'Homo narrans'
EL ACTO DE ESCRIBIR es una prolongaci¨®n del acto de leer, no su reverso. Escribir es siempre materializar una lectura, no s¨®lo de palabras escritas en los libros, sino tambi¨¦n de otros signos, de sentimientos, de intuiciones, de fen¨®menos azarosos. Creo que a m¨ª me hizo escritor de ficciones, m¨¢s all¨¢ de los viajes secretos y de las aventuras interiores que los libros ajenos me han deparado, el prop¨®sito de plasmar esa lectura m¨¢s compleja y confusa, donde se conjugan la realidad imaginaria y la realidad vivida.
Adem¨¢s, unos cuantos a?os de pr¨¢ctica me han llevado a considerar la invenci¨®n de ficciones como algo propio de la naturaleza misma del ser humano. Voy a intentar explicarme. Desde que Carl Linneo clasific¨® a la especie humana han pasado dos siglos y pico, y en la actualidad sabemos bastante m¨¢s de lo que se sab¨ªa en aquel tiempo acerca del lenguaje y de la invenci¨®n de espacios imaginarios. A estas alturas parece obvio decir que todas las especies vivas poseen un lenguaje de comunicaci¨®n: el tiempo primaveral nos permite contemplar a los p¨¢jaros que se reclaman entre las arboledas, los gatos y los perros nos saludan con sus zalamer¨ªas, las abejas saben se?alar a los suyos el camino de la colmena, los delfines y los ant¨ªlopes se avisan del peligro. Hasta los seres m¨¢s simples de la escala zool¨®gica tienen recursos para hacerse entender, de manera que no es el lenguaje lo que distingue a nuestra especie en el conjunto de los seres vivos, sino el haberlo empezado a utilizar para contar cuentos, para narrar historias.
La peculiaridad humana cuaja sin duda cuando nuestros correspondientes antepasados, o antecesores, dan sentido y orden, por medio de ficciones, al caos incomprensible y hostil de la realidad que les rodea: por qu¨¦ el sol sale cada d¨ªa, por qu¨¦ las estaciones se suceden, de d¨®nde proceden los seres vivos, qu¨¦ es la muerte.
La narraci¨®n de ficciones ha sido el instrumento natural del ser humano para explicar el mundo a su medida desde que tuvo conciencia de existir en ¨¦l. Nuestro conocimiento de la realidad comienza con los cuentos. Somos el homo sapiens porque somos el homo narrans. Nuestra naturaleza es narraci¨®n.
Las narraciones, ll¨¢mense cosmolog¨ªas, mitos, leyendas, f¨¢bulas, nos han permitido leer la realidad externa e interior para poder asumirla. Tambi¨¦n la poes¨ªa nace as¨ª, como una lectura de la realidad que aprovecha el lenguaje no para describir sino para interpretar, para esclarecer, de manera espec¨ªfica, diferente a cualquier otra, lo que hay detr¨¢s de la forma de las cosas.
Las narraciones nos ayudan a descifrar el fluir tumultuoso y desordenado de los hechos, o al menos a comprenderlo mejor, y con ello a comprendernos y descifrarnos m¨¢s certeramente a nosotros mismos. Hemos conseguido que la realidad haga fructificar ficciones, y con esa cosecha hacemos acopio de elementos para hacerla m¨¢s asequible, menos herm¨¦tica, y acaso para redimirla. Por medio de las ficciones que inventamos a partir de ella, rescatamos a la realidad de su feroz y ciega falta de sentido.
Por otra parte, la literatura tiene la gran virtud de poder infiltrarse con naturalidad en todas las zonas oscuras e invisibles que rodean las apariencias m¨¢s serenas de lo cotidiano, y utilizar los sue?os como material creativo de la misma solidez y dignidad que los elementos m¨¢s razonables de la vigilia.
Pienso que debe de haber sido la intuici¨®n de todo eso lo que me estimul¨® desde que comenc¨¦ mi actividad de escritor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.