Vasallaje en la Val d'Aran
Las declaraciones del s¨ªndico de la Val d'Aran, Carlos Barrera, para justificar las voladuras realizadas en Baqueira en un lago helado que abastece la estaci¨®n de esqu¨ª y algunas urbanizaciones de la oligarqu¨ªa espa?ola con el objetivo de captar agua para la fabricaci¨®n de nieve artificial, muestran el viaje que sufrimos los araneses hacia nuestro ensimismamiento. Por la Val d'Aran no se debate ni se lucha, se gestiona, de manera que tenemos instalados en el poder a ir¨®nicos pol¨ªticos o ir¨®nicos gestores -en esta disyuntiva reside la iron¨ªa- de una empresa com¨²n cuyo ¨²nico objetivo impl¨ªcito, consciente o no, es la instauraci¨®n de la mediocridad como m¨¦rito.
En este pa¨ªs de apariencias y ostentaci¨®n no hay hervidero de ideas izquierdistas, hay una ideolog¨ªa: la de los intereses econ¨®micos, perfectamente trabados con la pol¨ªtica derechista. Por eso hay funcionarios de tres al cuarto, oportunistas de toda condici¨®n y otras especies que duermen lujosamente en los aposentos de la corte. Lo peor de este autorretrato -soy un aran¨¦s que intenta retratar a los araneses libremente- es que se ha extendido la moral rastrera, de origen peque?oburgu¨¦s, del culto a la alta burgues¨ªa, a los borjamari que tienen en la Val d'Aran su segunda residencia.
Es necesario esclarecer la situaci¨®n aranesa, porque de este modo podemos entender la preponderancia de Baqueira-Beret y el vasallaje de la infanter¨ªa -pol¨ªtica- gobernante que la sigue con su musiquilla antiecologista.
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