Invocar la unidad de la izquierda
Una lectura aritm¨¦tica y bienintencionada de las ¨²ltimas elecciones al Parlament de Catalu?a permite afirmar que si a los votos de IC-V se hubiesen sumado los de EUiA -que se perdieron por no llegar al 3% m¨ªnimo exigido-, la mayor¨ªa en votos que alcanzaron las fuerzas de izquierda se hubiese transformado en mayor¨ªa parlamentaria. Hasta aqu¨ª el razonamiento, pese a ser simple y esquem¨¢tico, no est¨¢ faltado de una cierta l¨®gica. En consecuencia, ante la perspectiva del nuevo horizonte electoral, que incluso puede avanzarse sin llegar al l¨ªmite m¨¢ximo de la legislatura, que se cumplir¨ªa en el ¨²ltimo trimestre de 2003, diversos representantes significados de los partidos de izquierda, no implicados directamente en la cuesti¨®n, han expresado p¨²blicamente la conveniencia de recomponer la unidad entre IC-V y EUiA.
El fin del pujolismo hace perentoria una pol¨ªtica m¨¢s coordinada de la izquierda
Hay que tener en cuenta que las pr¨®ximas elecciones al Parlament de Catalu?a no se plantean como una simple alternancia, sino que con toda probabilidad representar¨¢n el fin de la hegemon¨ªa pujolista, entendida como una acci¨®n pol¨ªtica global que ha impregnado toda la cultura social catalana, con todo lo que ello puede implicar. Yerra aqu¨ª alg¨²n comentarista pol¨ªtico que, desde posiciones de izquierda, apunta una y otra vez en sus escritos a las innegables insuficiencias y errores del conjunto de la izquierda catalana y, de una forma m¨¢s concreta, a las que pueden atribuirse al PSC y a sus l¨ªderes. Y opino que yerra porque el elemento cualitativamente m¨¢s importante que abrir¨¢ nuevas expectativas en Catalu?a no ser¨¢n s¨®lo y fundamentalmente las propuestas program¨¢ticas de los partidos de izquierda, que tendr¨¢n que enriquecerse en la confrontaci¨®n con la pr¨¢ctica real, sino la derrota del pujolismo, una derrota que puede desencadenar un 'efecto mariposa' que, como la ca¨ªda de una hilera de fichas de domin¨®, repercutir¨¢ en el conjunto de toda la sociedad catalana, condenando a la obsolescencia viejas inercias y haciendo a?icos un entramado de intereses creados, no s¨®lo pol¨ªticos y administrativos, sino tambi¨¦n econ¨®micos, que han condicionado negativamente el desarrollo de Catalu?a. La ca¨ªda del pujolismo abrir¨¢, al mismo tiempo, espacio a nuevas aportaciones creativas a las que podr¨¢ sumarse, con las suyas propias, alg¨²n que otro comentarista que, pese a estar alineado con la oposici¨®n al pujolismo, con su razonada falta de confianza en las propuestas de cambio, no hace sino beneficiar un est¨¦ril continuismo.
Es desde la estimaci¨®n de los potenciales que implica el cambio en s¨ª mismo, como una apuesta de futuro, que deben valorarse tambi¨¦n las buenas intenciones de los que preconizan la unidad electoral de las fuerzas de la izquierda transformadora. Pero la bondad de la propuesta no puede caer en la simplificaci¨®n. Y para ello hay que tener en cuenta cu¨¢l fue el contenido real de la causa de los enfrentamientos internos y la complejidad que los aboc¨® a la divisi¨®n, para evitar as¨ª falsas ilusiones de vuelta al pasado que estar¨ªan irremisiblemente destinadas a un nuevo fracaso.
En el caso de EUiA, parece necesaria una revisi¨®n de su coherencia interna, puesta en duda, en algunos casos, por las estrategias contradictorias de los diversos n¨²cleos que la componen. Tambi¨¦n es necesaria una clara delimitaci¨®n con la funesta herencia dejada por Julio Anguita ydel grado de compromiso y participaci¨®n en la corriente m¨¢s abierta de IU, as¨ª como la capacidad de EUiA de hacer una evaluaci¨®n realista de su propia fuerza y de definir los objetivos comunes a alcanzar.
Por otra parte, hay que tener en cuenta los importantes cambios de fondo que se han producido en IC-V, una fuerza que hered¨® los contenidos fundamentales de la cultura antidogm¨¢tica eurocomunista del PSUC, un PSUC que elabor¨® su estrategia a partir de la concepci¨®n de que el socialismo s¨®lo es posible en la libertad y que la democracia no es un instrumento sino un valor en s¨ª mismo. Este patrimonio ha sido enriquecido posteriormente por IC-V, asumiendo que a la transformaci¨®n progresista de nuestra sociedad deben incorporarse total y transversalmente las propuestas ecol¨®gicas del desarrollo sostenible. IC-V ha recorrido sus crisis y su transformaci¨®n manteniendo al mismo tiempo una modesta pero estimable presencia institucional y estableciendo una relaci¨®n org¨¢nica con la Confederaci¨®n de los Verdes en Espa?a y la Federaci¨®n de los Verdes Europeos.
No hay duda de que las reales expectativas de cambio exigen aprovechar de forma inteligente las posibilidades electorales y que ello es una responsabilidad de todas y cada una de las fuerzas de izquierda. Pero no es menos cierto que en este contexto los pronunciamientos o recomendaciones a favor de la unidad s¨®lo pueden valorarse como bienintencionados cuando no supongan una simple vuelta al pasado o no sean fruto de consideraciones superficiales que olviden la importancia del respecto a la pluralidad de identidades y el peso pol¨ªtico -no s¨®lo el electoral- de cada fuerza. Y esto vale tanto para IC-V y EUiA como para quienes hablan como portavoces desde el PSC y ERC.
Antoni Guti¨¦rrez D¨ªaz es miembro de IC-V
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