completamente caciquil y tridentino.
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