BRUJAS, LA OTRA CIUDAD CULTURAL DE 2002
BRUJAS, QUE COMPARTE este a?o la capitalidad cultural europea con Salamanca, tiene un problema: es demasiado bonita. Demasiado rica en tesoros antiguos. Y para colmo le han colgado desde hace tiempo el r¨®tulo de ciudad-museo. Un belga del c¨ªrculo simbolista, Georges Rodenbach, escrib¨ªa a finales del siglo XIX Brujas, la Muerta, novela clave en la cual los verdaderos protagonistas eran las calles pulidas y desiertas, los canales de aguas estancadas, los f¨²nebres campanarios y las sombras: una geograf¨ªa del alma. M¨¢s piadosa fue con la ciudad Marguerite Yourcenar (que tambi¨¦n era belga) al revivir en Opus nigrum el siglo dorado de Brujas, cuando era un organismo inquietantemente vivo, tan inmundo o admirable como los seres ef¨ªmeros que habitaban su fulgor. En suma, Brujas se ve¨ªa como una ciudad eminentemente literaria, una excursi¨®n obligada para jubilados europeos y viajeros acomodaticios. Pues bien, el reto de 2002 es pulverizar esa imagen. Quieren los de Brujas que haya un antes y un despu¨¦s de este a?o capic¨²a (y por tanto, alqu¨ªmico). Y quieren hacerlo de forma irrevocable, con implantes que transmuten (como buscaban los alquimistas locales) si no la esencia, s¨ª al menos la apariencia corporal de su ciudad. Un nuevo auditorio, el Concertgebow Brugge, abrir¨¢ sus puertas el d¨ªa en que se inicie el duunvirato cultural (20-02 de 2002, a las 20.02), uniendo su perfil al cielo inalterado desde siglos. En el burgo medieval (Burg), el japon¨¦s Toyo Ito ha infiltrado un pabell¨®n que con sus f¨®rmulas de vidrio y agua trata de ser una transparente equivalencia de la entra?a anfibia de esta Venecia del norte. Y sobre el r¨ªo Coupure, en pleno cogollo monumental, un nuevo puente peatonal har¨¢ alarde de t¨¦cnica innovadora, al ser un artilugio m¨®vil, aunque no levadizo, que permita el paso ocasional de embarcaciones. Estos nuevos elementos fijar¨¢n la fisonom¨ªa de Brujas tanto como el Befroi (la torre c¨ªvica), la bas¨ªlica de la Santa Sangre, los rimeros de hastiales g¨®ticos y burgueses, la madeja de canales o los viejos molinos.
Naturalmente, estas mejoras patrimoniales no dejan de ser una premisa para la avalancha de actos programados. En el campo de la pl¨¢stica habr¨¢ dos exposiciones especialmente significativas: una sobre el paisano Jan van Eyck y la influencia de la escuela flamenca en los pa¨ªses mediterr¨¢neos (15 de marzo a 30 de junio), y otra sobre el mundo hanse¨¢tico y el comercio naval y textil que llev¨® a Brujas a esa edad de oro tan bien reflejada por la Yourcenar (24 de mayo a 8 de septiembre); a esto hay que sumar Octopus, una intervenci¨®n de arte contempor¨¢neo que como un pulpo (de ah¨ª el t¨ªtulo) extender¨¢ sus tent¨¢culos multidisciplinares por plazas y callejas desde mayo hasta septiembre. La m¨²sica estar¨¢ presente de manera continua, y tendr¨¢ momentos ¨¢lgidos, como el Festival de M¨²sica Antigua (en el que no pod¨ªa faltar nuestro Jordi Savall y su conjunto Hesperion XX; del 26 de julio al 11 de agosto), el Festival de Jazz (agosto) o un Festival de M¨²sica Contempor¨¢nea, para reafirmar la voluntad de cambio y de vanguardia. Y muchas m¨¢s cosas, algunas tan vistosas y apropiadas como Sail 2002, un encuentro de veleros en el puerto, a finales de agosto.
Para los espa?oles hay un factor a?adido de inter¨¦s: las afinidades hist¨®ricas con Brujas. Y no s¨®lo en la etapa en la que la plaza fue espa?ola y tuvo burgomaestres espa?oles, como Juan P¨¦rez de Malvenda, sino tambien en el episodio concreto en que precisamente ese regidor escondi¨® y salv¨® para la feligres¨ªa, durante los d¨ªas de terror calvinista, la reliquia de la Santa Sangre de Cristo (que hab¨ªa sido tra¨ªda de Tierra Santa cuando las Cruzadas y se sigue venerando en el m¨¢s emblem¨¢tico templo de Brujas). M¨¢s atractiva parece la vinculaci¨®n a trav¨¦s de la figura de Juan Luis Vives, humanista valenciano nacido en 1492 que vivi¨® y ense?¨® en Brujas, propugn¨® valores tan sensatos como la piedad, la concordia y la tolerancia, y falleci¨® en Brujas con apenas 48 a?os. Otra cosa que une la ciudad con Espa?a: el Colegio de Europa, una idea que flet¨® Salvador de Madariaga en 1948 y que ha recalado en Brujas, un espacio donde licenciados universitarios de diversos pa¨ªses estudian y conviven, alimentando desde hace a?os el llamado esp¨ªritu de Brujas: otra baza refrescante para los buenos tiempos europe¨ªstas que ahora corren.
- www.brugge2002.be
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